Películas para ver en un día de reflexión

INTRO

Las urnas nos harán pensar el domingo 24 de mayo que somos ciudadanos. Así se han empeñado en repetirlo, con radical cretinez en muchos de los casos, los candidatos en una campaña que por su sabor local le imprime a la cosa una expectativa digamos que curiosa. De repente, gente que ni te saluda, se te acerca para estrecharte la mano e incluso te invita, si se tercia, a que te tomes una cervecita y un pincho de tortilla. A cambio, escuchas promesas –todas bienintencionadas–  y después vete a casa que mañana será otro día.

El cine ha recogido en numerosas películas el sentido de espectáculo, más que de fiesta, que tienen las elecciones. Y la mayoría de ellas mostrando la tramoya que hay detrás de la fanfarria, los discursos y los bocadillos de mortadela.

Las elecciones han sido objeto de inspiración de la mayoría de las filmografías de los países democráticos en los que se reparte el mundo, aunque destaca la aportación del cine norteamericano en esta lista de urgencia que les proponemos. Una lista que ha tirado de la memoria cinéfila y de Internet para recomendar una serie de títulos necesarios para pasar una noche de domingo que será, me temo, muy laaarga.

LAS PELÍCULAS

Ciudadano Kane (Citizen Kane, Orson Wells, 1941).- Ya está todo escrito sobre esta película que recorre la vida y obra del magnate de la prensa Charles Foster Kane. Narrada a través de quién lo conociera, en ella Kane provoca la guerra contra España por Cuba para vender más periódicos y se presenta a las elecciones, de las que sale derrotado el infeliz aprendiz de brujo.

El político (All the King’s Men, Robert Rossen, 1946).- Basada en la novela Todos los hombres del rey, de Robert Penn Warren, la película cuenta la ascensión y caída de Willi Stark (Broderick Crawford), un hombre honrado y valiente que sufre una transformación el día que decide entrar en política y descubre que todo es juego sucio. Dramática fábula sobre el poder, Steve Zaillan dirigió una más que estimable versión en 2006 que no aporta sin embargo nada nuevo a la cinta original.

Un rostro en la multitud (A Face in the Crowd, Elia Kazan, 1957). A mi personalmente me parece una de las mejores películas de Kazan, quien contó con un guión original de  Budd Schulberg, con quien ya había trabajado años antes en La ley del silencio, para describir como el poder –otra vez el poder– emborracha a un hombre que por obra y gracias de los medios de comunicación pasa de ser un desconocido a uno de los personajes más influyentes de Norteamérica y asesorar a uno de los candidatos a la presidencia de su país. Una mirada, muy amarga, a las cándidas Caballero sin espada (1939) y Juan Nadie (1941) de ese clásico imprescindible que es Frank Capra.

El último hurra (The Last Hurrah, John Ford, 1958).- Una entrañable mirada, tierna y  enojada, sobre la política y un alcalde (Spencer Tracy) que se resiste a dejar de serlo en un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra a cuyos habitantes aprecias y reconoces de otras películas de Ford.

El mejor hombre (The Best Man, Franklin J. Schaffner, 1964).- Escrita por Gore Vidal, un extraordinario cronista de la vida política estadounidense, El mejor hombre narra la campaña electoral a la presidencia de los Estados Unidos de dos candidatos antagónicos y sus respectivos equipos.

El candidato (The Candidate, Michael Ritchie).- Solo un actor como Robert Redford pudo interpretar a un joven político concienciado e idealista. Para los interesados en observar con pulso –más periodístico que cinematográfico– cómo se forja un candidato en los Estados Unidos de Norteamérica el filme funciona muy bien como documento aunque la historia humana que hay detrás pasa a un segundo plano ante el notable sentido del espectáculo que tienen los estadounidenses para entretenerse con cualquier cosa. Lo que incluye también la actividad política.

Taxi Driver (Taxi Driver, Martin Scorsese, 1976). ¿Qué hace en esta lista Taxi Driver? ¿Qué hace? La respuesta tiene una explicación, en este fascinante viaje a los infiernos escrito por Paul Schrader y protagonizado por un chalado Robert de Niro, Travis, nuestro solitario protagonista, se enamora de una mujer que trabaja para un candidato presidencial en un Nueva York que Scorsese retrata como cuna del pecado. Cybill Shepherd interpreta a la atractiva voluntaria pero será una joven prostituta con la forma de Jodie Foster quien ¿redima? al loco de Travis.

El diputado (Eloy de la Iglesia, 1978).- Eloy de la Iglesia es uno de los cineastas más polémicos y personales del cine español de los años setenta y ochenta. Un cronista del lado oscuro de la por aquel entonces joven democracia española que en El diputado da dos cachetadas (muy bien dadas, por cierto) a la izquierda de aquellos años. El filme cuenta cómo Ramón Orbea, un diputado de un partido de izquierdas en las primeras elecciones democráticas de la Transición, va a ser elegido secretario general, momento en el que un grupo de la extrema derecha comienza a presionarlo con hacer pública su homosexualidad. Morbo y política en una película irregular, sí, pero también muy provocadora e incómoda.

El disputado voto del señor Cayo (Antonio Giménez-Rico, 1986).- Basada en la novela de Miguel Delibes, la película propone dos visiones de España cuando en las elecciones de 1977 un candidato de un grupo político viaja hasta un pequeño pueblo de Castilla y conoce a su alcalde, un hombre que es una rareza en un país que ha tomado otro rumbo y que va a una velocidad que lo desborda.

Primary Colors (Mike Nichols, 1998).- La película está inspirada en la campaña presidencial de Bill Clinton, y en la relación que mantiene el matrimonio que interpreta John Travolta, como candidato, y su esposa en la pantalla, la actriz Emma Thompson. No termina de cuajar sin embargo como comedia esta sátira sobre las tentaciones que acosan a los representantes de la cosa pública.

Los idus de marzo (The Ides of March, George Clooney, 2011).- La trastienda y la fauna que rodea la celebración de unas primarias y hasta donde puede llegar un joven, en este caso un jefe de prensa, para convertirse en un tiburón. Y todo ello observado con elegante ironía por George Clooney, quien contó con dos actores que opacan al resto de su reparto como son Ryan Gosling y su mentor en la película, Philip Seymour Hoffman.

POST DATA

Hay más películas, como las comedias El hombre del año (Barry Levinson, 2006) y las olvidables Su distinguida señoría (Jonathan Lynn, 1992), Head of State (Chris Rock, 2003) y En campaña todo vale (The Campaign, Jay Roach, 2012).

Saludos, ¡el voto es secreto!, desde este lado del ordenador.

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