Tenebrosa sesión de espiritismo tenebrosa

I.- ¿ESTÁS AHÍ?

El viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Alberto Delgado, vestido con un riguroso smoking color vino,  preside una mesa de ouija en algún remoto caserón del archipiélago. Por las persianas a medio bajar se filtra la moribunda luz de la tarde. Varios candelabros iluminan la estancia de manera intermitente, lo que hace dibujar caprichosas sombras en los rostros de los invitados a esta sesión de espiritismo.

Alberto Delgado (mientras apoya suavemente la yema del dedo índice de su mano derecha sobre un vaso de cristal transparente): Pancho… Pancho… ¿estás ahí?

Silencio sepulcral, sólo roto por susurros y toses algo nerviosas.

Alberto Delgado (repitiendo la operación): Pancho… ¿estás ahí?

Una ligera corriente de aire frío envuelve a los presentes.

Cristóbal de la Rosa (dando un salto sobre su silla): ¡Ñooo, qué viruje mano!

Alberto Delgado: Pancho… Pancho… ¿estás ahí?

Cristóbal de la Rosa (aún recuperándose del susto, pregunta en voz baja a su vecino): ¿Quién es Pancho?

José Miguel León Quinero (aflojándose el nudo de la corbata): El mero.

Cristóbal de la Rosa (quitándose las gafas): ¿Qué mero?

José Miguel León Quintero: El mero Pancho.

Cristóbal de la Rosa: ¿El mero qué?

José Miguel León Quintero: El mero Pancho.

Cristóbal de la Rosa (ajustándose las gafas): Ahhhh, mi pésame.

II.- SÍ, ESTÁ AHÍ

Alberto Delgado (con voz de mando): Pancho, cojones, ¿estás ahí?

El vaso avanza violentamente a la casilla donde pone .

Alberto Delgado (sonriendo aliviado mientras se dirige a los presentes): ¿Alguna pregunta?

Luz Marina Caballero: ¿Las Palmas de Gran Canaria será capital europea de la Cultura en 2016?

El vaso comienza a moverse enloquecido por la mesa. Va hacia una letra, donde se detiene unos instantes, luego salta a otra en el lado izquierdo del tablero. Por fin apunta una.

Alberto Delgado (con el brazo derecho estirado por el vaso): Apunten: J.

J. apuntan los invitados a la sesión de espiritismo.

El vaso se mueve ahora en otra dirección.

Alberto Delgado: E.

Primitivo Jerónimo Pérez: JE.

Alberto Delgado (hace un gesto de silencio con su mano izquierda mientras con la otra sigue al vaso): J.

Todos miran el tablero ouija.

Alberto Delgado: Otra vez JE.

Primitivo Jerónimo Pérez: Ya son dos JE. JEJE.

Cristóbal de la Rosa (acariciándose la barbilla): Me parece que se está riendo.

Luz Marina Caballero (cabreada): Andá y qué le dén al mero…

José Miguel León Quintero: El mero se llamaba Pancho.

Luz Marina se levanta de la silla y abandona la habitación dejando tras de sí un aroma a perfume ahora mismo difícil de identificar.

III.- SIGUE AHÍ

Cristóbal de la Rosa (osado): ¿Me recordarán como el hombre que fue TEA?

El vaso se mueve de un lado al otro del tablero, casi como si le costase digerir la cuestión. El vaso parece que se aproxima a la N… pero no, se mueve ahora en dirección al Viceconsejero.

Alberto Delgado (nervioso): T.

El vaso se dirige a la esquina.

Alberto Delgado: E.

El vaso se desliza ahora hacia arriba.

Alberto Delgado: A.

Cristóbal de la Rosa (dejando el bolígrafo al lado de su cuaderno de notas): ¿TEA

Delgado ordena silencio. El vaso repite la operación.

Cristóbal de la Rosa: Otra vez TEA. ¿TEATEA?

Alberto Delgado suelta el vaso con tanta rapidez que da en la cara de Cristóbal de la Rosa.

Cristóbal de la Rosa: ¡Joputa!

Los presentes se ponen en pie alarmados. Alberto Delgado tira su silla mientras ve el moratón que se va dibujando en la boca de Cristóbal de la Rosa.

Alguien chilla.

Alguien: ¡Está sangrando!

Cristóbal de la Rosa se lleva las manos a sus labios y observa manchas de sangre. Se desmaya.

Alberto Delgado (cerrando y abriendo los dedos mientras recoge la silla del suelo): ¿Alguna pregunta más?

Los invitados aprovechan para escapar con la excusa de arrastrar el cuerpo de Cristóbal de la Rosa fuera de la estancia.

IV.- CONTINÚA AHÍ

Alberto Delgado –solo en la habitación– cierra la puerta. Al volver a la mesa se inclina en el lugar que ocupaba Cristóbal de la Rosa y recoge el vaso, que limpia de restos de sangre.

Lo coloca sobre la tabla ouija.

Alberto Delgado: Pancho, ya que estás ahí responde a otra pregunta.

El vaso se mueve hacia la casilla .

Alberto Delgado (muy serio): ¿qué voy hacer en Cultura con el presupuesto que tengo para 2011?

El vaso se mueve un buen rato.

Alberto Delgado (siguiendo las casillas): Administrarlo con cabeza.

El Viceconsejero levanta el dedo del culo del vaso. Lo mira un buen rato. Siente como un ligero escalofrío sube por sus pantorrillas. Vuelve a colocar el dedo mientras pregunta: Pancho.

El vaso: ¿Qué?

Alberto Delgado: Eres un hijo de la gran puta.

V.- AHÍ. AHÍ. AHÍ.

La ventana de la habitación se abre bruscamente, rompe la persiana a medio bajar y una neblina espesa se adueña de la estancia. Ahora sumida en una oscuridad grisácea.

Alberto Delgado (clavado en la silla): ¿Nadie se ha confesado todavía?

Saludos, invocando a Cthulhu, desde este lado del ordenador.

7 Responses to “Tenebrosa sesión de espiritismo tenebrosa”

  1. Nando Parrado Says:

    Eduardo: lo tuyo es puro teatro. ¡¡Muy bueno!!

  2. Librario Says:

    Me dio por pinchar en el enlace que puso usted en “Primitivo Jerónimo” y me encontré con este magnífico chiste…

    http://www.cabildodelapalma.es/servlet/SProcessCMS?idPag=104&idLanguage=1&idTypeLink=1

    (copiar toda la dirección y pegarla en un navegador)
    “Competencias de Cultura, Educación y Patriminio Histórico: Item de contenido caducado o pendiente de revisión.”

  3. admin Says:

    Primitivo… ¿sigues ahí?

  4. mj alvarado Says:

    Buenísimo…ja,ja!

  5. mariano Says:

    Ah, pues ayer a mí me dio por pinchar en el mismo enlace y había información sobre el susodicho. Fue enterarse de que le habían linkado y poner la leyendita…

  6. Mercedes Says:

    Primitivo Jerónimo, madre mía, ese sí que es el hombre que nunca jamás estuvo allí. Guárdame un cachorro.

  7. André Says:

    Bem escrito, muito talentoso, mas o que se realata NÃO É ESPIRITISMO. O Espiritismo é uma filosofia cristã muito séria, não trem nada a ver com estas coisas das mesas de pé de galo.

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