Un clásico fantástico

Por esos inexplicables designios del destino cae en mis manos El tormento de las 13 doncellas como si un ente espectral me guiara a tan extraña como sorprendente película.

Y digo bien cuando escribo ente espectral porque el director de la cinta, el alemán Harald Reinl, falleció hace ahora treinta años en el Puerto de la Cruz, Tenerife, tras ser apuñalado por su tercera esposa, la actriz checa Daniela Maria Delis.

Casualidad o no, confieso que no había depositado demasiadas esperanzas en la cinta pero fue ver la portada y asomar en una esquina que la historia se basaba en un relato de Edgar Allan Poe lo que despertó mi últimamente adormecida curiosidad. Y mi instinto, bregado en mil batallas, no me traicionó porque este tormento de 13 doncellas respondió a las expectativas.

Eso sí, más que basada en un relato de Poe está vagamente inspirada en un relato del autor de El gato negro, de quien coge algunos elementos, como el péndulo de El pozo y el péndulo y poco más, y sí influencias, afortunadas, de las producciones de la Hammer, la atmósfera y la presencia de Christopher Lee así lo delatan; y de La máscara del demonio, el clásico de Mario Bava.

La literatura en lengua alemana cuenta con un grupo selecto de obras maestras fantásticas y terroríficas, ese terror que poco a poco te mete el miedo en el cuerpo. Se refuerza con una sólida base en su folclore y se distingue por la descripción de personajes.

El filme de Reinl recoge ese espíritu que juega con lo macabro. Cuenta con una primera parte modélica en la que se sumerge al espectador en un mundo turbio, extraño, un puente entre lo real e irreal con temple poético e inquietud metafísica pero sin perder tono de humor negro.

Protagonizada por un excelente y atractivo Lex Baker, actor que da la medida del héroe romántico y Karin Dor, actriz que da la medida de la heroína romántica que la película requiere, El tormento de las 13 doncellas es gótico en estado puro. Una rareza en clave fantástica que anima a seguir la filmografía de un cineasta que realizó varios western con Lex Baker como protagonista y que adaptaban novelas de Karl May, a películas de suspense y terror desde el mismo corazón de la selva negra.

Entiendo que por eso el trabajo de Harald Reinl no haya sido aireado por aficionados a las extravagancias ni a la potentísima cultura popular alemana, que es igual o más bestia que la de sus viscerales hermanos latinos… Pero ellos se lo pierden porque El tormento de las 13 doncellas merece ser descubierta como la joya, pequeña o grande, que es del género fantástico en el cine.

Una Constantin Film Produktion, la historia arranca con la maldición con la que el conde Frederic Regula condena a quienes lo ajuiciaron así como a sus descendientes antes de morir acusado de asesinar a trece doncellas.

La venganza se producirá eones después con dos de los descendientes. Para contarlo, Reinl introduce al espectador en un mundo de fantasía negra a través de una mirada escéptica, la que encarna el personaje que interpreta Baker, y la de los creyentes, que se personifica en el conductor de la diligencia que los lleva al castillo maldito y más tarde el mismo espectador.

Feliz descubrimiento El tormento de las 13 doncellas. Pero no solo por lo que significa y debe reivindicarse, sino por la forma en cómo llegué a ella…

Un ente espectral me señala una carátula en la que detecto un nombre vagamente conocido…

Harald Reinl…

Saludos, gritos y susurros, desde este lado del ordenador

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