El buque fantasma…

I.- PRÓLOGO

Hemos vuelto a salir a la mar. Nuestra pequeña embarcación navega empujada por el viento y el ambiente es de  cordialidad a bordo. Al caer la noche, y estando reunidos en el comedor para cenar, oímos gritos del vigía que nos conmina nervioso a que subamos a cubierta.

El vigía nos señala una mancha oscura que se dirige hacia nosotros. Ordeno al timonel a que gire nuestra nave a tiempo, ya que la mancha, que ahora reconocemos como un barco, casi nos pasa rozando. Alguien reza a sus dioses. Logramos arrastrar con cabos la pesada embarcación junto a la nuestra mientras pido voluntarios para que suban conmigo a examinarla.

La noche es tranquila, apenas agitada por el rumor de las pequeñas olas que chocan contra los cascos gastados de ambas embarcaciones. Recorremos el buque derramando haces de luz de proa a popa sin encontrar a nadie. Bajo a los camarotes mientras otros compañeros hacen lo mismo descendiendo a la bodega.

Nadie. El buque parece fantasma. En lo que debe ser el camarote de la tripulación encuentro el siguiente texto, escrito con letra aplicada aunque algo temblorosa:
 
II.- ¿QUÉ FUE ENTONCES?

“Leo un artículo que publica hoy, viernes, 27 de agosto, Diario de Avisos,  con una frase de inicio que pretende ser definitiva: “No todos los grandes guiones de la historia han pasado por un proceso de desarrollo, pero cualquier historia mejorará al pasar por él”. Lo dice Andrés Koppel, coordinador junto a Rolando Díaz, del Laboratorio de Escritura Audiovisual de Canarias (LEAC).

Continúo la lectura. Trufada de reflexiones con enjundia. Unos ejemplos cogidos al azar: “Se puede tener la mejor idea del mundo, que si no sabes desplegarla, porque no conoces las herramientas, no podrás llevarla a cabo. Nosotros –por el LEAC– valoramos que la propuesta sea buena, que permita trabajar en ella durante un año, y que el proyecto tenga sentido para ser rodado en Canarias“.

Me quito las gafas y limpio los cristales con un pañuelo de papel mientras pienso qué demonios se habrá querido decir con eso de “que el proyecto tenga sentido para ser rodado en Canarias”. ¿Sentido para quién? ¿Para los espectadores si la historia se hace cine?, ¿para los que asesoran ese proyecto? Y si es así, ¿bajo qué criterios?

Otra frase que pasará la historia: “El desarrollo es el trabajo sistemático y profesional sobre un guión. Lo pueden financiar las grandes productoras de cine a través de especialistas externos, pero en Canarias donde hay tan poco dinero, es necesario sacarle partido a una iniciativa como el LEAC”. A continuación se invita a las productoras de las islas a que empiecen a presentar proyectos al Laboratorio y se adentren en los apasionantes meandros del desarrollo. Se olvida reseñar que si obtiene el visto bueno del LEAC, ese proyecto contará además con el aliciente de competir con ventaja (el 0,5 puntito de más) de la comisión (una curiosidad: si borran la c queda omisión) que concede el visto bueno o malo a los trabajos que optan a ser subvencionados por el Gobierno regional.

En fin.

Otras frases: “el  LEAC no es un curso ni un proceso de formación, sino de desarrollo de un proyecto. Es evidente que en un año de trabajo desarrollando el guión, la persona que lo realice adquirirá nuevas herramientas para mejorar en su oficio, pero nuestro método es proyecto-céntrico, y se desarrolla a través de encuentros con especialistas”.

Entre otros, valorarán los trabajos profesionales como Helena Medina, guionista de  la miniserie 23-F y Joan Álvarez. En la segunda fase, o tratamiento, asesorarán León Ichaso, “que es un director de Hollywood, que ha trabajado con Jennifer López y Rubén Blades, muy relacionado con el cine inglés hecho por latinos”.

Sobre los proyectos de ediciones anteriores del LEAC, Koppel reconoce que no han tenido tiempo todavía de convertirse en películas, puesto que “cuando los guiones salen del LEAC, hay que buscarles una productora que los desarrolle y financie”.

La pregunta que me suscita es ¿quién les buscará productora para que los desarrolle y financie?, ¿el mismo LEAC?

Sobre el nivel de los participantes del Laboratorio, Koppel dice  que como en botica “hay de todo”. Desde gente con apenas formación a escritores que deberían buscar un guionista para su proyecto. No obstante, precisa que en Canarias “por su particular idiosincrasia, hay mucho talento”.

Debe ser eso, mucho talento.”

III.- EPÍLOGO

Aquí acaba el texto. Salgo de nuevo a cubierta y ordeno a los hombres que estaban explorando la bodega que me informen sobre lo que han encontrado: “guiones y guiones y alguna que otra lata de película”, me comenta Job. “No hemos podido recuperar ninguno. Quién sabe, la sal, la humedad y el olvido habrán hecho bien su trabajo”.

Una vez en nuestro velero le digo al vigía que ilumine la proa del buque fantasma para saber cuál es su nombre.

LEAC.

Dejamos el barco fantasma, que se aleja lentamente de nosotros hasta ser devorado por la oscuridad.

Saludos, muy agradecidos a h., desde este lado del ordenador.

5 Responses to “El buque fantasma…”

  1. elintenso Says:

    Siempre expresé mi preocupación (incluso en persona a los mandamases) por el detalle de que los proyectos de LEAC lleguen a alguna parte. Como ese buque fantasma… ¿O acaso no les importa?

  2. Cautivo y Desarmado Says:

    Evidentemente, no importa.

  3. elintenso Says:

    Eso me pareció (lo digo como triste y apesadumbrado)

  4. victoriano Says:

    El editor olvido reseñar otra respuesta de las que deben pasar a la Historia. Cuando el coordinador se refiere a Steven Spielberg y Mchael Moore, diciendo que entre esas dos elecciones puede estar el Leac en caso de necesitar asesores para proyectos de ficción o documentales. No sé si el uso abusivo de esos nombres para un proyecto tan tan tan lejano a ellos debiera estar penado por ley.

  5. Mercedes Says:

    Sí, lo de Spielberg y Michael Moore es bastante ridículo. Aunque sólo sea un ejemplo para que todo el mundo lo comprenda.

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