Bob Dylan, Nobel de Literatura

La mala gente podrá pensar que conceder el Nobel de Literatura al poeta pero sobre todo cantante y autor Bob Dylan es un lavado de cara que la Academia Sueca realiza para que el Premio llegue a más gente de la que habitualmente llega pero, al margen de lo que sospeche esa gente, el Nobel de Literatura da un importante paso hacia adelante al reconocer la trayectoria de uno de los poetas urbanos más grandes de la última mitad del siglo XX.

Un genio, con todo lo que implica la palabra genio, de la poética escrita en inglés.

Dylan es responsable de canciones que han dejado de ser canciones para transformarse en himnos. Himnos que trascienden generaciones y que no mueren porque el testigo pasa de padres a hijos con parecidas señas de identidad.

Creo que debemos celebrar este “desliz”, como le he escuchado a alguien, porque hoy más que nunca el Nobel de Literatura recae en alguien al que casi todos conocemos y en el que casi todos coincidimos en –no sé si en afirmar– su genialidad y seguro, seguro, tararear sus canciones.

Canciones que forman parte de nuestra banda sonora como Blowin in the Wind, Like A Rolling Stone o Knockin’ on the Heaven´s Door, entre otras, porque son canciones, poemas, himnos que ya no pertenecen a Dylan sino a todos nosotros.

No sé cómo se lo habrán tomado otros candidatos, en algunos casos eternos candidatos, como el norteamericano Philip Roth o el japonés Haruki Murakami, pero el Nobel es un premio plagado de olvidados como Jorge Luis Borges.

Hoy se acordó de Robert Allen Zimmerman, Bob Dylan, ese ilustre e ilustrado poeta que se llamó así por otro ilustre e ilustrado poeta, Dylan Thomas, un escritor que, ya ven, tampoco obtuvo el Nobel de Literatura.

Saludos, no sabe, no contesta, desde este lado del ordenador

2 Responses to “Bob Dylan, Nobel de Literatura”

  1. Rafael-José Díaz Says:

    Lo siento, pero en esta ocasión no estoy de acuerdo. Opino más o menos lo mismo que ha dicho Irvine Welsh: “Se trata de una recompensa mal concebida y nostálgica, excretada por las próstatas rancias de un grupo de hippies seniles y balbuceantes.” Y añado que ignorar a poetas de la talla de Jaccottet, Ashbery, Simic, Zagajewski o Parra es una puñalada que esos casposos académicos suecos le vuelve a hacer (y ya van varias) a la literatura.

  2. admin Says:

    Estimado Rafael-José, si es palabra de Irvine Welsh quien ahora le escribe pondría muy en cuarentena su escatológica ¿reflexión? ¿Querrá obtener el Nobel el muy gañán?, Arranca pa’ya.

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