Sacrificio IV (La invocación)

Llego a Teno sobre las nueve de la noche. Me camuflo en una loma y espero.

Me despierto al escuchar el crepitar de una hoguera y a dos personas que miran al océano. Con los prismáticos me doy cuenta que una de ellas es Inés Rojas, que viste una túnica tricolor, blanca, de un azul salpicado de siete estrellitas verdes, y amarillo.

Lleva en sus manos un cuchillo que levanta mientras su acompañante intenta colocar sobre una roca que debe hacer de altar un baifo al que llaman Cultura. El animal, nervioso  intenta morder aunque sus dientes apenas hace daño porque, pienso, son de una bestia acostumbrada a la digestión vegetariana.

- Todas sobre un mismo mar.- recita Inés Rojas de pronto con el afilado cuchillo por encima de su cabeza mientras el baifo bala desesperado y las aguas del océano se agitan en violentas olas que estallan contra la roca.

Rojas, con el rostro moteado de gotitas de agua salada, continúa recitando la extraña oración que parece querer convocar a una deidad  prohibida.

Los ojos del baifo están desencajados, tanto que parecen salir de sus órbitas.

- Resignación.- oigo que dice Inés Rojas bajando el cuchillo que se clava en la tosca piedra porque el animal ha tenido la pericia de girar hacia la izquierda cuando tenía que quedarse en el centro de la piedra tosca.

- Ayúdame, lacayo.- grita Rojas. Y observo como un tipo gordito ataviado con falda romana y ajustándose las gafas atrapa por la cabeza al baifo, que lanza un ronco lamento.

- Vamos, cantemos:/ somos siete sobre el mismo mar.- canta feliz Rojas, quien parece  calmar al animalito que escupe –juro a los dioses que lo que escribo es cierto– algo así como: No me mates… ¡¡¡No me mates todavía!!!

- Siente el latir de un solo pulso…- susurra Inés Rojas, a quien no le tiembla la mano porque así lo ordena él.

- No funciona, Inés. No funciona.- grita el ayudante gordito.

Inés Rojas mira por el rabillo del ojo como un demoníaco tentáculo hace amago de salir del agua para volver a sumergirse en el mar.

- La canción no sirve. No sirve.- exclama desesperado el gordito.- Ya no tenemos derecho sobre ella, ama Inés.

- Nooogggg.- exlama mientras tanto el baifo.- ¡Quiero vivir!

- Aguántalo fuerte.- ordena Rojas al ayudante gordito.- ¡¡¡Aguántalo fuerte por el cogote!!!

Inés Rojas consulta rápidamente su libro de invocaciones.

- Quiero ser como Pepe…

- ¡No funciona, Inés!

- Lucha canario como lucharon…

- ¡Tampoco!

- Un mar azul con siete estrellas verdes…

- No. No. No.

- Me gusta la bandera, me gusta la bandera oh mamá bandera tricolor…

- ¡Ahora sí! ¡Sí!

- Con siete estrellas verdes, oh mamá bandera tricolor…

(Continúa)

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