Hasta pronto, hermano

A Enrique Cichosz no le hubiera gustado que lo recordara con lágrimas.

A un tipo grande y bueno como Kiko hay que recordarlo con una sonora carcajada.

Lo veo ahora en mi cabeza dibujando, escribiendo, tuneando objetos, dando rienda suelta a una imaginación que hacia de la nada pura y desbordante fantasía.

Me he pasado casi todo el día evocando aquellos tiempos en los que el grupo nos reuníamos en su casa, un piso ubicado en la Rambla de Pulido de la capital tinerfeña, para dejar que el tiempo pasara mientras ojeábamos sus libros, sus comics. Mientras hablábamos de cualquier cosa y examinábamos sus extraordinarias ilustraciones, muchas de las cuales dignificaron Historias Extrañas, el fanzine que contra viento y marea sacamos adelante una pandilla de adolescentes presos del veneno lovecraftiano.

Recuerdo un inolvidable y psicodélico viaje al Médano y también cuando Kiko se trasladó con su familia a vivir a La Laguna. A una casa rodeada de magia.

También las formidables meriendas que nos preparaba su madre mientras el grupo hablaba y hablaba e intentábamos pasar a la historia creando al primer súper héroe canario.

Un héroe patoso que adquiría los poderes de una cucaracha para enfrentarse al infernal doctor Vulcano, que tenía su laboratorio dentro de las faldas del Teide.

Aquella historieta no llegó a nada. Pero Kiko moldeó un muñeco del personaje que nos hizo soltar a todos una estruendosa carcajada que todavía resuena en mi cabeza.

Enrique Cichosz fue lo que se dice un pedazo de artista. Un genio con todas sus letras. Un hombre, además, con una extraordinaria capacidad de magisterio. Y con una humildad que desarmaba fruto de un sentido del humor heredado que convertía cualquier tragedia en un chiste.

Kiko es sinónimo de talento. De talento de verdad.

Tuvo una asombrosa capacidad para conectar con su generación a través de sus dibujos y, en los últimos tiempos, a través de sus agudas e ingeniosas reflexiones blogueras en una bitácora virtual que cerró harto de la esclavitud que impone. Afortunadamente, nos regaló lecciones de vida que me llevaré ese día en el que estaré junto a él para dar forma definitiva a nuestro súper héroe con poderes de cucaracha. 

En los últimos tiempos sabíamos de nosotros a través de facebook y de los comentarios ocasionales con los que participaba en este blog en el que ahora escribo estas pobres y resignadas líneas para honrarlo con una torpeza que no se merece.

Me quedo tranquilo pensando que, pese a las adversidades, pese a las piedras gigantescas que se le pusieron en el camino, Kiko (o Ike Janacek, como se hacía llamar últimamente)  tuvo una buena vida y que todos los que lo conocimos lo quisimos.

Solo lamento que no se dieran las condiciones necesarias para que se reconociera su genio. Un genio en el que no creía porque le era innato.

No lo fabricó para medrar como sí hacen los mediocres.

Le fue natural.

Quizá por eso nunca se lo tomó demasiado en serio.

Y quizá por eso su extraordinaria y desbordante generosidad.

De dar sin pedir nada a cambio.

Kiko/Ike era, fue, es un prodigio.

Uno de esos amigos, y hago extensivo este sentimiento a su familia, a su formidable madre y a sus formidables hermanas, que me hacen pensar que está bien vivir si conoces a gente como ésta.

Hecha de buena pasta, sin estúpidas dobleces.

Saludos, hasta pronto, hermano, desde este lado del ordenador.

17 Responses to “Hasta pronto, hermano”

  1. Coriolano Says:

    Contar historias sobre Kiko daría para un interminable libro, pero hay algo que me has hecho recordar y que hace un rato, cuando he vuelto a estar otra vez en el tanatorio, evocaba también mientras miraba una caja que ya no lo contiene. En aquel viaje sicodélico y surrealista a El Médano, nos salvó la vida a todos (y no es una figura retórica) en el trayecto de vuelta cuando íbamos directo contra un muro de la autopista a más de 120 km/h. Hubiera querido devolverle aquel favor. Tienes razón: si nos viera con lágrimas, se reiría de nosotros. A Kiko hay que recordarlo con una carcajada y la bonachona mala leche que siempre tuvo.

  2. Eduardo Says:

    Enrique es una de las mejores personas que me encontré en la vida. Además, como comentabas tú mismo, de un talento infinito. Siempre estaré en deuda con él. Fue mi amigo y mi maestro y espero que en donde esté no lea esto, porque le molestaría muchísimo, humilde de verdad como era. Joder, como le voy a echar de menos.

  3. Anuska Says:

    Gracias

  4. sonia Says:

    Mi hermano no pudo tener mejores amigos.
    Mil gracias Eduardo, y un gran abrazo de mi madre y nuestro.

  5. juan carlos hernández Says:

    Talento y bondad, bondad y talento. Estas son las primeras palabras que me vienen a la mente cuando pienso en Enrique, o Cichosz, como lo conocíamos y lo llamábamos en el Colegio donde estudiamos. Hace tiempo que perdimos el contacto y no teníamos relación pero el recuerdo permanece. Algunos correos hace un par de años con motivo de nuestro 25 aniversario y poco más. Coincidimos en La Salle San Ildefonso, pasamos la infancia juntos hasta nuestra adolescencia. Todavía recuerdo sus dibujos y su infinita y limpia expresión de bondad en la cara, sin defensas, sin escudos, de frente. Jamás olvidaré el año del antiguo primero de bup que nos sentábamos juntos en la última fila de la clase con Juan Carlos Fresnadillo, otro genio, otros soñador, otro ser curioso: diferentes, geniales, personales. El comic, el cine, el dibujo, la cultura … Lo siento enormemente, lo siento por todos aquellos que lo conocieron después que yo y tuvieron la suerte de tratar con él y de ser sus amigos, lo siento profundamente por su famila. Que su enorme corazón permanezca siempre con ellos.

  6. José Luis Says:

    Echaré de menos las largas conversaciones sobre cine, política en la que jugabamos a arreglar el mundo, cuando hace muchos años vaticinabamos que una gran crisis económica podía llegar, y rezabamos para que nuestro peores presagios no se cumplieran, me decía que aprovechara el tiempo y que viajara con su hermana Anuska, y menos mal que le hice caso, y espero que allí donde este, siempre nos envié una sonrisa y nos de mucha fuerza para seguir por el sendero de la vida, que se hará más cuesta arriba sin él. Espero que el vacio que ha dejado, lo disfruten otros por su gran talento y maestría.

  7. admin Says:

    Sonia y Anuska… Un beso fuerte a las dos. Y otro más fuerte, si cabe, a vuestra madre.

  8. Santiago Tallo Says:

    Acabo de llegar a Casa y ojeando el Facebook me acabo de enterar de la terrible noticia en el Muro de Pepe Verde. Me he quedado de piedra, recordando los buenos momentos de tantos años de colegio, en la casa de la Ramba de Pulido, la de San Benito, los buenos ratos con toda la familia. Solo me queda recorder con cariño a un grandísimo artista y una grandisima persona. Mi mayor beso con todo mi cariño para Sonia, Anuska y para la grandisima Nancy. Querido Kiko, que donde estés, seas feliz y nos cuides a todos. Un abrazo amigo y hasta siempre.

  9. cautivo y desarmado Says:

    Una verdadera pena. Un grandísimo talento, evidente, que nunca se creyó.

  10. admin Says:

    Eso son los mejores, Cautivo… Los que trascienden, el resto… Me encojo de hombros.

  11. MH Says:

    Primero conocí al Ike de Internet, inteligente, ácido, siempre empapado de humanidad, expansivo y amable, y con un talento que se le salía por las orejas. Los que andábamos de aprendices de blogueros perdíamos el culo porque nos sacara en una de aquellas viñetas suyas en las que caricaturizaba a sus “contactos” pre-facebook.
    Luego tuve la enorme suerte de coincidir con él en una excursión a Coruña, compartir una tarde deliciosa y un poco absurda y cimentar una relación lejana pero ya cordial para siempre: como nuestra común amiga Nuala, siempre pensamos que estas relaciones de red son sólo humo hasta que somos capaces de reunirnos delante de unas cañas. Siguiéndole luego en sus desapariciones y cambios de humor, tratando de animarle como mejor supe cuando la mala suerte se cebaba (una vez más) con el. Pidiéndole favores a los que nunca se resistió ni un poco, por intempestivos que fueran.
    Por eso la noticia de su muerte, que me llega de rebote en esta temporada que ando escondido en los pliegues de las redes, cae como un mazazo.
    Era un grandísimo tipo. Con un grandísimo talento.
    Aun no puedo creerlo. Y lo lamento muy hondo.

  12. ELISA ALBERTOS Says:

    Mi mejor recuerdo de Enrique es releer los correos que nos enviamos a raíz del encuentro de los 25 años de La Salle y al que no asistimos, pero nos vimos poco tiempo después compartiendo un rato exquisito.
    Amable, generoso, cómplice, y un maravilloso regalo reencontrarme con él.
    Un cariñoso saludo para la familia y su legado, sus palabras y escritos nos acompañarán siempre.
    ¡Muchas gracias Enrique por todas las palabras que tengo tuyas y que guardo como un tesoro!

  13. maRia Says:

    He sido una afortunada por haberle conocido y querido, pero sobre todo por saberme querida por él.

  14. Juanan Says:

    Gracias por transmitir con tus palabras lo que otros pensamos y no somos capaces de expresar.

  15. Araceli Says:

    Mi más sentído pésame a familia y amigos.
    Araceli

  16. Luis Sánchez-Gijón Says:

    Se me acaba de joder el día, han pasado ya ocho meses y me acabo de enterar por esta página.
    Mi admirado Enrique.
    Qué pedazo de talento y de humanidad se ha perdido.

  17. admin Says:

    Lamento que te hayas enterado por nosotros de tan triste noticia, Luis. Un fuerte abrazo.

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