El Gran Juego de la paranoia y la traición

INTRO

Lo confieso, señor juez, si en la novela negra la escuela que me engancha suele ser la estadounidense porque fueron ellos –los malditos gringos– quienes supieron explotar el lado oscuro de la hasta ese entonces acomodada novela de misterio, mis apetencias se decantan por el contrario en lo que conocemos como novela de espías o de espionaje por los escritores británicos.

Eso explica que reclame en este rápida lista que solo tiene la intención de recomendar algunas de las novelas que, a mi juicio, elevan este género sobre las fronteras sombrías del mismo género, que cite mayoritariamente a los escritores nacidos en la pérfida Albión por encima de sus primos norteamericanos y de otros países porque me parecen que los vástagos de su graciosa Majestad han tenido más coraje, clase y ambiciones literarias que el resto de sus competidores.

De hecho, defiendo señor juez que la novela de espías es un género exquisitamente británico porque fueron ellos los que además de preocuparse por construir tramas sólidas protagonizadas por personajes vulnerables y con serios conflictos de identidad y moral, supieron maniobrar y fabular con los elementos que componen ese mundo fantasma e irreal que se conoce como Inteligencia.

En esta lista, como en cualquier otra lista, señor juez, faltan mucho grandes autores. Entre otros, lo admito, algún título de mi apreciado Robert Harris, Trevanian y Alan Furst, pero es que, entiéndame, la producción literaria de este último no deja de parecerme una recuperación vintage y sospechosamente mimética de lo que en su tiempo escribió Eric Ambler.

Se omiten, también, y espero que por razones obvias, las novelas de Tom Clancy y Robert Ludlum porque, a título particular, ninguna de ellas ha terminado por llenarme. Será porque me parecen demasiado teledirigidas, gruesas y confusas.  

CON LAS MANOS EN LA MASA

KIM (Rudyard Kipling, 1901).- ¿Escribió algo malo Kipling? No. Es uno de esos escritores a los que el paso del tiempo apenas estremece. A medio camino entre la novela picaresca, retrato de costumbres y maravillosa novela de aventuras, Kim acuñó como el Gran Juego el arte del espionaje. Kim son muchas novelas en una sola novela, pero sobre todo es el relato de una iniciación en la que su autor, masón reconocido, casi parece que rinde un curioso y en ocasiones contradictorio homenaje a los que también se reconocen como Hijos de la Viuda.

EL AGENTE SECRETO (Joseph Conrad, 1907).- Se trata de una de las novelas más extrañas e inquietantes del autor de títulos como Nostromo o Lord Jim. Extraña e inquietante por el retrato que ofrece de cómo operaban los grupos anarquistas a finales del siglo XIX en una gran ciudad como Londres, Conrad ofrece un retrato desolador sobre su lucha, revelando que la mayoría de estas células libertarias estaban infiltradas por agentes de la policía que se hacían pasar por entusiastas revolucionarios. Es un libro que deja un mal sabor de boca, deliciosamente paranoico.

EL HOMBRE QUE FUE JUEVES (G. K. Chesterton, 1908).- Quizá se trate de la obra más conocida y popular –con permiso del padre Brown– de cuantas escribió ese gigante llamado Chesterton. El relato se centra en una célula anarquista en la que cada uno de sus miembros se reconoce como un día de la semana. El protagonista de la novela será Jueves, un agente de la policía infiltrado que al final descubrirá que… Lean la novela y sabrán a que me refiero. Cuando la leí, comencé a ver el Domingo de otra manera.

ASHENDEN O EL AGENTE SECRETO (Somerset Maugham, 1928).- Maugham fue un autor muy popular en su tiempo aunque hoy ha caído en desgracia porque la mayoría de sus historias no han sabido resistir muy bien el paso del tiempo. Con todo, es un escritor por el que siento aprecio, quizá porque llegó a mis manos siendo todavía un adolescente que creyó encontrar en algunas de sus obras claves para caminar por ese sendero que conocemos como vida. Al filo de la navaja y Ashenden o el agente secreto son, en este sentido, dos de sus libros que más me conmovieron. El segundo porque su protagonista es un dandi que describe sus aventuras –más sentimentales que de espionaje– en la convulsa Europa de la I Guerra Mundial.

LA MÁSCARA DE DIMITRIOS (Eric Ambler, 1939).- Casi todas las novelas que dedicó al género Eric Ambler son excelentes. De hecho, si hay un padre de la novela de espionaje moderna tal y como la conocemos se lo debemos a este escritor británico que comenzó su carrera como escritor publicando en una editorial de baratillo. Más cínico que irónico, si hay un título por el que se le reconoce y que sentó escuela es La máscara de Dimitrios, parte de cuya acción se desarrolla en la Turquía y los Balcanes de entre guerras. La novela viene a contar la obsesión de su protagonista, un escritor británico, que investiga el pasado de Dimitrios, un traficante de armas cuyo cadáver ha sido hallado en Estambul. Claro que no todo es lo que parece… Muy, pero que muy recomendable.   

DESDE RUSIA CON AMOR (Ian Fleming, 1957).- Me resulta muy difícil escoger cualquier novela de James Bond porque si bien casi todas se parecen, todas tienen su algo que las diferencia. Al final he optado por Desde Rusia con amor porque se trata, a mi juicio, de la que hasta ahora continúa siendo la adaptación al cine más fiel de su original espíritu literario. ¿Novela de espías? Diría más bien que la sublimación de la novela de espías. Con todo su roñoso discurso masculino aún tremendamente cool para estos tiempos gañanes que vivimos.

EL MENSAJERO DEL MIEDO (Richard Condon, 1959).- Quizá sea de esta lista la novela perfecta sobre la paranoia y la traición en el reivindicable género de la literatura de espionaje. Y razones no le faltan pese a que haya quedado envejecida porque el conflicto que la armó haya quedado desmontado –suponemos– por la tormenta de la historia. 

EL ESPÍA QUE SURGIÓ DEL FRÍO (John le Carré, 1963).- Probablemente sea el autor más famoso de esta lista. Y razones no faltan para que continúe disfrutando de esta popularidad aunque, personalmente, prefiera a Ambler y Greene. Le Carré es el creador del agente secreto George Smiley, personaje que es un secundario en la que considero es su mejor novela de espías, muy por encima de El topo. El espía que surgió del frío es un título desgarrador, donde su protagonista es una marioneta del Gran Juego que durante la segunda mitad del siglo XX mantuvieron las potencias occidentales con las que estaban al otro lado de ese Muro que Wiston Churchill denominó como Telón de acero.

ODESSA (Frederic Forsyth, 1972).- Frederic Forsyth fue un estupendo escritor de thrillers de espionaje antes de que se convirtiera en una marca de éxito y se automatizara en posteriores novelas. Tras su impecable debut con El día del Chacal, exploró en las venas abiertas –y mucho me temo que todavía no cerradas– de Alemania al contar la historia de un joven reportero que persigue a un oficial de las SS protegido por la organización que da título al libro y que vive, como un hombre libre, en esa misma Alemania que intenta hacer un supuesto examen de conciencia sobre su siniestro pasado.

HA LLEGADO EL ÁGUILA (Jack Higgins, 1975).- Pese a que la sombra de Follet y Forsyth ha cubierto su grandeza, Jack Higgings es un escritor que continúa siendo fiel al género de espías en sus novelas. Y Ha llegado el águila, título que contó con una magnífica adaptación cinematográfica dirigida por John Sturges, quizá su título más recordado y apreciado por los aficionados. La historia narra la imaginaria operación de matar a Winston Churchill en territorio británico, misión que se le asigna a un oficial de las fuerzas paracaidistas alemanas. También aparecen norteamericanos, que salen relativamente mal parados y un nacionalista irlandés que quizá sea de lo mejor de esta inquietante ficción.

EL FACTOR HUMANO (Graham Greene, 1978).- No, no he seleccionado ni el Americano impasible ni Nuestro hombre en La Habana porque, a mi juicio, la gran novela de espionaje de Greene es, precisamente, El factor humano. Con esta novela el que quizá sea uno de los más grandes escritores británicos de todos los tiempos humaniza el Gran Juego narrándonos el relato del por qué de una traición. Claro que… ¿Traición a quién? ¿A tu país?

LA ISLA DE LAS TORMENTAS (Ken Follet, 1978).-  Conocido hoy más por ser el autor de Los pilares de la tierra, mucha gente ignora que Ken Follet es un excelente escritor de novelas de espionajed con títulos como La clave está en Rebeca o La isla de las tormentas, en la que el autor juega con mano maestra con muy pocos personajes. Cuenta con una excelente adaptación cinematográfica: El ojo de la aguja (Richard Marquand, 1981).

SSGB (Len Deighton, 1978).- Len Deighton es uno de los grandes nombres de la novela de espías. De hecho, creo que es uno de los grandes maestros de la paranoia como herramienta para explotar el miedo ya que es uno de los temas recurrentes en su fabulosa pero también desigual producción literaria. Creador de Harry Palmer como alternativa “creíble” al Bond de Fleming, y una serie de novelas que hacen ciclos completos, la peculiaridad de SSGB es que el autor plantea una ucronía con tintes negros y mano maestra: ¿Qué hubiera pasado si Gran Bretaña al final resulta ocupada por los nazis? Del mismo autor recomiendo El juego de Berlín y la apasionante La ciudad de oro.

 A OSCURAS (John Lawton, 1995).- Ambientada en Londres en los años cuarenta, durante los feroces bombardeos de la Luftwaffe, A oscuras es la primera novela protagonizada por el policía Frederic Troy, hijo de padres rusos emigrados a la capital británica tras la Revolución que pide a gritos una urgente reivindicación. Nadie es inocente en las historias de Lawton, quien repasa a través de su personaje un buen pedazo de la historia reciente de Gran Bretaña hurgando en la llaga de sus emociones más ocultas. Creo que el maestro Juan Antonio de Blas lo hubiera considerado uno de los nuestros…

LA COMPAÑÍA (Robert Littell, 2002).- Ambiciosa, y entiendo que también muy discutible y reaccionaria historia novelada de la CIA. A pesar de ello, me parece un monumento al entretenimiento que supera las mil páginas en la que su autor, un americano convencido y probablemente agente de esa misma CIA, cuenta los errores y aciertos de La Compañía desde sus comienzos hasta el derrumbamiento del bloque comunista.

Saludos, este documento se autodestruirá en cinco segundos, desde este lado del ordenador.

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