Muere sir Lawrence pero vive Peter O’Toole

Peter O’Toole es decir Lawrence de Arabia pero hay otros Peter O’Toole además del legendario guerrillero británico que fue capaz de unir a las tribus beduinas contra los turcos.

Con todo, en nuestro imaginario de sir Lawrence no aparece sir Lawrence sino O’Toole que rechazó el título de sir y que fue a su pesar sir Lawrence gracias a esta película irrepetible que es, precisamente, Lawrence de Arabia (David Lean, 1962).

La filmografía del actor va más allá de esta película, claro que el problema es que Lawrence de Arabia es una de esas películas que se transforma en la película. Y a ello contribuye bastante el trabajo de O’Toole.

Si tienen la versión especial en dvd pueden conocer más interioridades de un filme que ya es leyenda. Es decir, irrepetible porque ya no están entre nosotros ni David Lean ni Peter O’Toole aunque les  sobrevive Omar Shariff, que hizo el mejor trabajo de su carrera con permiso de Doctor Zhivago (David Lean, 1965).

La biografía de Peter Seamus Lorcan O’Toole está plagada de momentos oscuros.

Leo que pasó parte de su niñez en un colegio católico donde las monjas se empeñaron en que dejara de ser zurdo a base de latigazos. Imagino que parte de ese traumático recuerdo quedó grabado para siempre en su limpia pero triste mirada de ojos azules. De un azul que casi parecía transparente.

A lo largo de su carrera y sobre todo tras el éxito alcanzado con Lawrence de Arabia, O’Toole se labró una carrera en la que terminó por hacer de él mismo aunque los personajes fueran distintos. Esto de hacer de él mismo interpretando toda clase de papeles solo lo consiguen las  estrellas y Peter O’Toole fue una gran estrella.

Tanto,  que ahora escribo que ya se veía venir en Los dientes del diablo (Nicholas Ray, 1959) aunque lo recuerdo por Lord Jim (Richard Brooks, 1965) y Becket (Peter Glenville, 1964) donde comparte plano con otro gigante del cine británico: Richard Burton.

Hacen una buena pareja en esta película que cuenta el fin de una bonita amistad. Ambos actores eran además notables juerguistas. Bebedores insaciables, amantes de una noche loca que se llevó demasiado pronto a Burton y que marcó la geografía física de O’Toole.

Apenas hay rastros de sir Lawrence en su senectud. En ese cuerpo castigado, delgado y  encorvado que el paso de los años le dio carácter y más autoridad.

Lo pueden ver en Troya (Wolfgang Peterssen, 2004) encarnando al rey Príamo y como un solvente Paul von Hindenburg en Hitler: Rise to Evil, basada en la biografía novelizada sobre el dictador nazi de Allan Prior. Esa miniserie que no se preocupó demasiado en que los actores que intervinieran en ella se parecieran a los personajes históricos que interpretan. Comenzando por el que hace del mismo Hitler, un Robert Carlyle muy payaso e histérico.

Cuentan quienes lo conocieron que Peter O’Toole tuvo un sobresaliente sentido del humor. Y quiero verlo ahora en esa infravalorada comedia que es Cómo robar un millón y… (William Wyler, 1966) junto a una delicada y encantadora Audrey Hepburn y en ese monumento al pop con mucho aliento cool que es ¿Qué tal, Pussycat? (Clive Donner y Richard Talmadge, 1965) en la que también se cuelan Peter Sellers, Romy Schenider, Capucine, Ursula Andress, Paula Prentis y un jovencito Woody Allen, a quien se le hace responsable del guión.

O’Toole repetiría como secundario en otra comedia más cafre pero menos pop y cool, la desconcertante Casino Royale (John Huston, Kenneth Hughes, Val Guest, Robert Parrish y Joseph McGrath, 1967),  y en la que repite en la banda sonora Burt Bacharach y en la que se despedaza la novela del mismo título de Ian Flemming con James Bond como protagonista.

Otras películas suyas… consulto la Wikipedia… son La guerra de Murphy (Peter Yates, 1971), un estimulante filme bélico donde O’Toole está en estado de gracia; El león de invierno (Anthony Harvey, 1968), en la que hace de Enrique II y Katharine Hepburn de su señora esposa, Leonor de Aquitania, padres de un tal Ricardo corazón de León, Juan sin tierra y el más inteligente, pero bisagra, Geoffey

Como general alemán al que se le ha ido la pinza, Peter O’Toole lo hizo muy bien en La noche de los generales (Anatale Litvak, 1967), un interesantísimo filme bélico que se mueve como Pedro por su casa en el thriller, y que está basado en una novela del ¡a reivindicar ya! Hans Hellmut Kirst; y en los musicales Adiós, Mr. Chips (Herbert Ross, 1969) y El hombre de La Mancha (Arthur Hiller, 1972), donde compone uno de los mejores caballero de la triste figura de la historia del cine.

A modo de secundario que da prestigio, a O’Toole también los podemos ver en Amanecer zulú (Douglas Hickox, 1979), una película en la que se narra la derrota del ejército británico en la batalla de Isandhlwana (Sudáfrica); y como el viciosillo Tiberio en esa grandiosa extravagancia que es Calígula (Tinto Brass y Bob Guccione, 1979), una película que nada entre dos aguas: el erotismo esteta de Brass y el porno salvaje que impuso Guccione, padrone de la revista Penthouse.

Salvo El último emperador (Bernardo Bertolucci, 1987), donde interpreta al profesor británico de Puyi –el último emperador de la China–,  los últimos años de la carrera de Peter O’Toole fue la de figurar como secundario de lujo en películas de escaso recuerdo aunque a finales de los setenta protagonizó un interesante filme sobre el mundo del cine que en España circuló como Profesión: El especialista (Richard Rush, 1980).

El resto…

El resto es leyenda, una leyenda que nació el día en que Peter O’Toole le arrebató la identidad a Lawrence de Arabia.

Saludos, ¿tú también, Peter?, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “Muere sir Lawrence pero vive Peter O’Toole”

  1. Iván Cabrera Cartaya Says:

    Grandísimo actor el irlandés Peter O´toole. Siempre lo recordaré en “El león en invierno” (con la inmortal K. Hepburn), en “Becket”, en “El último emperador” (bellísima, fascinante), en “El hombre de La Mancha”, en “Lawrence de Arabia” (con el también genial Omar Sharif y Anthony Quinn) y en tantas otras (salvo en Troya, un error y un horror). Saludos cariñosos desde este lado de la noche.

  2. admin Says:

    A mi me gusta Troya… La de Wise y la de Petersen.

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