El tren delantero, una novela de Emilio González Déniz

El tren delantero (Mercurio editorial, 2016) es la última novela, aunque más que novela habría que hablar de divertido experimento literario de Emilio González Déniz, autor, entre otros libros, de El llano amarillo y la cinéfila Hotel Madrid.

Cinefilia hay también en El tren delantero, cinefilia y erotismo en una narración que da eco a otra narración, un poco al modo de Las mil y una noches pero sin el grado de laberíntica complejidad narrativa que ofrece este clásico de la literatura universal.

Emilio González Déniz cuenta así varias historias, y acusa en alguna de ellas obvios homenajes cinematográficos y una cierta parodia de géneros hoy tan populares como el policíaco.

Con estos elementos, no creo que El tren delantero sea un libro para tomarse demasiado en serio aunque ahí, en ese carácter más que irónico, bromista, radica su grandeza como apuesta narrativa en la que se delata lo bien que se lo tuvo que pasar el escritor armando este relato aparentemente fragmentario.

La historia presenta a Vesta Laserre y el detective privado Ernesto Cruz, que investiga la muerte de un señor muy rico que resulta o podría ser el esposo de Laserre, y a través de este diálogo ora bromista, ora reiterativo, se cruzan varias historias que están ahí, podría pensarse, para dar consistencia física a un libro que no llega a las 150 páginas.

Con todo, y si se entra en el juego que propone González Déniz, El tren delantero divierte y araña literatura en algunas frases que disemina a lo largo de un texto que no termina, sin embargo, de funcionar aunque se agradece el tono festivo con el que está escrito, y esa celebración por parodiar con tan entusiasta cordialidad.

Una parodia que más que ridiculizar escenifica está inmensa broma que es la vida.

(*) El tren delantero está publicado en papel por Mercurio Editorial y en su versión digital por ATTK Editores,

Saludos, a la mar fui por naranjas…, desde este lado del ordenador.

Escribe una respuesta