¡Viva la Semana Negra!

No sé si alguien se habrá dado cuenta pero ayer subí un post que esta mañana borré sin pena alguna. Mis razones tenía. Mis razones tengo y supongo que mis razones tendré cuando me levante, si así lo quieren los dioses, otro día.

La cuestión es que les contaba que estaba de viaje, un año más, en la Semana Negra de Gijón. Y que ayer fue un día cansado aunque lo suficientemente atractivo para asistir, en Madrid, a la presentación de sólo un puñado de escritores que forman parte del abanico de autores que visitará  la 23 edición de este encuentro indescriptible que fusiona cultura y fiesta. O fiesta y cultura.

El director de esta cosa, mastodóntica por gigante, Paco Ignacio Taibo II, condujo –lo vi con mis cuatro ojos– a la pandilla de escrtiores y a algunos periodistas atravesados como quien les escribe, a la Casa de América vía Metro subterráneo, lo que desató una de las primeras claves de este encuentro: su desarmante capacidad desacralizadora con esa palabra que todavía algunos ven con anteojos y que se llama cultura.

En el encuentro de ayer se habló un poco de todo pero sobre todo todo de literatura de géneros. También de cómo el cine ha influido a los nuevos narradores y cómo otros lenguajes (tebeo, publicitario, Internet) ha empapado a una novísima hornada de narradores que, afortunadamente, no pertenecen a la generación Nocilla.

En el Tren Negro, donde escribo estas líneas, se acaba de presentar a cuatro de los seis finalistas del Premio Hammett de novela, quizá el galardón más importante del Festival ya que reconoce la mejor novela negra que, a criterio del jurado, se ha escrito en español.

Allí estaban presentes Carlos Salem, Mario Mendonza, Cristina Fallarás y Guillermo Orsi, que concurren con sus novelas Y sigo siendo el Rey, Buda blues, Así murió el poeta Guadalupe y Ciudad santa, respectivamente.

Carlos Salem explicó que si el protagonista de su historia es un detective privado amargado, su coprotagonista es el mismísimo Rey Juan Carlos I, quien desaparece unas semanas antes de su tradicional discurso de Navidad en el relato lo que genera que se le busque desesperadamente por todo el territorio nacional. Al no conseguirlo,  recurren a los servicios de un investigador que…

El escritor colombiano Mario Mendoza explicó que Buda blues está inspirada en la vida del tristemente célebre Unabomber, un personaje tan incómodo que ni siquiera  Hollywood se ha atrevido todavía a llevar a la pantalla grande.

La novela de Cristina Fallarás se plantea como un falso monólogo que desarrolla un personaje que vendió su alma al diablo y Ciudad santa es una reflexión sobre Buenos Aires, capital por excelencia de la novela policiaca latinoamericana.

Han habido más sensaciones en este primer día de la Semana. Pero creánme que han sido tantas que necesito de un poco de sosiego para volcarlas en este blog.

La Semana Negra cumple 23 años y su salud es inquebrantable pese a los agoreros. Gijón, además de ser una ciudad bellísima, multiplica su belleza con esta fiesta que un chico que viene de islas tan provincianas y aparentemente tropicales como las nuestras no hace si no que se pregunte lo podría significar para Santa Cruz de Tenerife si imitara este ejemplo en plenos y cruentos Carnavales.

Claro que, ustedes disculpen, me convierto en visionario cuando abandono las islas en busca de paraísos que, demonios, no están el el sur sino en el puto norte de un país al que pertenezco y que hoy puedo reivindicar sin rubor alguno gracias al fútbol: España, España, España.

Saludos, no sé si calandracas, desde este lado del ordenador.

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