El otro Murakami (o el que avisa no es traidor)

Comparte el mismo apellido que Haruki Murakami aunque no le une ningún lazo de parentesco sanguíneo ni tampoco literario.

A Ryu Murakami le fascina el lado oscuro. Sus novelas son de hecho invitaciones a la tierra de las sombras, todas ellas plagadas de exquisitas descripciones que hace de la violencia algo voluptuoso, un territorio donde se cruza el placer y el dolor.

Escritor de culto, Ryu Murakami puede gustar o disgustar, pero no deja indiferente a nadie. A mi me gusta. Demasiado.

Afortunadamente, y tras Azul casi transparente (Anagrama) y Sopa de mijo (Seix Barral), Ediciones Escalera está recuperando en castellano su obra con dos títulos en los que se da lo mejor y lo peor de este escritor, hijo del confuso sol naciente: Los chicos de la taquilla y Piercing, este último libro una delicada pieza de orfebrería sobre el amor maldito.

El amor maldito no es el amor loco que parieron los surrealistas. El amor maldito es aquel que necesita brotar de un cálido baño de sangre. La pasión se confunde entonces con la obsesión de infligir dolor en todos aquellos que desconocen el significado de esta palabra.

Una infancia caótica y maltratada ha abonado las cabezas de sus protagonistas para vivir una doble existencia. Son como los dos lados de una misma moneda. La cara muestra a un hombre o a una mujer aparentemente normales, personas sensatas. La cruz revela sus inquietantes pulsiones. En Piercing se manifiesta en un caballero que desea cruzar la línea de sus deseos rutinarios hundiendo un punzón en el estómago de una prostituta. La prostituta, la dama, automutilándose…

En el relato de Murakami estás dos almas, aparentemente gemelas, se encuentran y casi rozan la perfección del amor maldito, que siempre se disuelve en nada. Indeferencia. En un aplastante ya no te quiero inevitable.

Piercing es una novela corta, apenas llega al centenar de páginas, y absorbe la atención del atribulado lector. En mi caso no dejaba de comparar este pequeño gran título con esa extraña rareza cinematográfica que es Audition, del en ocasiones sobrevalorado Takashi Miike. Ryu Murakami fue, de hecho, uno de los guionistas de ese largometraje que va más allá del sórdido homenaje sadomasoquista.

Sirva esta referencia, sin embargo, para que se hagan una idea del universo literario en el que se mueve su autor, también director de cine y batería en una banda de rock.

Entiendo que una novela es buena cuando me prohíbe terminantemente que coja otro libro entre las manos. Con Piercing me pasó eso mismo. Su lectura, poética, resulta hipnótica, de una fascinante sexualidad. El final, redondo y desconcertante, me hizo dibuja una extraña sonrisa en los labios.

Yukio Mishima puede descansar tranquilo en su tumba aunque las intenciones de este bastardo sean muy diferentes a la del autor de El marino que perdió la gracia del mar o Confesiones de una máscara.

En las novelas de Ryu Murakami hay una perversa mirada que lo acerca más al pálpito de un marqués de Sade oriental. También una cruda lectura sobre la soledad. Una soledad en la que se encuentran cómodamente instalados sus protagonistas. Casi todos ellos han perdido interés por mezclarse con sus semejantes a los que francamente detestan. Claro que ese desprecio solo es reflejo del profundo rechazo que sienten hacia ellos mismos.

Insisto, el otro Murakami no es un escritor apto para todos los públicos. Sus novelas son como aventurarse a tomar un ácido y dejarse llevar por fantasías lisérgicas por muy monstruosas que resulten. A quien no le importe las secuelas, iniciarse con Piercing es el anuncio de una obsesión más que recomendada.

Están avisados los que no están preparados para quedar seducidos por la extravagante poética de un escritor que narra todas sus historias sin compromiso provocador. Y quizá sea ésta, precisamente, una de las lecturas más estremecedoras que, a mi juicio, emana de la producción de un escritor que si engancha resulta tremendamente adictivo.

Saludos, el que avisa no es traidor, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “El otro Murakami (o el que avisa no es traidor)”

  1. carlos lite Says:

    Soy seguidor del otro Murakami…. pero si encuentro algo de éste lo leeré, sin duda….

  2. admin Says:

    Te recomiendo para iniciarte Piercing pero ¡cuidado!

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