Y el mundo, pese a todo, marcha

Espero con el mismo entusiasmo que el partido de este miércoles, donde los dos gigantes del fútbol español demostrarán al resto de los mortales que vale la pena ser titanes, la presentación a las siete de la tarde del volumen Generación 21: Nuevos novelistas canarios en la sede de la Mutua de Accidentes de Canarias de Santa Cruz de Tenerife).

Y lo espero porque quiero pensar que asistiré a un momento histórico en las letras canarias.

Vale, ok, sé que algunos se llevarán las manos a la cabeza –sin haber leído aún el libro, claro– pero no recuerdo en lo que llevamos de año un acto que concentre a tantos escritores –doce en este caso–  para respaldar una antología que ya está provocando cierto inquietante movimiento sísmico.

A la espera de lo que pase el viernes, día que espero sea de sano cachondeo, desacralizador y canalla como debe ser todo acto bien nacido, el caso es que significa que la novela canaria despierta porque del pasado hay que hacer añicos.

Con independencia del acto del viernes, la editorial Baile del Sol editará muy pronto En el fondo de los charcos, tercera novela del tinerfeño Pedro Javier Hernández Velázquez, en la que su autor vuelve a explorar los territorios del género negro criminal.

El argumento de En el fondo de los charcos resulta en un principio muy atractivo.

“Prisión de Fyffes, año 1937. Un poeta observa, a través de los barrotes surrealistas de su celda, una ciudad en tiempos de guerra que acepta en silencio que la fuerza de la Muerte abone la tierra y dé carnada al mar. Santa Cruz de Tenerife, setenta años después. Otros son los secuaces y abominables seres que brillan en nuestro tiempo de infinitas tribulaciones y oscuros lazaretos. La estrella de la vida ha sido desplazada, el cordero ha sido devorado por el lobo, y la imagen del Señor de las Tribulaciones desaparece de su santuario hacia el fondo de un charco de tramas políticas, sociales y económicas de unas islas convertidas en un profundo vertedero. En una habitación, Héctor Vázquez escucha a Dylan y espera la llegada de quien lo ha de asesinar. Su memoria y la del narrador omnisciente recorrerán los últimos noventa y siete días de la basura escondida. Y como es costumbre en nuestro autor, a mitad de camino un juguete amargo, una mujer.”

Por otro lado, ediciones Aguere en colaboración con Idea publicará  también una novela de J. Ramallo –autor de los cuentos reunidos en su Ensalada de canónigos–  y otra de José Luis Correa, creador del detective canario Ricardo Blanco, protagonista hasta ahora de cuatro  novelas policíacas con acento de aquí (Quince días de noviembre, Muerte en abril, Muerte de un violinista y Un rostro de sirena).

Tropo Editores reedita, por otro lado, El año de la seca, de Víctor Álamo de la Rosa, donde se describe la relación obsesiva de dos amantes y el ambiente también obsesivo y cruel en que sus vidas transcurren.

De esta novela, que ya ha sido traducida a cinco idiomas, entre ellos el francés y el portugués, José Saramago escribe en el prólogo: “Narra con seguridad de oficio el escritor, avanzando por los difíciles caminos de la identidad erótica de la pasión. Diríase también que con un erotismo de primer grado que no siempre logra ultrapasar la simple fisiología de los órganos, pero esa fue su apuesta.”

Y hay más.

Santiago Gil presenta El motín de Arucas (colección Episodios insulares, Cam PDS) título en el que narra los hechos que tuvieron lugar en esta localidad grancanaria en mayo de 1800 cuando los ciudadanos del municipio, acuciados por el hambre, asaltaron el Mayorazgo y se repartieron el trigo que se acumulaba en su interior para ser enviado a la Capitanía General de Canarias, ubicada en Tenerife (¿otra vez el puto pleito?).

Gil coordina también Ámbitos de microficción (Anroart Ediciones), volumen de pequeño relatos –cinco líneas– elaborados por los asistentes al Taller de Escritura de Ámbito Cultural 2011 impartido por el propio Gil.

Alexis Ravelo aprovecha el tiempo para presentar Los tipos duros no leen poesía, (acojónate Norman Mailer), tercera entrega de las andazas de Eladio Monroy, buscavidas marginal, sentimental y violento que se enreda en turbias aventuras cuyo principal escenario es la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

Ravelo inició la serie Monroy en 2006 con Tres funerales para Eladio MonroySólo los muertos.

Pero no se me vayan que quedan más. Las escritoras Cristina García Romero indaga en como el azar afecta en nuestras vidas en los relatos compilados en Caja de botones e Inma Velázquez prueba en la literatura infantil con sus Cuentos de chocolate, ambas editados en Idea este abril que ya no se muere.

Isabel Medina, en la misma editorial, presentó las novelas Los cuadernos de Marta 1 y 2.

Y esto solo en cuanto a novela y a relato se refiere porque en poesía soplan también aires que espero dé entrada a otro post de este –navegamos– su blog.

(*) La imagen que ilustra este comentario corresponde a Y el mundo marcha, probablemente la mejor película de King Vidor.

Saludos, un martes insólito aunque algo…, desde este lado del ordenador.

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