Amanecer en el ocaso, una novela de Gerardo Pérez Sánchez

Amanecer en el ocaso, quinta novela de Gerardo Pérez Sánchez tras El peso del tiempo, Las tormentas interiores, La sonrisa Duchenne y Del amor y otras vías de escape, recupera a un escritor con notable pulso para el thriller.

Ya había dado muestra de ello en La sonrisa Duchenne, título con el que Amanecer en el ocaso comparte varios puntos de contactos.

Las similitudes entre un título y otro se detectan en el dibujo del protagonista, un militar español retirado, y la obsesión que siente este profesional de las armas por el amor de su vida, dormida en La sonrisa Duchenne al encontrarse en coma y desaparecida en Amanecer en el ocaso, la nueva singladura literaria de un escritor que ahora se muestra más preocupado por la construcción de la trama que por la profundidad psicológica de los personajes, debido probablemente a que en contra de otras de sus novelas corales, aquí se centra solo en un personaje que quiere confundirse con el paisaje en la capital tinerfeña hasta que recurren a él para solicitar de nuevo sus servicios.

Más que la indagación personal, que la hay, Amanecer en el ocaso es una historia donde prima la acción por encima de otros temas que ya son constantes en las novelas de Gerardo Pérez Sánchez. Es como si el escritor estuviera transformándose, como si hubiese madurado y transitase por nuevos territorios sin perder sus señas de identidad.
Hay amor en Amanecer en el ocaso, pero se trata de un amor más bien romántico. De alguna manera lo avisa el título de la misma novela, ese Amanecer en el ocaso donde las historias de amor terminan en tragedia.

Al margen de estas constantes, sorprenden algunos apuntes irónicos sobre la política en España. El retrato que dibuja de ministros y secretarios de Estado así como de uno de los jefes de la oposición del ala de izquierda hará sonreír a más de uno. Y no porque resulten retratos demoledores sino porque uno imagina que en realidad los políticos deben ser así.

La novela está protagonizada por Rodrigo Cifuentes, un teniente retirado del ejército que realiza labores como investigador y que vive atormentado por los recuerdos de una fallida relación sentimental. El ex militar recibe el encargo de buscar discretamente a la hija del Secretario de Estado de Defensa, lo que lo llevará a los territorios del Sahara que reclama el Frente Polisario a Marruecos tras averiguar que la joven se ha enamorado de un líder de ese grupo después de mantener una relación de pareja convencional con un líder de izquierdas.

No le preocupa a Gerardo Pérez Sánchez meter la pezuña en las interioridades de esta relación, que funciona como excusa para reforzar el carácter de esta díscola mujer capaz de dejarlo todo por amor.

Ya se ha dicho que el amor es un tema recurrente en las novelas del escritor. Por amor, parece que nos dice, somos capaces de hacer cualquier cosa. Rodrigo Cifuentes, sin embargo, vive preso de sus recuerdos aunque el resto de los personajes: la hija del Secretario de Estado y el jefe que le encarga la investigación actúan movidos por esta fuerza desatada que nace del corazón.

De adictiva lectura, Amanecer en el ocaso avanza y se consolida como un notable thriller cuya acción, como otras novelas del escritor, se desarrolla en distintos escenarios: Santa Cruz de Tenerife, Madrid, el Aaiún, las doradas arenas del desierto del Sahara…

Es en el desierto donde se registran, a nuestro juicio, algunas de las mejores páginas de la novela. Rodrigo Cifuentes contempla unas dunas que son una metáfora de su alma. Los recuerdos de un amor que apenas lo deja en paz pero que resulta demoledor porque ahora solo existe en su memoria.

Saludos, ya estamos casi en mayo, desde este lado del ordenador

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