“Nelson deja constancia de su defectuoso conocimiento de Tenerife”

Ataques británicos contra las Islas Canarias en el siglo XVIII. La visión británica es un amplio trabajo de investigación histórica de Carlos Fernando Hernández Bento y un volumen más que se añade a la cada  vez más sustanciosa biblioteca que sobre aquellos hechos se han escrito. El libro, que cuenta con un prólogo del general e historiador militar Emilio Abad Ripoll, además de revelar la versión británica sobre los ataques que la Royal Navy realizó contra Canarias en el siglo XVIII, es un trabajo riguroso fruto de largas consultas en archivos,  bibliográficas, hemerográficas y museísticas, muchas de ellas inéditas.

- ¿Qué objeto tenían los ataques británicos a Canarias?

“No fue siempre el mismo. Si me remito al siglo XVIII, que es el que estudia mi libro, podemos comenzar con el caso de Jennings contra Santa Cruz (1706), que lo que en realidad pretendía era rendir Cartagena de Indias, pero los vientos desfavorables lo empujaron en dirección a Santa Cruz de Tenerife, ciudad en la que trató de poner en práctica el plan que tenía previsto para la población americana. Estaban en la Guerra de Sucesión Española e intentaron la captura de Santa Cruz mediante la presencia de una formidable fuerza que obtuviese una declaración en favor de Carlos de Austria y en detrimento de Felipe de Anjou. Los ataques de Fuerteventura de 1740 fueron, en ambos casos, ataques corsarios que buscaban hacer un buen botín, al igual que otros muchos del siglo. En el de Windham contra La Gomera de 1743 traían orden “dada en mano” por el Almirantazgo para interceptar unos buques de los que tenían conocimiento que iban a pasar por Canarias volviendo desde América, para ello debían ubicarse entre las islas y, de no lograr su objetivo, volver a Inglaterra haciendo daño al enemigo en alguno de sus puertos, tanto en los canarios como en los de la costa gallega. En el caso de Nelson, creo que ya estaba suficientemente probado con trabajos de otros autores, que venían a quedarse con la isla. Sin embargo, mi nuevo libro (¡Miel sobre hojuelas!) contiene “jugosos” testimonios, como uno hallado en la prensa inglesa donde hay transcrito un informe con un estudio completo de Tenerife (tamaño, altura, variedad climática, riquezas, posibilidad de terremotos, mejores zonas para vivir, etc.) ¿para qué hicieron un estudio así si no tenían intenciones de quedarse con la Isla?”

- ¿Qué fuentes ha consultado para la elaboración de esta obra?

“Pues de la más variada índole. Como explica la propia reseña del libro: la presente obra es un intento de profundizar en los ataques que los británicos realizaron contra las Islas Canarias a lo largo del siglo XVIII, desde su propia óptica. Para ello se estudiaron sus fuentes archivísticas, bibliográficas, hemerográficas y museísticas, que en muchos de los sucesos analizados son en buena medida inéditas, aunque en dos de los más relevantes casos, esta afirmación, sin dejar de ser cierta, haya que matizarla: el ataque de Charles Windham contra La Gomera de 1743 – suceso al que ya habíamos dedicado un libro completo: 1743. La Royal Navy en Canarias. La derrota de Charles Windham…, y el de Horacio Nelson contra Santa Cruz de Tenerife del año 1797: en realidad el único hecho del que ya teníamos documentación en inglés y al que hemos continuado aportándole en esta lengua. Dichas fuentes son de dispar valor a la hora de aportar algo nuevo a los distintos episodios. Mientras que en unas ocasiones nos pueden ayudar a su mejor comprensión, otras veces sólo sirven para enriquecer, corroborar o puntualizar lo ya conocido. Sin embargo, creemos que se puede afirmar que siempre serán valiosas de por sí. La energía dedicada al análisis de este conjunto de documentos y la amplitud del mismo, conllevan que el estudio haya quedado centrado, de forma natural y en mayor medida, en los aspectos más marinos de los ataques, quizá los más desconocidos hasta hoy, dado el gran peso que ha tenido siempre el uso de la documentación local, enfocada, como es lógico, a los aspectos más terrestres.”

- ¿Cómo reflejan los documentos consultados entre ellos los cuadernos de a bordo de los oficiales, estos ataques?

“Dentro de las fuentes archivísticas hemos de destacar, precisamente, los cuadernos de a bordo de las naves que realizaron los ataques, los cuales ofrecen una tipología directamente relacionada con el oficial que tenía encomendado elaborarlos. Para los ataques de Jennings (1706) y Windham (1743) encontramos una surtida muestra de estos cuadernos, aunque los más ricos en detalles son, sin duda, los referentes al ataque de Nelson (1797) ya que, con el pasar de los años, estas series documentales fueron ganando en pormenores. Estos documentos son capaces de aportarnos por sí mismos una visión bastante coherente y completa de lo ocurrido. Todo ello de una forma muy secuenciada que, en algunos casos, llega a ser de media a media hora. Además, en algunos casos nos ofrecen datos bastante precisos sobre la posición de algunas naves con respecto a las poblaciones en distintos momentos de los días del ataque. En definitiva, la visión de muchos oficiales participantes en los ataques, con su sello personal, profesional y, lo más importante quizás, inmediato a los hechos. Las fuentes bibliográficas nos han ayudado, en gran medida, a localizar las biografías de la práctica totalidad de los oficiales que comandaban las naves de la Marina inglesa durante los distintos ataques, así como los nombres y características de sus navíos, proporcionándonos detalles acerca de la fuerza armamentística a la que se enfrentó el Archipiélago en cada momento. Con respecto al uso de la hemerografía, hemos de decir que es en el siglo XVIII cuando surgen los primeros periódicos británicos con un sentido completamente moderno, siéndonos de gran ayuda para documentar, en todo o en parte, muchas acciones en aguas canarias, algunas de las cuales permanecían desconocidas, incluso, para nuestra historiografía. Sin embargo, la prensa nos ha interesado, antes que nada, para conocer cuál fue la “opinión pública” británica sobre los distintos sucesos bélicos que protagonizaron. Por último, las fuentes escritas nos permiten la identificación posterior de las museísticas, es decir, de las imágenes de algunos de los capitanes y muchos de sus barcos; destacando, por su riqueza, el National Maritime Museum de Greenwich (Londres), pues atesora importantes colecciones de todo tipo alusivas a la Royal Navy.”

- ¿Se sabe el papel que desarrolló la población británica que residía en la isla ante el ataque del contraalmirante Nelson?

“Nelson deja constancia de su defectuoso conocimiento de algunos aspectos importantes de la plaza que iba a asaltar. Sabía que se abastecía de agua por unos canales que, si se destruían, harían más fácil su caída, pero por el contrario, no tenía un conocimiento pleno del régimen de vientos. Conocía que las colinas que cercan la población se podían capturar por no estar fortificadas, pero no tuvo en cuenta la gran dificultad del terreno para acceder a ellas. Todo este cúmulo de desconocimiento, a la hora de la verdad, constituyó una suma insuperable de hándicaps, que desembocaron en su fracaso. No en vano, según la crónica de Miller, el plan fue elaborado a través de la imperfecta información facilitada por gente que no había estado en Santa Cruz en los cinco últimos años. Esa fue su “ayuda”.”

- ¿Qué poder de fuego y en hombres tuvieron los británicos en estos combates?

“La respuesta podría ser muy prolija de dar. Por cálculos realizados con la documentación inglesa en la mano podríamos decir, por ejemplo, que Jennings contra Santa Cruz de Tenerife en 1706 traía una fuerza total de 4.100 hombres y 692 cañones (dos navíos de 80, tres de 70, tres de 64, tres fragatas de 42, y una bombardera de 8). En cuanto a los ataques contra Fuerteventura de 1740, en el primero de ellos Willes era capitán de un corsario, el Vernon, y puso en tierra a 50 hombres; y en el segundo Charles Davidson era capitán del St. Andrew, barco de 24 cañones y 125 hombres. Si hablamos de Windham contra La Gomera en 1743 encontramos dos navíos de línea de 70 y 60 cañones y una fragata robada de 24, y unos 350 hombres de desembarco. Para Nelson, según lo hallado para este libro, un control de la armada inglesa para fechas de entre el 1 de julio y el 1 de agosto de 1797 dice, si hacemos la suma, que contaban con un total de 3.000 hombres y 393 cañones.”

- Hablemos ahora de 1743. La Royal Navy en Canarias. La derrota de Charles Windham en La Gomera y otras acciones en el archipiélago…

“Pues, ¿qué le puedo decir? Es mi primera obra y le tendré siempre un cariño muy especial. Los recuerdos de su elaboración se me agolpan en la memoria y ya están archivados en ella para siempre: el telefonazo de mi profesora Gloria Díaz Padilla desde La Gomera al lugar en el que estaba yo en ese momento: principio de la calle Triana de Las Palmas mirando en dirección al parque San Telmo, año 2010, para preguntarme si podía averiguar porqué eran rojas las banderas del mural del ataque de Windham que figura en Ntra. Sra. de la Asunción de San Sebastián de La Gomera. El intento y el esfuerzo de dar una respuesta a esa pregunta constituyó mi Big bang particular. El inicio de todo. De estos, de momento, siete años y dos libros. Parece mentira cómo una simple pregunta puede llegar tan lejos y marcar la vida de una persona por años… quizá para siempre. Otro momento memorable fue cuando ya tenía todos los datos que me hablaban de la existencia y localización del retrato de Charles Windham, del cual no teníamos su imagen física. Después de las pertinentes averiguaciones documentales me puse en contacto con la Eleanor Ingle, la manager del palacio familiar de Windham, Felbrigg Hall, en Norkfolk, y le pregunté si era verdad que encima de la puerta del comedor del palacio estaba el retrato de un tal Charles Windham, miembro de la familia y marino. Me comentó que así era y que enfrente estaba el de su padre. Entonces le pedí que, por favor, que me lo enviara por correo electrónico, sino tenía inconveniente. El momento del despliegue del retrato del capitán en mi pantalla de ordenador es indescriptible. Le miré a los ojos y le dije: “¡Conque fuiste tú?” No hay dinero en el mundo que pague un momento así. Se lo aseguro.”

¿Es una continuación Ataques británicos contra las Islas Canarias en el siglo XVIII”?

“Mi primera obra inauguró la que ya se ha convertido en mi forma de trabajar, consolidada durante siete años. El intento de pergeñar y rescatar todo lo que sea inglés y tenga que ver con nuestros enfrentamientos con ellos. En un combate siempre hay dos partes y, por tanto, para poder acercarnos a la verdad, que es lo que debe intentar siempre un historiador, hay que ver qué es lo que decía el otro, cuál era su visión de las cosas, cuáles eran sus capacidades de combate, por dónde se movían, qué querían de nosotros, etc., etc.”

Ataques británicos contra Canarias

Carlos Fernando Hernández Bento destaca que su nuevo libro, Ataques británicos contra las Islas Canarias en el siglo XVIII. La visión británica, estudia y hace comparaciones entre cinco ataques “principales”: John Jennings contra Tenerife (1706); Willes contra Fuerteventura (octubre de 1740); Charles Davidson contra Fuerteventura (noviembre de 1740); Charles Windham contra La Gomera (1743) y Horacio Nelson contra Tenerife (1797). Pero apunta que en el volumen figuran otros combates en  tierra o en alta mar aunque “es difícil dar un número exacto, pues depende de qué consideremos ataque, además de que habrá algunos, casi con seguridad, que no quedaron documentados y, por tanto, no existen para nosotros. En cuanto a la isla más castigada, probablemente fue la de Tenerife, siendo la de El Hierro, la única de la que no hallé referencia alguna. Y en cuanto al momento de más cantidad de ataques, quizá fue el de la Guerra hispano-inglesa de 1739 a 1748, la llamada por ellos como “Guerra de la Oreja de Jenkins”. Estoy hablando, claro está, del marco del libro, que no podemos perder de vista: ataques británicos y del siglo XVIII.”

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