‘35 años después’

Teodoro y Santiago Ríos tienen mucho que ver en lo que unos llaman cine canario y otros la posibilidad de rodar cine en Canarias. Ambos iniciaron su carrera en los años setenta, en plena eclosión del fenómeno del cine en súper 8 mm a este lado del Atlántico junto a otros cineastas que rodaban con revolucionario y en ocasiones trangresor entusiasmo.

El cine que nos legó este grupo, aún sin denominar, sirve hoy como interesante documento para hacerse una idea de que como se vivió el desenfreno cultural en el Archipiélago unas décadas (los 70 y 80) que no sé si fueron mejores pero sí al menos más rabiosamente divertidas y comprometidas. 

En 1989 y con el estreno del largometraje Guarapo, los Ríos rompieron con esta dinámica al intentar dar el primer paso profesional de rodar una película canaria que pudiera llegar a estrenarse en otros rincones que no fueran Canarias.

Y lo lograron.

Más tarde llegaría Mambí y su extraña y personal road movie El vuelo del guirre, cintas todas ellas donde los cineastas querían explorar la huella de la emigración canaria.

El pasado miércoles, 27 de octubre, los hermanos Ríos volvieron a romper con lo que hay al presentar en los multicines Renoir de Santa Cruz de Tenerife (en una sala 2 a reventar de espectadores) 35 años después, un documental que amplía la visión que ya habían retratado de la antigua provincia del Sáhara español en El país de los hombres azules treinta y cinco años antes. 

Este nuevo trabajo se diferencia del original al cambiar radicalmente de concepto: si ayer fue concebir algo en la estela del National Geographic, hoy se trata de un documental que habla de lo que pasó después de que dejase de ser parte del territorio español.

Esta especie de continuación pretende así repasar  las contradicciones y vaivenes que ha ido transformando la fisonomía humana y geográfica de esta región (vecina a Canarias) ocupada para saharauis y provincia para Marruecos, estos últimos años.

No me ha parecido que se trate de un documental “incómodo y controvertido” sobre la sangría que supone para marroquíes y saharauis este conflicto, ya que los hermanos han procurado ofrecer un trabajo en la medida de lo posible objetivo.

Dando voz no sólo a saharauis de una y otra facción sino también a marroquíes y españoles. Entre estos últimos, militares y guardias civiles que coinciden al recordar el ignominioso proceso de descolonización en el que tuvieron que tomar parte.

El problema del documental (y a mi juicio lo que a la postre lo lastra) son sus ambiciones. Por un lado, el intento de contarnos cronológicamente lo que ha pasado estos 35 años y por otro la estructura del filme en sí.

Los Ríos, en su empeño por no caer en el panfleto, han prescindido de la voz narrativa en off para dejar que sean sus protagonistas los que cuenten su versión de los hechos. Lo que reviste a estos 35 años después de una polifonía que choca.

Es cierto que en ocasiones este diálogo entre lo que afirman unos y lo que contradicen otros resulta interesante pero creo que le costará apreciarlo a un espectador pez en la materia.

Sí, el filme resultará gratamente instructivo a los iniciados en el conflicto  pero mucho me temo que indiferente a los que no tengan ni idea de lo allí pasó y pasa en la actualidad.

35 años después adolece así de criterio didáctico (aunque no documental) para mostrar con distancia los pros y los contra de un territorio que desgraciadamente continúa siendo de actualidad.

Al mismo tiempo es un filme enriquecedor en cuanto a su labor por mostrar desde todos los puntos de vista posibles una visión del espectro sin amplificar (salvo al final) el eco de algunas de las partes en conflicto.

La duración del documental, dos horas de cinco grabadas, afecta igualmente a su redondez, ya que al menos a quien les escribe se le hizo demasiado largo en su media hora final.

Entre otros entrevistados que aparecen en este documental cabe destacar a Antonio Cubillo; el escritor y premio Nobel portugués José Saramago; el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Mohamed Abdelaziz, Aminetu Haidar y el portavoz del Gobierno marroquí.

Saludos, ¿Eric Clapton?, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “‘35 años después’”

  1. Un seguidor Says:

    Gracias editor.

  2. Javier Hernández Velázquez Says:

    Eduardo, gracias por tu apoyo a la literatura, y por echarme una mano en su día con la publicación del artículo que hizo Antonio Lozano de mi novela La identidad fragmentada en el suplemento de La Opinion. En espera de la publicación de El fondo de los charcos (Baile del Sol) la primavera próxima, el viernes 5 de noviembre presento en el TEA, Los días prometidos a la muerte (Idea), una colección de relatos, algo hardboiled. Si te viene bien está invitado a la misma. Saludos y te reitero mi agradecimiento.

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