Una amistad traicionada

Marlon Brando se lío la manta a la cabeza a principio de los años sesenta para dirigir y protagonizar El rostro impenetrable, probablemente uno de los western más extraños y por esos fascinantes de la historia del cine, y un título que merece ser revisado cada cierto tiempo porque, pese a sus irregularidades, se trata de un filme rompedor, aunque sin estridencias, y más devoto con el género de lo que pudiera pensarse.

El reto no era fácil, pero pese a todo el actor y ahora cineasta firmó un documento que por sus cualidades merece ser reivindicado como la obra de arte –imperfecta, de acuerdo– que es.

Escrita originalmente por Sam Peckinpah, a quien dio la patada Stanley Kubrick, su director inicial, El rostro impenetrable terminó en manos de Marlon Brando, actor cuentan que con un ego desmesurado, pero que legó una cinta que a partir de entonces no ha dejado de influenciar en otros actores y directores como Clint Eastwood, y si han visto el filme de Brando y Sin perdón, entenderán porque lo comentamos.

El rostro impenetrable cuenta una historia sencilla: una amistad entre hombres traicionada. El personaje que interpreta Brando es abandonado, tras echarlo a suertes, por Karl Malden. Brando será capturado por agentes de la ley mejicanos y pasará cinco años en la cárcel de Sonora, un lugar que tal y como lo describe el personaje, sería algo así como la antesala del infierno.

Pasado esos años, el cuatrero desubicado persigue a su antiguo socio con una idea en la cabeza: matarlo. Se une a una banda de ladrones de bancos, su oficio de toda la vida, para robar el banco de una próspera localidad de la frontera y en la que el sheriff es Karl Malden, hombre que ha rehecho su vida y está felizmente casado.

Además del retrato humano que ofrece la película, si algo destaca en este western es la utilización de un paisaje al que en pocas ocasiones recurre el género como es la playa y el mar. El mar juega un elemento muy interesante en esta película al servir de catalizador de las pasiones que va a desatar entre los protagonistas. La hijastra del personaje (Pina Pellicer) que interpreta Malden se enamora de Brando, lo que genera un apasionante duelo de celos entre esos dos hombres que ahora se han convertido en enemigos íntimos.

Hay furor, violencia, momentos para el sosiego pero sobre todo un vibrante y emocional duelo interpretativo que es lo mejor de un western psicológico en el que no hay buenos ni malos, sino hombres que responden a situaciones extremas por algo que no supieron arreglar en el pasado.

Protagonizada también por actores clásicos del género como Katy Jurado, Slim Pickens y Ben Jonson, así como una delicada pero gigantesca Pina Pellicer, es inevitable preguntarse hacia donde se hubiera dirigido el cine de Marlon Brando si hubiese continuado detrás de las cámaras.

El rostro impenetrable cuenta, pese a sus imperfecciones, con grandes momentos e  imágenes que dejan huella. Cosas del desconcierto, de sentirse abducido por un relato que toma partido por varias historias a las que deja, la mayoría de ellas, sin concluir.

Algunos dicen que por la egolatría de su actor y director aunque más parece que así lo quiso su autor. Y como firma se hace responsable de su estilo, en el que mezcla clasicismo con vanguardia sin que se le caigan los anillos de los dedos.

Por eso ¿quién es el rostro impenetrable?

En el filme el paisaje físico se confunde con el estado de ánimo que transmiten sus actores a través, precisamente, de las caras.

Una voz dice que no es tan impenetrable como quisiera El rostro impenetrable.

Pero ¿y qué?

Saludos, navegamos, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “Una amistad traicionada”

  1. Daniel León Lacave Says:

    Es muy curiosa la historia de como llegó a rodarse este film.
    Le recomiendo leer el capítulo “El Canguro de diez Pies”de la Biografía de Kubrick escrita por Baxter.
    Peckhimpah quería rodar “Pat Garret y Billy el niño” cuando escribió este guión. Años después lo consiguió, pero su guión inicial se convirtió finalmente en “El rostro impenetrable”.

    Y resultó que todo fue una excusa de Brando, que había cobrado por una película que no había hecho y que tenía firmada bajo contrato, y se había pateado el dinero adelantado en puticlubs de oriente.
    Contrató a Kubrick para justificar que estaban trabajando en la película pero con vistas a sabotear el proyecto y echarle, justificando así el presupuesto.
    Se empeñó en Karl Malden solo porque sabía que Kubrick le detestaba, y le blindó bajo contrato pagandole una millonada para fastidiar a Kubrick.
    De hecho, Malden se compró su finca gracias a ello y le puso de nombre “el rostro impenetrable” porque jamás ganó tanto dinero por una película.
    No deje de leer el capitulo arriba mencionado.
    Un abrazo.

  2. admin Says:

    Muchas gracias por la información y demos gracias al vicio de Brando por dirigir, finalmente, este western extraño, melancólico, casi fantástico. Afortunadamente en este juego de egos Kubrick salió mal parado y Karl Malden, por el que confieso devoción de aficionado, el indiscutible ganador de la partida. Un último apunte, Peckinpah rodaría años más tarde Pat Garret and Billy the Kid con dos de los actores que aparecen en este ya clásico del señor Brando: Katy Jurado y Slim Pickens.

Escribe una respuesta