Manuel Borrás: “La poesía hace mejores ciudadanos”

El director literario de Pre-Textos, Manuel Borrás (Valencia, 1952), protagonizó recientemente un encuentro en Santa Cruz de La Palma en el que habló de su trabajo como editor y de sus relaciones con varios escritores.

Pre-Textos tiene ya cuarenta años y su historia es la del trabajo bien hecho. Bien hecho porque no es fácil que una editorial española alcance esa edad y bien hecho porque ha mantenido desde sus inicios la misma línea. Una línea que apuesta, entre otros géneros literarios por la Poesía, en la que Pre-Textos se ha convertido en referencia.

Pre-Textos cuenta en la actualidad con un fondo de más de mil quinientos títulos y ha obtenido el Premio Nacional del Ministerio de Cultura de España a la labor editorial (1997) y el reconocimiento como editorial del año en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (2008) y en la Feria Internacional del Libro de Lima (2009). Pre-Textos cuenta también con la Orden Alejo Zuloaga, que concede la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo, Venezuela (2012).

Manuel Borrás fundó con Manuel Ramírez y Silvia Pratdesaba en 1976 Pre-Textos, un sello editorial que, desde ese entonces con pretextos, continúa apostado por la literatura de calidad.

- ¿Cómo fue la gestación y el parto de Pre-Textos?

“Pre-Textos la fundamos Manuel Ramírez, Silvia Pratdesaba y yo cuando estábamos en la Universidad y como respuesta a la carestía de determinadas lecturas que afectaban a nuestras afinidades electivas. Veníamos de un proyecto editorial universitario anterior que se frustró ya que quien la animaba, un amigo al que veíamos entonces y que nos parecía muy mayor, teníamos entonces dieciocho años, el notable poeta Eduardo Hervás, se suicidó así que quizá fue él quien nos introdujo el gusanillo de la edición. Siempre digo que Pre-Textos nació con pasión por la literatura escrita y decepción por la experiencia universitaria. Además, nunca quisimos ser hombres tristes, como otros.”

- ¿Recuerda el primer libro que editaron?

- El primer libro que editamos en Pre-Textos fue Materiales para la historia de las ciencias en España: siglos XVI-XVII, y fue el primero porque un colaborador nos dijo que ya estaba en prensa y tras discutir entre nosotros si teníamos que editarlo o no, al final lo reconsideramos. Se trataba de un libro con gran aparato técnico en el que, entre otras cosas, decía que un catalán se había adelantado a Galileo en 40 años. En aquel entonces, vivíamos en un tiempo muy complicado, eran los años de la Transición.”

- ¿Y qué objetivos se marcaron como editorial?

“Nuestro objetivo era la recuperación de la literatura escrita por el exilio español, con autores como María Zambrano, Jorge Guillén y Juan Larrea, entre otros. Y ellos mismos nos animaron a seguir adelante con este proyecto aunque salvo Larrea, que nos confió un libro, el resto esperó a que tuviésemos catálogo. En esa primera etapa recurrimos también a las traducciones.”

- Durante todos estos años Pre-Textos se ha caracterizado por su colección de poesía. Insólito, si tenemos en cuenta que España es un país en el que se lee poco, y si se lee poco, menos poesía.

“Creo que la poesía hace mejores ciudadanos porque los sensibiliza. No sé si es un género menos leído pero lo pongo en duda ya que pese a que la gran industria editorial apuesta por la prosa, la poesía continúa colándose por sus fisuras. En nuestro caso, han pasado más de cuarenta años y nuestra colección de Poesía continúa pese a que apenas da dinero aunque la plusvalía que generan otras colecciones nos permite seguir porque sabemos que los lectores de poesía son una inmensa minoría, y que se trata de un lector que sabe lo quiere y al que resulta muy difícil darle gato por liebre.”

- ¿Y cuál es la historia de un editor literario como usted y el perfil del lector de los libros que edita Pre-Textos?

“La historia de un editor es la historia de un solitario aunque de vez en cuando baja al mundo. En una Feria del Libro observé por primera vez al lector de libros de Pre-Textos y desde entonces es una experiencia que procuro repetir porque percibo el cambio generacional entre nuestros lectores. Observo un relevo intelectual dinámico y vivo pese a que vivamos en una época perezosa en la que la Sociología está por encima de la realidad.”

- Y en sus años de editor, ¿cuáles han sido los momentos más difíciles, esos en los que estuvo a punto de tirar la toalla?

- Los momentos tristes son todos aquellos en los que conoces que ha muerto un amigo porque Pre-Textos se ha constituido en una casa común. Respecto a lo de tirar la toalla, la verdad es que lo pienso con cierta frecuencia porque a veces editas libros que no obtienen los resultados que esperabas. Hacer un libro es relativamente fácil pero una buena edición muy difícil.”

- ¿Y los momentos más satisfactorios?

“Entre los más satisfactorios están aquellos en los que descubres a un joven escritor porque piensas que lo que escribe resulta valioso. ¿Para qué sirve, si no, un editor literario? Un editor literario está para descubrir a valores que aún no están consensuados.”

- ¿De ahí viene el nombre de Pre-Textos?

“El nombre de Pre-textos nació más bien como un pequeño chiste. En aquellos años, los setenta, teníamos que darle nombre a la editorial en la oficina de patentes y nos reunimos los cuatro amigos alrededor de una botella de whiskey y comenzamos a proponer nombres y ahí, ya avanzada la discusión, dije que teníamos que sacar un nombre, un nombre  ‘sin pretexto alguno’ y alguien decidió ponerle un guión a esos pretextos para que quedara en Pre-textos.”

- Como editor literario, ¿qué le pide usted a los textos que llegan a sus manos?

“Que esos textos tengan vida porque la literatura es una manifestación más de la vida.”

- Y cómo observa como editor la irrupción de las nuevas tecnologías en el mundo del libro.

“La irrupción violenta del libro virtual se ha demostrado algo perversa y previsible. Ya se intuía entonces que tenía fecha de caducidad. En uno de los países más consumidores del mundo como son los Estados Unidos de Norteamérica la demanda de libros electrónicos ha descendido, así que el cambio de paradigma que anunciaban los agoreros son zarandajas y demuestra una vez más que el libro molesta, que siempre ha molestado. Entiendo que la literatura en pantalla es literatura pero la diferencia que tiene con la que se publica en papel es que somos muchos los editores que nos preocupamos por cuidar la edición.”

- En estos ya más de cuarenta años al frente de Pre-Textos ¿qué momentos han sido los más importantes para la editorial?

“Entre los momentos más entrañables están los de haber conocido a algunos de los autores a los que admiro y que esos mismos autores me dijeran que los libros de la editorial contribuyeron a su formación intelectual.”

- Y antes, mucho antes ¿hubo editoriales que influenciaron en la forma de hacer libros de Pre-Textos?

- Pre-Textos sin sus hermanos mayores no hubiera sido posible. Lumen, Tusquet, Anagrama, sin ellos nosotros no hubiéramos podido existir, nos abrieron un camino preciso pero no representaron un modelo porque en Pre-Textos dimos preferencia a la intuición basada en la experiencia. Andrés Trapiello dijo de Pre-Textos que no es solo una editorial sino un modo de estar en el mundo.”

- ¿Y que libro que no ha editado le gustaría editar?

“Los ensayos de Montaigne, que lo ha hecho y muy bien Acantilado, y a Benito Pérez Galdós, a quien antes de morir espero hacerle un homenaje.”

- Pre-Textos continúa apostando por la poesía pero ¿cuál es el estado de la poesía que se escribe en España?

“Muy bueno. En este país hay muy buena poesía. Hoy, la gran poesía se escribe en inglés y en español, ese español que hablan quinientos millones de hispanohablantes. Y en su proporción, también en portugués.”

- Y por último, otra curiosidad, ¿recuerda cuál fue el primer libro que le marcó?

El cartero del rey, de Rabindranath Tagore, que leí en la edición de Zenobia Camprubi y Juan Ramón Jiménez. Nací en el seno de una familia burguesa en la que mi madre nos influyó para leer. En mi casa trabajaba además una señora, Eugenia, que nos contaba siempre historias maravillosas, así que con estas dos mujeres ¿cómo no iba a estar abocado a la literatura?

Novedades

Manuel Borrás se muestra satisfecho con la edición, en colaboración con la Fundación de CajaCanarias, de la obra completa de Manuel Padorno (2016). Una edición de Alejandro González Segura que se suma a la que en 2000 presentaron sobre la obra poética y cuentos de Luis Feria con el patrocinio entonces del Gobierno de Canarias y al cuidado de Carlos Eduardo Pinto. Estos autores se suman a un catálogo en el que también figuran otros autores de las islas en una editorial que está en continúa búsqueda de nuevas voces. Al margen de la relación que la editorial mantiene con Canarias, novedades recientes de Pre-Textos son Cartas a sus amigos de Ramón Gaya y la poesía completa de Gerardo Diego. La editorial ha publicado también varios libros de Erika Martínez, que este año presenta Chocar con algo. Manuel Borrás cuenta que conoció la poesía de Erika Martínez siendo jurado en un concurso de poesía joven y que desde entonces ha tenido la oportunidad de observarla “en su crecimiento como poeta.”

Saludos, cada día más sorprendido, desde este lado del ordenador.

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