Anoche soñé que todo sigue igual

Apenas dos o tres narradores asisten, entre otras personas del público, al debate organizado por la Cátedra Pedro García Cabrera en el Ateneo de La Laguna y en la que intervienen, bajo la moderación de Alfonso González Jerez, Ángeles Alonso, por Baile del Sol; Miguel Ángel Rábade, profesor universitario y socio de la librería Mistério, y quien ahora escribe estas líneas.

Su título: A propósito del puchero narrativo canario: ¿caldo con sustancia o vapores volátiles.

Me llegan, no obstante, mensajes de algunos escritores que disculpan su ausencia. Otro cuelga en Facebook la razón que podría ser clave para que no estén ni como fantasmas: el partido de fútbol que enfrenta más o menos a esa misma hora al C. F. Barcelona con el Real Madrid. ¿Por qué –lamenta– se ha escogido la cita a la misma hora en la que esos veintidós multimillonarios juegan sobre el césped del Camp Nou?

Comienza el debate, un debate con más blanco que negro, con ligero retraso.

Por cierto, hace un frío del carajo en La Laguna.

Entre las muchas cosas que se habla, se habla sobre todo de la antología Generación 21: nuevos narradores canarios. Y se habla y se habla de este librito que ha puesto de nuevo en órbita a algunos de los doces autores seleccionados. También de la ausencia de crítica en este archipiélago desvertebrado donde la crítica, se apunta, ha terminado por transformarse en artículo laudatorio salpicado de referencias literarias. Es más que probable que muchas de ellas, las referencias, mal digeridas.

Alguien apunta que en Canarias se necesita crítica que diga la verdad.

¿La verdad?

La misma persona apunta que ello contribuiría a que mejore el trabajo del escritor.

Bueno, reflexiono mientras me arropo con el abrigo, bueno…

Puede que sea justo en ese momento cuando cualquiera de los veintidós multimillonarios mete un gol en la portería del equipo contrario.

¿Hace falta un Mourinho de la crítica en Canarias?

La charla continúa y los temas se cruzan.

Y entiendo que detesto la palabra crítico.

Soy un lector. Un lector algo compulsivo. Me encanta el puchero porque lleva un poco de todo. Verdura y carne. Cuando lo disfrutas no sabe qué pieza vas a masticar. Si Forrest Gump puede decir que la vida es como una caja de bombones porque nunca sabes cuál le va a tocar, yo digo que la narrativa canaria es como un puchero porque como le pasa con los bombones a ese tonto genial que es Forrest, nunca sabes si lo que te vas a meter dentro es una batata o un pedazo de ternera. O unos garbanzos con habichuelas.

Alguien dice que la diferencia entre los narradores canarios de los 70 y los de esta G21 –ambas ¿generaciones? no dejan de resultar un recurso promocional cuya eficacia habrá que estudiarla dentro de unos años–  es que aquellos contaban con mayor bagaje intelectual tras sus espaldas. Es probable que no le falte razón, pero su obra, la de muchos de los 70, no ha sabido superar la prueba del tiempo. No voy a mencionar autores, pero a mi la mayoría de sus libros se me caen de las manos en la actualidad.

En mi intervención prefiero ir más allá de la G21, y hablo sobre escritores nacidos o residentes en las islas a partir de los 60 hacia acá. Con la mayoría de ellos comparto las mismas influencias artísticas y culturales que nos han definido como personas. Es decir, que somos criaturas que nos alimentamos viendo cine, leyendo colorines, escuchando la misma música y probablemente consumiendo las mismas sustancias tóxicas.

Con esto quiero decir que cuando leo sus relatos y novelas encuentro signos que son mis signos. Me hablan de paisajes que reconozco. Sea el escritor grancanario o palmero, sea el escritor conejero o tinerfeño.

A toda esta gente, y no solo a los doce de G21, les une pasiones e inquietudes en las que me reconozco. Noto sus influencias, que suelen ser las mías.

¿Qué que le dirán sus historias a las generaciones del siglo XXI? Eso nadie lo sabe, por razones obvias. Ni siquiera si alguno de esos potenciales lectores llegará a sus obras en formato tradicional –papel– o digital.

Lo que sí defiendo durante el debate es que a toda esta hornada de narradores nacidos o residentes en Canarias a partir de los sesenta ya no le hacen ascos a la literatura de género y que gracias a la literatura de género algunos de ellos ha logrado incluso ser publicados y reconocidos fuera de las islas.

Cito a Víctor Álamo, a Víctor Conde y a José Luis Correa, entre otros.

Estas voces narrativas canarias están metiendo sus pezuñas en la ciencia ficción, la novela negro criminal y el terror y la fantasía con resultados de verdad más que notables. También tantean la Historia. Otros, incluso, exploran vías experimentales e intimistas con resultados desarmantes. Se me viene a la cabeza La isla de las palabras desordenadas de Yolanda Delgado Batista, o tiran por un realismo crudo que sin renunciar a la poesía describen con pulso y mucho vigor la penosa realidad que nos rodea: el paro, el éxito y el fracaso, el dinero. Una línea en la que, a mi juicio, el escritor grancanario Santiago Gil ha escorado su producción en títulos tan recomendables como Las derrotas cotidianas o Queridos Reyes Magos. Álvaro Marcos Arvelo, por el contrario, supo fusionar Historia con su territorio mítico en Al sueño polar de golondrinas y Pablo Martín Carbajal tejer un relato urbano sobre sueños rotos en su La ciudad de las miradas.  

El debate que se mantiene en el Ateneo toca también a las editoriales canarias y su capacidad para distribuir sus libros. Alguien protesta del distingo que se hace en las librerías de aquí con la literatura de aquí. Como si la literatura canaria fuese un género en sí mismo. También se queja de la escasa presencia de muchos de estos títulos en las mesas de novedades.

Se tratan más temas pero muchos han quedado ocultos en el disco duro de mi memoria. Me quedo, eso sí, con la extraña sensación de haber dicho menos de lo que tenía que decir. La misma sensación, imagino, que le pasa al resto de los compañeros con los que comparto mesa.

Tras el turno de preguntas, termina el acto y salimos a la calle donde aprecio, una vez más, que hace un frío del carajo en La Laguna.

Cuando bajo a Santa Cruz no sé ni me importa, la verdad, como ha quedado el partido que enfrentaba a los veintidós multimillonarios en el Nou Camp.

En la capital tinerfeña, por cierto, también hace un frío del carajo.

Saludos, háganse una idea, desde este lado del ordenador.

29 Responses to “Anoche soñé que todo sigue igual”

  1. Víctor Conde Says:

    Gracias por hacer el resumen, Eduardo. La verdad es que me moría de ganas por asistir al debate, pero como ya sabes me coincidía en horario con el taller que imparto en la Casa de la Cultura. Pero bueno, se ve que al menos estuvo muy interesante :)

  2. el vino que tiene Ascensión Says:

    <>
    Menuda gilipollez. Es el típico argumento de los viejos que saben que se han quedado antiguos y les repatea el hígado que ya haya gente nueva que esté tomando el relevo y los esté dejando a ellos atrás. Es el clásico comentario ególatra y condescendiente de la gente mayor que cree que ningún joven es más listo o culto que él.

  3. el vino que tiene Ascensión Says:

    Perdón, en el mensaje anterior entrecomillé el fragmento que me pareció una estupidez pero no salió reflejado. Es este: Alguien dice que la diferencia entre los narradores canarios de los 70 y los de esta G21 –ambas ¿generaciones? no dejan de resultar un recurso promocional cuya eficacia habrá que estudiarla dentro de unos años– es que aquellos contaban con mayor bagaje intelectual tras sus espaldas.

  4. patrick Says:

    Cada vez que leo o alguién dice algo sobre la existencia de crítica recuerdo mi experiencia. Allá por el 97 se hizo un encuentro (la verdad es que no recuerdo qué nombre le dieron) sobre teatro en el Ateneo (mismo lugar), una de las mesas fue sobre prensa y teatro, entre el público casi no había teatreros (y no había partido, creo), uno de los ponente (Alfonso González-jerez, por la Gaceta de Canarias) aparte de señalar que había más periodistas en la mesa redonda que teatreros, ante los llamamientos a que existiera una crítica especializada, ofreció su periódico para realizarlas pero declaró que no era el adecuado…
    Me ofrecí para realizar esa crítica y unas cuantas críticas después, los mismos que la pedían me pusieron a caer de un burro algunos con palabras poco reproducibles… Los artistas canarios piden crítica hasta que la hay y alguna no se ajusta a lo que ellos consideran adecuado.
    Bueno, perdón por lanzar mi espiche que igual no tienen nada que ver con lo que planteas…
    Un abrazo

  5. admin Says:

    Patrick raro, raro, raro es que no te lapidaran entonces en la vía pública.

  6. Daniel León Lacave Says:

    En la capital grancanaria hace calorcito

  7. admin Says:

    Pues aprovéchalo… Por aquí mucho viruje…

  8. Esther Terrón Says:

    Algo interesante que al blogero se le queda en el disco duro: También se comentó allí (lo digo porque yo lo oí) que en la antología de la llamada nueva narrativa canaria no figura mujer ninguna. Un dato al parecer intrascendente para muchos, pero que a otros nos pone los pelos como escarpias. Tremendo.

  9. Criticón Says:

    Querido Patrick, he hablado con gente a la que hizo críticas teatrales. Desde el punto de vista de los criticados, usted no tenía ni tiene ningún conocimiento sobre el arte en cuestión, algo fundamental para poder realizar una crítica. Parece una razón de peso para que le atacaran, básicamente es como si yo hicera una crítica culinaria, y creáme jamás me atrevería a analizar el trabajo “entre fogones”

  10. admin Says:

    Esther es que yo más que hablar de G21 hablé de lo que están escribiendo los no tan nuevos y nuevos narradores canarios nacidos a partir de los sesenta a los 80 y 90. Le animo, no obstante, a que se procure la formidable novela La isla de las palabras desordenadas de Yolanda Delgado, entre otras narradoras nacidas en este extraño territorio que es Canarias.

  11. patrick Says:

    Sr. Criticón.
    Tenía y tengo idea sobre el arte en cuestión. Me atrevería a decir incluso que más que alguno de los que montaron las obras que critiqué. En cualquier caso la cosa no es ver quien la tiene más grande (permítame la licencia). Argumente mis críticas y la respuesta fue la que usted me da, prefiero argumentos a descalificaciones, pero es que yo soy un poco raro.
    Y analice usted lo que considere oportuno, eso sí, creo que para analizar “entre fogones” es mejor realizar una crítica cinematográfica y no culinaria ya que es un corto y no un plato de cocina.
    Y los puntos de vista y las opiniones son como los culos, todos tenemos uno

  12. patrick Says:

    Ah
    El señor Luis Alemany dejó de hacer crítica por algo similar a lo que me pasó a mi. Y no creo que nadie en Canarias se atreva a decir que desconoce el teatro. Se que no le llego a la suela de los zapatos, sólo es un ejemplo

  13. patrick Says:

    Y como no se quien es usted tampoco se sus conocimientos, ni culinarios ni ninguno. Y paro ya que es muy tarde

  14. Laura Bodkin Says:

    La negación de autoridad de la Esther Terrón me divierte. Las críticas negativas suelen carecer de autoridad, especialmente para el escritor atacado; las positivas son un ejemplo de sabiduría y refinamiento crítico.
    Todavía no conozco a nadie que ante la declaración de su evidente genialidad considere al crítico un descastado y un incompetente. Sigo esperando. Tampoco he visto lo contrario (miento, solo conozco un par de ejemplos heroicos): el que aplaude al crítico que trata al autor de incompetente.
    No abundan los escritores dispuestos a ser tratados como se merecen…

  15. Esther Terrón Says:

    He leído la novela y coincido con usted. Por cierto, la obra está prologada por el mismo crítico que anduvo la primavera pasada por la prensa local publicando loas a la selección del Sr. Morales en las que no se hacía mención alguna a la total ausencia de mujeres.
    Gracias por su amable respuesta, efectivamente no fue usted el que sacó el tema.
    Siguiendo una de sus recomendaciones me dispongo a leer a Santiago Gil.

  16. Pedro Says:

    Me alegro de que se haya preguntado por qué los libros de esos autores no se encuentran en las librerías Canarias. Tanto se habla de ellos, pero luego… Ojalá alguien haya dado alguna respuesta convincente. Desde mi punto de vista, se trata de una responsabilidad compartida entre editores que no hacen su trabajo (vender libros, colocar libros en las librerías para que se vendan), escritores sumisos, miedosos, que no protestan a sus editores no sea que no les vuelvana a publicar (los escritores solían ser gentes que se pasaban por las librerías, y se veían que sus libros no estaban, cogían el teléfono y pedían responsabilidades a sus editores, pero en Canarias eso nunca se ha dado, da igual lo bien o mal que lo hagan los editores, los escritores nunca dicen nada) y una flagrante falta de compromiso con los escritores y editores de las islas por parte de los libreros canarios.

  17. el vino que tiene Ascensión Says:

    No seas tan ingenuo, Pedro. El estado de la lieratura canaria en las librerías sólo responde a un factor: sus casi inexistentes ventas en comparación con cualquier otro tipo de libros. Es como la pescadilla que se muerde la cola: si el público no compra los libros de las editoriales canarias, no es porque no los vea, sino porque prefiere mil veces dejarse los cuartos en el bestseller o en el libro de auto ayuda de turno que en algo nuevo de Sabas Martín o de León Barreto.
    Eso contínua con que los libreros, que al fin y al cabo están ahí para ganar dinero con su negocio, no den preferencia a los libros canarios. Por lo tanto, da igual que un autor se queje o llore o patalee ante las puertas de su editorial, que el editor lo que hará será encogerse de hombros y darle unos céntimos para que se compre un kleenex. Porque si el público, que es quien decide qué se vende y qué no, comprase a autores canarios, la situación sería otra bien distinta.
    Y no me vengas con que “el público compra lo que le venden”, porque entonces la situación es aún peor. No se puede competir con la maquinaria publicitaria de los grandes grupos editoriales, por lo que la batalla está perdida de antemano.
    ¿Solución?

  18. el vino que tiene Ascensión Says:

    Ah, y Esther: En la nueva narrativa canaria no lo sé, pero en la colección G21 no figura ninguna mujer porque uno de los requisitos para entrar en ella era ser autor de más de tres novelas. Y por desgracia, no hay mujeres en el archipiélago que cumplan con ese requisito. Y ojo, no hablo de antologías de cuentos, sino de novela-novela.
    Si usted conoce a alguna que haya escrito (y publicado, y no se cuenta la auto-edición) más de tres novelas, dígamelo, por favor.

  19. Pepino Pustulo Says:

    Vayanse a marear la perdiz todos con sus criterios, sus novelas-novelas, sus antologias y sus arrogancias. Ponganse a escribir de una desoladora vez algo que valga la pena. Dejense de arroparse unos a otros y de participar en mesas redondas para hablar unos de otros. Estudien algo, aprendan algo, asimilen algo. Lean a Jonathan Franzen, a David Foster Wallace, a Pierre Michon, a tantos buenos de fuera a ver si cogen un poco de recortes. Son todos unos endogamicos malversadores del escaso talento patrio. Ni Vitito ni Galloway ni Sabas ni Carbajal ni ninguno de ellos vale tres pimientos ni va a llegar a ningun lado. Tampoco hay mujeres que hayan escrito ni siquiera el esbozo del borrador de una triste novela. Consiganse todos un puestito en el Cabildo o en el Gobierno de Canarias y dejen de aterrorizarnos con sus bodrios infumables.

  20. admin Says:

    hay más escritores potables que los tres que cita. Vuelva su mirada al XIX, lea a Galdós, a Tolstoi, a Dickens, a Flaubert… Eso sí que son gigantes, querido amigo.

  21. el vino que tiene Ascensión Says:

    Por favor, Pepino, usted sí que tiene pústulas en la cabeza. Menudos nombres que cita. ¿Pierre Michon? Si ese tío no sabía escribir. Y Wallace… bueno, supongo que a una persona con un encefalograma plano le parecería que sus obras son buenas, sí.

  22. Pedro Says:

    ¿Solución?

    Talento

    Talento editor <en Canarias hay editoriales desde hace 10 años, y falta mucho recorrido… algunos están empeñados en ser sólo editores canarios de libros canarios de autores canarios, y eso los mantiene muy alejados del mercado del libro, un mercado que es nacional (en nuestra región se distribuye mejor a los editores del mercado, que a los autóctonos, que están fuera del mercado: la única solución sería intentar entrar en el mercado nacional). Hace falta talento editor.

    Talento literario de los autores: y mucho me temo que eso les haría saltarse el mercado autóctono y recaer en el nacional, que es como mejor llegarían sus libros a Canarias (y además llegarían a otros lados). Las editoriales Canarias no llegan bien ni a Canarias.

    Y, es cierto, a los libreros no se les puede pedir mucho. Si quieren solidarizarse, bien, pero nadie les puede culpar de que no lo hagan. A los editores de las islas que se mantienen al margen del mercado del libro les han hecho un hueco en sus librerías, un gueto canario.

    En cuanto a la calidad: no estoy de acuerdo, hay libros que merecen la pena, libros que merecerían, perfectamente, encontrarse en sellos que llegan a Canarias bien distribuidos, libros que merecerían una distribución a la par que otros autores de la misma generación, aragoneses, extremeños, gallegos, andaluces, etc.

  23. Dédalo Says:

    No sé,

    digamos que soy un escritor de aquí: yo he leído algunos libros de Michon y de Wallace (a Franzen, debo reconocer, todavía no), y sí, son muy buenos, y qué. Qué mala baba detecto en algunos comentarios… Y qué aires de superioridad. ¿De verdad no encuentran nada de ningún autor de las islas que merezca la pena? Qué triste, ¿no? ¿No será alguna clase de prejuicio, porque opiniones tan contundentes…?

  24. Mario Domínguez Parra Says:

    Para “El Vino que tiene Ascensión”:

    Uno de los autores de G21, Anelio Rodríguez Concepción, ha escrito (si no es verdad, que alguien por favor me corrija) UNA novela, “La abuela de Caperucita” (vid. http://anghelmorales.blogspot.com/2011/09/presentacion-en-madrid-de-g21-este.html), así que el argumento de las tres novelas como condición sine qua non para aparecer en la antología quedaría, me parece a mí, anulado.

    ¿Por qué no se cuenta la auto-edición? ¿Es usted el/la que dicta los criterios de consideración de la novelística canaria femenina? ¿Todo lo que se edita “oficialmente”, entonces, es bueno?

    Ana Joyanes ha escrito, y publicado en Idea, dos novelas, es decir (porque si estoy en lo cierto con respecto al dato sobre la obra novelística de Rodríguez Concepción, las matemáticas no fallan), una más que éste.

    Tabién me parece increíble la justificación de la “potencia” por parte del editor de G21, en la entrevista que le hizo el señor administrador de este blog.

    Y claro que hay que leer a Franzen, a Foster Wallace, a Michon, a William Gaddis, a Kathy Acker, a Marcel Proust, a Virginia Woolf, a Djuna Barnes (por cierto, autora de una única novela, la obra maestra “Los bosques de la noche”, que si fuera novelista canaria quedaría fuera de G21). Pero creo que hay más gente que tiene derecho a escribir novelas y a que se las valore en su justa medida. Para decir que no valen “tres pimientos”, como dice “Pepino Pustulo”, habrá que haberlos leído, y supongo que él o ella lo habrá hecho. Aunque “tres pimientos”, como aportación crítica es bastante pobre.

  25. Mario Domínguez Parra Says:

    Doble fe de erratas:

    *La novela de Barnes se titula “El bosque de la noche”.

    *Creo que su libro “Ryder” también es una novela, pero (¡ay!) no llegaría a las tres requeridas, por tanto, si fuera canaria no entraría en G21.

    Ojalá encuentre una tercera novela de Barnes. Así, si hubiese sido canaria, habría podido entrar en G21.

  26. el vino que tiene Ascensión Says:

    Mario, no caigas en su juego. Me estaba vacilando del señor Pepino porque es de esos a los que les gusta entrar a molestar en un foro, vamos, lo que llamamos un “troll” de lista de correo. Lo mejor con esa gente es tomárselos al cachondeo.

  27. el vino que tiene Ascensión Says:

    Y los criterios para incluir o no a alguien en una colección son del editor, sean buenos o malos. Estoy seguro de que Ana, a la que conozco personalmente, estará encantada de participar en G21. Si otras mujeres hacen llegar sus textos al editor, seguro que las publican. Y no, la auto edición no cuenta, al menos según mi opinión. Cualquiera se puede auto editar, pero conseguir que una editorial apueste por tu talento sin pedirte a cambio dinero ya te coloca a otro nivel.

  28. Esther Terrón Says:

    Por supuesto si elaboro un criterio que deja fuera a las escasas novelistas que por lo que parece da esta tierra, en mi selección no habrá ninguna. Si, aún pudiendo incluir alguna, no aplico por igual el criterio a todo el mundo, tampoco incluiré ninguna. Si no busco el talento sino la cantidad de obras y estas tampoco las busco allá donde se encuentren de manera que excluyo la auto edición pues tampoco las encontraré. Efectivamente, es el editor el que aplica el criterio de inclusión que le parece oportuno.
    Lo que me parece es que el resultado de su criterio y de su aplicación es, cuando menos, llamativo y debería haber suscitado alguna reflexión por parte del editor y de la crítica que ha pasado la cosa por alto con bastante alegría normalizando lo que no considero “normal”. No he leído en el prólogo alusión al asunto y tampoco en las críticas que salieron en prensa (tal vez no las leyera todas)
    Por otro lado me maravilla que algo tan simple y evidente como lo que señalo pueda ser contestado con un “búsquelas usted”. Yo busco caballero y, afortunadamente, encuentro.

  29. el vino que tiene Ascensión Says:

    En ningún momento le he dicho las palabras “búsquelas usted”, Esther. De hecho, copio y pego la parte de mi mensaje en la que hablo del asunto, para dejárselo más claro: “Estoy seguro de que Ana, a la que conozco personalmente, estará encantada de participar en G21. Si otras mujeres hacen llegar sus textos al editor, seguro que las publican.”
    Y sí que se ha debatido mucho sobre el tema, desde que algunos ilustres representantes de este blog lo denunciaron. El editor de la colección llegó a decir en una entrevista que estaba esperando a que las escritoras le mandaran originales, cosa que no sé si se ha cumplido, a día de hoy…

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