Farsa carnavalera

Si hay una persona non grata en la isla de Tenerife esa persona es el bailaor Rafael Amargo, quien se embolsó no sé cuántos millones de euros al dirigir la gala de los Carnavales de 2007, dedicado ese año a lo fashion. Esto de lo fashion, y sin que sirva de precedente, me pone los pelos de puntas, pero así funciona una fiesta a la que se le ha arrebatado de casi todo su contenido pagano para transformarla en una especie de parque temático que invita a emborracharse en la calle.

De aquella gala, y del desaguisado que se desorganizó tanto dentro como fuera se basa la novela Un carnaval amargo (Ediciones Aguere/Idea), de Juan Ignacio Royo, una deliciosa farsa en la que se describe aquel esperpento al que puso la guinda final el baile de una tal Belén Esteban.

Ya emitiremos nuestro comentario sobre esta obra que se suma a la todavía escasa literatura que se desarrolla en los carnavales no solo de Tenerife sino también de otras islas del archipiélago.

Saludos, fiesta, desde este lado del ordenador.

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