Dimes y diretes

* Los habitantes del hormiguero se dividen entre los que aplauden al ganador del concurso de Drag, que se celebra en los carnavales de Las Palmas de Gran Canaria porque –atento–  la Iglesia y unos pocos políticos oportunistas tachan de “blasfemo” y los que defienden el escándalo y la polémica de atentando a la libertad de expresión. Aunque libertad para expresarse tuvo el drag cuando realizó el montaje. En Facebook, y probablemente en Twitter pero es que no sigo Twitter, los dimes y diretes que se cruza la muchachada a favor y en contra sube la temperatura de una fiesta, los Carnavales, donde lo más normal es ver entre ositos y piratas, a tíos travestidos de monja y alguno, de sacerdote.

* Esos mismos dimes y diretes le caen a la actriz Anabel Alonso al confundir en uno de esos Tweet que no sigo a los habitantes de la capital grancanaria con chicharreros, que son como popularmente se conoce a los que viven en Santa Cruz de Tenerife.

* Indignación, esa indignación que nos entra a los que residimos en estas desperdigadas islas del Atlántico ante las pequeñas cosas que, en nuestro secular ombliguismo, consideramos gigantescas, porque la fiesta de los Indianos que se celebra en Santa Cruz de La Palma no se menciona siquiera, el siquiera se escribe para dotar de dramatismo estas líneas, en el informativo de una cadena nacional que sí que menciona, no obstante, los Indianos que se festejan de un tiempo a esta parte en la capital grancanaria.

* Leo artículos y columnas de opinión sobre el último Festival de Música de Canarias y no me aclaro porque sospecho que muchos de los que critican y también de los que alaban la gestión de esta edición no han asistido en su vida a ninguno de los conciertos que se desarrollan en el que continúa siendo, pese a todo, la joya de la corona de los festivales (sean de música, cine, que de estos hay un montón, literatura, unos poquitos, apenas se cuentan con los dedos de una sola mano) que se celebran en este archipiélago rodeado estos días de aguas tan turbulentas.

* Leo también artículos y columnas sobre Rafael Arozarena, a quién se dedica este año el Día de las Letras Canarias, pero sospecho, como sospecho de los que escriben sobre el Festival de Música, que salvo Mararía, y solo por el nombre, la inmensa mayoría sigue desconociendo el trabajo literario de un escritor que fue un poco más lejos que la novela que lo consagró primero al ser finalista del Nadal y más tarde al convertirse en lectura obligatoria cuando uno estudiaba, o hacía que estudiaba, la EGB, que ya no es EGB ni es ná de ná.

* Me cuentan, porque ya no tengo edad para estar pegado frente al televisor en la fría y solitaria madrugada, el desaguisado de los Oscar. Desaguisado porque se equivocan al anunciar la película ganadora de la dichosa estatuilla. El presidente Donald Trump les dice en un Tweet, otra vez los Tweet, que eso les pasa por hablar de política en una ceremonia donde lo que se pide es hablar de cine, pero Trump en apenas cien días que lleva al frente de la Casa Blanca si ha demostrado una cosa es que es un soberano tocapelotas.

* Puestas así las cosas, sobrevivo de momento gracias a Ignacio Agustí, un escritor que pide a gritos recuperar su obra, y Eric Ambler, de quienes espero, dioses mediantes, hablar un día de estos.

Saludos, ya se sabe, desde este lado del ordenador.

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