‘El hijo’, una novela de Philipp Meyer

“De las cinco tribus civilizadas, dos, –los creeks y los seminolas–  se habían puesto de parte de la Unión. Las otras tres –los cherokees, chikasaws y los choctaws– luchaban por la Confederación. Había una brigada de cherokees a las órdenes de su propio general, Stand White, y una brigada de choctaws bajo el mando de Tandy Walter. A mi me ascendieron al rango provisional de coronel y me pusieron a cargo de un batallón de cherokees harapientos.”

(El hijo, Philipp Meyer. Traductor: Eduardo Iriarte. Penguin Random House Editorial, 2015)

No es la historia de Tejas pero sí el relato de tres generaciones de tejanos que contribueron a forjar un Estado salvaje y aparentemente domesticado, en cuya bandera descansa una estrella solitaria.

Libro generoso en páginas, más de quinientas, El hijo de Philipp Meyer narra y describe el sacrificio de un clan, los McCullough, realiza a través de los años para alcanzar fortuna y lo que hacen para conservarlo sus descendientes en tierra tan indómita.

La ambición es uno de los motores que mueve esta novela, aunque sea una ambición personal, de superarse a sí mismo, sea o no aclimatándose a las circunstancias.

Y el relato en esencia reúne alertas que animan a emprender su lectura pese a que el tono no sea regular, y cuente con partes que más que revelar están ahí para engordar el continente, que es el libro. Un libro que guarda no obstante y dentro de sí, el relato de una familia tejana o los hijos de un Estado que se levantó sobre sangre y fuego y con demasiado pánico para transformarse en sociedad mestiza porque esto es territorio de unos pocos (hoy los blancos). El resto, mejicanos e indios, gente que perdió Tejas. Y los tejanos blancos desprecian a los que pierden porque tienen miedo. Y como tienen miedo, pues se enamoran para hacer frente a su peor pesadilla: la familia.

Los protagonistas de El hijo son héroes solitarios. Hombres y mujeres acostumbrados a defenderse de ellos mismos. Unos los llaman balas perdidas pero solo son tipos a los que les enseñaron un único camino en la vida.

Y camino es sacrificio en El hijo. Y con ese sacrificio se consigue casi dominar el mundo pero ¿por qué?

Para descifrarlo, Philipp Meyer se abre paso en la maraña del XIX y XX para contar los vaivenes del clan McCullough desde el nacimiento de Tejas, el Tejas anglosajón, hasta 2012.

La fórmula que emplea Meyer es narrarlo a través de la voz de sus protagonistas: Eli McCullough, el más salvaje aparentemente domado de los personajes de la novela. Héroe y villano que pasa de estar adoptado por los comanches a ser conocido en todo el territorio de Tejas como El Coronel. Una centenaria carrera rociada de cadáveres y plagada de enemigos para imponer –por mis cojones– una visión de la realidad.

Eli McCullough fue secuestrado siendo niño por indios comanches y en las mejores páginas de la novela se describe la adaptación del protagonista a una cultura que solo entiende de movimiento… Movimiento que retrocede cuando el mismo Eli se hace Ranger de Tejas y se dedica a perseguir y aniquilar –no es nada personal– a su antigua tribu, los comanches que asesinaron y violaron a su madre porque en Tejas el único problema “era conservar la cabellera en su sitio”.

El segundo gran relato de la novela lo cuenta Peter McCullough a través de sus diarios, en los que se describe un personaje emocionalmente aterrorizado, aterrorizado por su padre, El Coronel, que entra en rebelión con el clan al enamorarse de una desfigurada mejicana que pertenece a los García, una familia en la que participó en su exterminio…

Para conocer cómo piensa el clan femenino McCullough, el tercer relato de El hijo cuenta la vida de Jeannie, más cerca de su bisabuelo, Eli, que del abuelo, Peter.

Jeannie  es una mujer dormida, así que cuando despierta tiene la sensación de que tiene que conservar la cabellera en su sitio.

¿Conclusión?

El hijo es una crónica intensa, pero no demasiado conmovedora, sobre el ascenso y caída de un imperio. La novela si no recuerdo mal se abre, de hecho, con una cita de Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano de Edward Gibbons.

Y El Hijo es eso: la historia de la decadencia y caída del clan McCullough.

Saludos, leamos, desde este lado del ordenador.

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