La Laguna de los olvidados, una novela de Benjamín Barrett

Camino del hospital transportando a Annie en sus brazos, en la esquina de la Calle Núñez de la Peña con San Agustín miró hacia el cielo empezando a oscurecerse y sintiendo un resoplido de brisa caliente en su cara, haciéndole sacudir la cabeza hacia los lados. El cuerpo de la muchacha se balanceó de un lado a otro, mientras su cabellera a pocos centímetros del suelo se agitaba con el aire que empezaba a levantarse. Muy cerca de ellos, agarrado a las verjas del Instituto Cabrera Pinto estaba Usígnolo Carbone husmeando hacia el interior del jardín. Seamus recordó el momento en que relataba su incursión en el inframundo y pensó que tal vez estaría buscando la entrada. En silencio y sin apartar la mirada del sospechoso ilusionista, se alejó con la muchacha.”

(La Laguna de los olvidados, Benjamín Barrett, Neys Books)

Las tres novelas publicadas por Mariano Gambín (1) han hecho posible que en nuestro imaginario una ciudad tan fascinante y llena de historia como es La Laguna tenga lectura de suspense, aroma a thriller, a que resulte creíble como escenario de relatos en los que se hilvanan tramas con cierta complejidad en la que Aguere adquiere un importante protagonismo.

Resulta por ello inevitable pensar en las creaciones literarias de Gambín tras leer La Laguna de los olvidados (2) primera novela del músico y compositor Benjamín Barrett, ya que la ciudad de Los Adelantados es un personaje fundamental del libro –ya se anuncia en el título– en un relato en el que su autor combina lo fantástico y el suspense con un elogiable manejo de sus claves aunque el resultado final no termine por ser lo redondo que se le podría haber exigido al escritor.

De todas formas, y se agradece, La Laguna de los olvidados propone una lectura pensada para evadir al lector de su triste realidad, y cuenta con un espíritu de aventura refrescante.

Cuenta así la novela de Benjamin Barrett con un inicio que promete y que engancha. También se revela a un narrador que sabe crear atmósfera, en especial las que se desarrollan en espacios cerrados y algo tétricos.

La acción de La Laguna de los olvidados se desarrolla en otoño de 1892, a caballo entre La Laguna y Santa Cruz, cuando se producen una serie de asesinatos aparentemente inexplicables que coincide con la llegada a la isla de un grupo de niñas procedentes de un orfanato irlandés a bordo de un velero con bandera británica llamado Pandora. Con la arribada de este grupo de muchachas, desembarca un investigador de Scotland Yard, personaje que se une a otros protagonistas, locales y extranjeros, para conformar el paisaje humano de una novela en la que se representa prácticamente a todas las clases sociales que habitaban la isla a finales del siglo XIX.

El misterio a través del cual se articula el relato gira en torno a un manuscrito de Alonso Fernández de Lugo, primer adelantado de Tenerife, y que guarda un secreto que se oculta en las catacumbas de la ciudad y por el que muchos están ahora dispuestos a matar.

Benjamin Barrett escribe una novela en la que se nota su cariño por los relatos de aventuras, y ese cariño lo refleja muy bien en La Laguna de los olvidados, transformando la geografía urbana en la que se mueven sus personajes en territorios donde puede pasar de todo.

Su retrato de Santa Cruz de Tenerife como principal puerto de la isla, con tabernas en las que beben hombres y mujeres muy poco recomendables y la de una ciudad como La Laguna que casi parece ser frontera entre lo sobrenatural y lo real, están lo suficientemente bien descritos para que resulte creíble porque se trata de una novela cuyo espíritu es el de sorprender al lector, evadirlo, reiteramos, de su grisácea existencia.

Es un relato concebido para divertir y entretener y en el que en sus capítulos, veintisiete sin contar el epílogo, ocurren muchas cosas.

Encuadro así la novela de Benjamín Barrett en el mismo género que otros autores, como el ya citado Mariano Gambín, pero también Ángel Luis Marrero Delgado (3), han tanteado para moldear la isla, las islas, como escenario de fantasías en las que late el encanto siniestro de las novelas y relatos de corte fantástico del XIX. Historias pobladas de fantasmas y de hechos insólitos que transcurren en pueblos y ciudades de una Canarias mágica que necesita de éstas y otras voces para hacerla creíble como territorio literario.

(1) Nos referimos a la trilogía de La Laguna, que componen las novelas Ira Dei (Ira de Dios); El círculo platónico y La casa Lercaro, editadas en Roca Editorial.

(2) La Laguna de los olvidados junto a Sándalo y rapsodia, de Juan Jesús Pérez, son los dos primeros títulos de Neys Books, editorial que dirige el también escritor Juan Andrés Herrera. La Laguna de los olvidados incluye, además, un prólogo que firma el escritor, poeta, pianista y compositor Pablo Bethencourt.

(3) Ángel Luis Marrero Delgado es autor de las estupendas La extraordinaria narración de Peter Pendulum y El vampiro de la puñeta, editadas por Ediciones Idea.

Saludos, en busca del Necronomicón, desde este lado del ordenador.

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