Hasta pronto, don Gilberto

Gilberto Alemán fue un periodista de los de antes. Cuando escribo de los de antes me refiero a la vieja y legendaria escuela de reporteros que lo mismo escribía con notable pericia sobre deportes que sobre sucesos. O política y sociedad. O cultura y artículos de opinión.

No tuve la suerte de conocerlo personalmente pero sí se me une una cariñosa amistad con algunas de sus hijas y primos, por lo que me sumo al pesar –ya generalizado que sentimos la mayoría de los que aún tenemos claro que en este oficio de ingratos todo es cuestión de aprender– por la ausencia de una de las escasas leyendas con las que cuenta el periodismo canario.

No me gusta emplear el don, pero en el caso de un hombre que entregó su vida a informarnos de nuestra realidad y más tarde a investigar sobre nuestro pasado común, creo que el apelativo encaja como un guante en la personalidad de este hombre al que ahora quiero recordar bronco y sincero, honesto y preciso cuando describía sobre su entorno.

Gilberto Alemán de Armas (San Cristóbal de La Laguna, 25 de abril de 1931) comenzó su trayectoria profesional como redactor en el periódico El Día, donde ejerció como jefe de sección en 1969 y de nuevo como redactor entre 1976 y 1978. Trabajó también en la  Hoja del Lunes de Tenerife y fue director de la revista universitaria Nosotros (1958), Diario de Avisos y redactor jefe de La Tarde.

En Venezuela, donde emigró como otros tantos miles de canarios, llevó las riendas del semanario 7 Islas y fundó en 1980 la agencia informativa SID, primera de esta naturaleza que se estableció en Canarias. También tuvo a su cargo la dirección del semanario Archipiélago, que se publicó en la capital tinerfeña en 1981 y entre 1986 y 1988 estuvo al frente del gabinete de prensa del Parlamento de Canarias.

El currículum de Gilberto Alemán es impresionante, por lo que solo cabe destacar que, entre otros medios canarios fue columnista de La Opinión de Tenerife, colaborador de Radio Club Tenerife y Televisión Española en Canarias.

Intelectual inquieto, escribió también obras de teatro (Plaza mayor, Al final de la calle, Entonces era otoño y Cuatro estudios en negro, así como El paraguas, escrito especialmente para el grupo de teatro de sordomudos de Tenerife), narrativa infantil y novela como es Tiempo sur.

Concejal en dos ocasiones en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, entre otras distinciones recibió el título de Hijo Adoptivo de Santa Cruz de Tenerife y el Premio Canarias de Comunicación, otorgado en 1995. Fue, además, Cronista Oficial de la capital tinerfeña.

Ya lo indiqué al inicio de este post, con Gilberto Alemán desaparece uno de los grandes del periodismo canario de todos los tiempos. Un hombre que contribuyó además a que el apellido Alemán se convirtiera en sinónimo de buen periodismo a este lado del Atlántico.

Perteneció a una estirpe de hombres y mujeres modelados con otra pasta. A mi siempre me parecieron de acero.

Un abrazo muy fuerte a los suyos.

Saludos, una vez más muy tristes, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “Hasta pronto, don Gilberto”

  1. lester freamon Says:

    ¿dónde quedó ese buen periodismo? A dónde fue a parar esa pericia? dónde está ese legado?

  2. admin Says:

    Buena pregunta, estimado Lester.

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