Réquiem por ‘Letras Canarias’

El próximo 16 de enero cierra definitivamente su espacio en la red el portal Letras Canarias.

Las razones –según un e-mail que ha llegado a nuestro correo electrónico– es que su responsable no puede mantenerlo  tras diez años navegando contra viento y marea por el caprichoso océano de Internet.

En todo este tiempo, lamenta su fundador, coordinador y administrador, Antonio García Yedra, “nadie se ha ofrecido a echar una mano o aportar nada que no fuera su propia biografía, salvo tal vez una persona (Teresa Iturriaga) o enviar publicidad gratuita para su negocio. Periodistas, autores, editores, asociaciones, entidades públicas y escuelas literarias lo han usado para hacerse publicidad gratuita, pero nadie en diez años se ha ofrecido para colaborar o aportar ni un uno por ciento de los gastos que a una persona de familia obrera que vive de su esfuerzo personal le suponía.”

García Yedra, que pasará la historia de la cultura canaria por ser el que puso en marcha el primer portal de literatura canaria, explica en su escrito que son demasiadas las frustraciones que ha cosechado a lo largo de estos diez años intentado auditar a los escritores de estas islas. Y denuncia haber sido sometido a un continuado pirateo por parte de entidades que “han plagiado algunas redacciones de las biografías que recoge el diccionario de escritores” cuando él  procuró respetar sus fuentes “usando más de una y sin copiarlas literalmente”.

El portal Letras Canarias se nutría sobre todo por el “altísimo porcentaje de los escritores vivos que enviaron sus biografías” aunque en muchos casos tuvo que a adaptarlas para el formato del diccionario, recuerda.

“Nunca usé la página para mi promoción personal ni distinguí entre los que eran amigos o los que no. Con unos mínimos criterios de calidad, acepté lo poco que me llegaba o trabajé en propuestas ajenas pero no siempre, solo cuando tuve tiempo (ya que algunas sugerencias parecían encargos). Tampoco han querido servirse de esta plataforma gratuita quienes podían haberlo hecho. Ni siquiera ha habido una miserable reseña en los suplementos o las secciones de sitios web de la prensa local en ¡diez años! ¿O acaso creían que iba a hacerles la competencia a sus impresionantes negocios con varias páginas dedicadas a promover esos selectos servicios sexuales de los que comen tantos redactores en tanto que reducen o bien cierran páginas o suplementos culturales? Lo siento y gracias por todo.”

García Yedra advierte con ironía que quien quiera una enciclopedia de escritores canarios “que se compre la del Centro de la Cultura Popular Canaria, que no está nada mal.”

Y concluye que en estos diez años ha invertido de su bolsillo la cantidad de 1.000 euros. “Que Dios o quien sea me lo pague, aunque no creo que lo haga nadie.”

Tras anunciar el fin de Letras Canarias, García Yedra opta por ahorrarse “reflexiones sobre el hecho literario insular que, al parecer, no interesan a nadie, a menos que el adjetivo insular se entienda como individual.

Saludos, a lo cuando un amigo se va algo se pierde en el alma, desde este lado del ordenador.

5 Responses to “Réquiem por ‘Letras Canarias’”

  1. Miriam Says:

    Me va a perdonar el señor Yedra, pero no entiendo su enfado ni sus razones. Da la sensación de que no se dirigió a nadie para pedir lo que necesitaba, y que todo lo que le frustra esperaba recibirlo, sin más, por el hecho de existir. Las cosas no funcionan así. Y ahora, en vez de pedirlo, finiquita. Podría haber protestado para pedir lo que necesita y seguir… Mejor aún, podría haber inventado estrategias para recibir lo que necesita y seguir mejor que antes. Pero no. Hay algo en este asunto que no me cuadra.

  2. Antonio Says:

    Estimado Eduardo:
    Mucha gente sabe que la cultura no atraviesa por su mejor momento en las islas. Yo no quise quedar como un mártir. Lamento el tono de ese correo que reproduces porque fue escrito en un mal momento, aunque está bien que haga pensar un poco a la gente y tenga una repercusión que nunca tuvo antes el portal.

    Estimada Miriam:
    Queda perdonada. Precisamente ese tipo de cosas son las que me terminaron cansando: diez años manteniendo una página que casi todo el mundo de la cultura conocía, y pocos se interesaron por ella, en ocasiones para exigir determinadas cosas.
    La idea era que fuera independiente, pero que quien quisiera pudiera colaborar: aunque las colaboraciones fueran esporádicas, las hubo.
    La gente se ha sorprendido de que la hiciera una persona sola porque nunca puse mi nombre, ya que en teoría era una página para los escritores y los lectores, que si hubiera tenido ganas, conocimientos y personas dispuestas a colaborar habría transformado en wiki o portal colaborativo.
    Y en fin, ¿podía haber hecho más? Hice mucho, creo yo, para una persona sola. Ofrecí a varias personas que compartían algunas ideas comunes conmigo que colaboraran de forma más directa, pero no les fue posible. Sé que en los primeros años intenté promocionarla mucho más y llegó a donde tenía que llegar, pero nunca se hicieron eco ni demostraron más interés que mera curiosidad. Incluso no sé si alguien llegó a ver los pasquines que distribuí en alguna facultad de Humanidades y en librerías (cuando la ilusión estaba intacta). Y notas a medios de comunicación grandes y pequeños que nunca (que yo sepa) merecieron una mínima reseña. Últimamente la página no era ni la sombra de lo que yo proyectaba que fuera. Cuando la actualizaba la mayor parte de lo que me había llegado estaba caducado, así que tenía que terminar por dignidad y respeto a los usuarios.
    Ahora me plantean que tenía que haber montado una campaña o ir a pedir por los despachos de no se sabe quién, pero es que precisamente el primer motivo del cierre ha sido mi falta de tiempo, por motivos laborales y familiares, y de motivación. No me importaría que otra persona o colectivo hiciera un proyecto parecido, a poder ser, mejor. Yo ni siquiera podría ayudarles por lo que acabo de explicar.
    Y ahora que la cierro se ha convertido en noticia. Pues así funcionan estas cosas, pero el mundo no se acaba aquí. Se cierra con una pataleta de desahogo, pero sin más rencor.

    Un saludo.

  3. Miriam Says:

    Pues lo que no me cuadraba era eso, estimado Antonio, la pataleta, porque no entendía las razones. El trabajo está bien y lo que echas en falta se puede conseguir, entre otras cosas, ofreciéndolo. Si el problema es el tiempo, entonces, ya es otra cosa.

  4. Antonio Says:

    El problema era el tiempo y la falta de “recompensas” (más allá de lo económico), si se puede llamar así a que no te hagan ni caso hasta que desapareces. Un saludo Miriam.

  5. admin Says:

    Chapeau, Antonio…

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