Cristóbal de la Rosa y Javier González de Durana, una interesante cuestión de estilo

Javier González de Durana finaliza este domingo, 31 de julio, un ciclo profesional más en su carrera.

Deja la dirección de Tenerife Espacio de las Artes (TEA) tentado por los cantos de sirena del Museo Balenciaga, así que su anunciado adiós a la isla que en un principio fue recibido con momentáneo desconcierto, ahora sabe a dulce despedida.

Y escribo lo de dulce despedida porque tanto de Durana como Cristóbal de la Rosa, director de Cultura y Patrimonio del Cabildo de Tenerife, escenificaron este mismo miércoles un adiós con estilo.

Un adiós que quiero y deseo que se interprete con un sencillo y definitivo la paz sea contigo.

Javier González de Durana puede irse con la cabeza alta porque, a mi juicio,  supo gestionar TEA pese a que estrenara el cargo en tiempos de cólera y escasez presupuestaria.

Pero a él le debemos, como también le debemos al equipo que trabajó bajo su dirección y al respaldo político con el que libró batallas que ni de Durana ni de la Rosa negaron ante los periodistas –gesto por otra parte que los honra–, a que este formidable espacio de la capital tinerfeña se haya convertido en un referente cultural para Canarias.

Y si bien es cierto que no lo tuvo fácil, creo que nadie pondrá en duda que además de su lúcida y como todas las cosas discutible visión artística, se nos va un hombre que aprendió en esta isla a maniobrar con inteligente cintura política los obstáculos que le salieron al paso.

Entre otros, los generados por un grupo de conjurados que se esforzaron en dinamitar una idea que al final, afortunadamente, apenas tuvo resonancia en los mentideros y ni en las episódicas y en ocasiones engañosas denuncias públicas (caso del tapiz Ceres. Caso de la guerra de siglas que lamentó que lo que nació siendo IODACC se conozca hoy como TEA. Caso que de Durana “escondiera” los fondos Óscar Domínguez, por poner solo algunos ejemplos que se me vienen ahora a la cabeza) que nacieron con la única voluntad de hacer daño. 

Si partimos de la base que la etapa de Durana no ha sido redonda, nadie puede discutir que lo hecho, bien hecho está. ¿Que pudo haber mejorado y corregido algunas cosas?, sí, pero visto los resultados ¿alguien se acuerda de esas imperfecciones?

De Durana, que el pasado martes celebró una fiesta de despedida en un local de la calle de la Noria con todos los Amigos de TEA, admitió ante los periodista que fue complicado “organizar equipos” así como “armar un tejido diplomático a su alrededor para generar una serie de colaboraciones que son necesarias en el ámbito museístico”.

Respecto a sus relaciones con el Cabildo apuntó: “No soporto la pedantería ni tampoco la afectación y mucho menos en mí mismo… Cuando estás en un equipo en el que hay que resolver problemas siempre aparecen posicionamientos distintos. A veces fui como una piedra en el zapato de Cristóbal de la Rosa y él también lo fue en el mío, pero cedimos en algunas cosas por el TEA. Puede que un día nos miráramos de arriba a abajo con cierto disgusto, pero eso forma parte de este trabajo. Es imposible tener el mismo concepto sobre todo. En este sentido, tengo que reconocer que en este ciclo ha habido opiniones opuestas, pero no enfrentamientos.”

A su lado, Cristóbal de la Rosa admitió que era imposible que “Javier y yo pudiéramos estar de acuerdo en todo” pero añadió que en estos últimos cuatro años (2008-2011) se han cubierto al cien por cien “los objetivos que nos planteamos en el primer encuentro. Entonces la prioridad era definir la estrategia que debíamos seguir, los objetivos que se debían cubrir en una primera fase y, sobre todo, hablamos de poner el TEA en un plano visible. A pesar de los problemas económicos que han existido, que durante este periodo han sido muchos y variados, tengo la impresión de que se han logrado cubrir unas necesidades que están por encima de unos mínimos.”

Y no cabe duda que pese a esos problemas económicos, TEA pasa con buena nota el expediente.

Ahora solo falta conocer el nombre de quién sustituirá al hombre que en parte contribuyó a que así fuera.

Ese hombre o esa mujer tendrá que gestionar con escasos recursos un espacio que ya es un emblema para esta ciudad que, pese a las adversidades, demanda cultura. Una cultura que en TEA hasta ahora ha contado solo con la financiación del Cabildo de Tenerife. Ya es hora por lo tanto, y me sumo a la reclamación que hizo pública de la Rosa en ese encuentro con la prensa, a que el Gobierno de Canarias pelee en Madrid para que TEA y CAAM obtengan de una vez más financiación del Estado.

Saludos, escuchando At last por Etta James, desde este lado del ordenador.

3 Responses to “Cristóbal de la Rosa y Javier González de Durana, una interesante cuestión de estilo”

  1. Julio A. Says:

    Espléndia carta de despedida de González de Durana
    http://elbaileylascadenas.com/2011/07/29/muchas-gracias-y-hasta-pronto/

  2. admin Says:

    Gracias, Julio. Un abrazo.

  3. urs Says:

    http://www.diariovasco.com/v/20110908/cultura/debemos-diversificar-podemos-limitar-20110908.html

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