Nos vemos en Lúnula 28

Lúnula es una revista que edita el Ateneo de Gijón desde hace 28 números. Una cifra a tener en cuenta en estos días donde todo lo que huele a cultura despierta tantas pasiones como rechazo.

Tomada casi por asalto por el equipo de Realismo.0, Lúnula ha ido adquiriendo en los últimos tiempos una atractiva e inquietante seña de identidad, y en la que se prioriza tanto el diseño, audaz y si se permite revolucionario si la comparamos con otras revistas del mismo signo, así como por la contundencia salvaje de sus textos.

No resulta así una publicación cómoda para lectores satisfechos aunque sí tremendamente rompedora para todos aquellos que se han acostumbrado a leer con las manos sucias.

El número 28 de Lúnula incluye textos, relatos, artículos, reflexiones, poesías y hasta incluso alguna reseña. No hay sombra, sin embargo, de voluntad por sentar cátedra y sí la de dar rienda a eso que llamamos imaginación. Una imaginación radical, que apuesta por ir en contra de la corriente. Rabiosa y con ganas de morder la yugular del lector despistado. El avisado, ya lo hemos dicho, sabe lo que tiene entre las manos y está protegido contra su mordisco. No hace falta, en este sentido, que nada ni nadie le infecte una rabia que lleva arrastrando desde hace años…

Hay un poco de todo en Lúnula 28. Desde una gloriosa portada en la que se rinde homenaje a esa estrella del boxeo que fue Juan Albornoz, Sombrita, leyenda del pugilato canario y nacional para los que aún son confesos seguidores del que quizá sea el deporte más literario de la historia; a artículos, poemas, relatos, reflexiones y otras perversiones entre las que destacan fragmentos de Ignacio Aldecoa y Bruno Traven, un escritor que hasta el día de ayer disfrutaba de su condición de anonimato y que supo mostrar –antes de que apareciera Eduardo Galeano– las venas abiertas de un continente que él convirtió en purgatorio.

Lúnula 28 resulta así la revista ideal para leer en esa zona que se encuentra aparentemente entre el cielo y el infierno… Los cristianos lo llaman purgatorio, yo prefiero decir que es la vida.

Saludos, no la dejen escapar, desde este lado del ordenador.

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