Manuel Hernández: “El clero canario fue acusado de contrabandista”

El catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna, Manuel Henández González se ha especializado en sus investigaciones en tres grandes países del continente americano: República Dominicana, Venezuela y Cuba. Es además autor de numerosos trabajos que vinculan Canarias y América, labor que ha dado origen a estudios como Los canarios en la independencia de Venezuela y La emigración canaria a América a través de la historia que han destruido mitos y obligado a observar las relaciones entre el archipiélago y lo que un a vez se conoció como Nuevo Mundo de otra manera.

Manuel Hernández es autor ahora de un nuevo libro en el que vuelve a insistir en la presencia de los isleños en América, solo que en esta ocasión es la que se refiere al clero. Editado por Idea, el volumen lleva el título de Al margen de la Corona. La emigración del clero regular canario a América en la Edad Moderna y en las páginas del manual revela el protagonismo que muchos de estos religiosos tuvieron en aquellas tierras como el hermano Pedro y fray José Fernández Monroy, natural de La Orotava (Tenerife) y un personaje cuya vida parece sacada de una película de Hollywood.

- El título de este trabajo es Al margen de la Corona. La emigración del clero regular canario a América en la edad moderna. Pero ¿por qué Al margen de la Corona?

“Porque Canarias no participó en la política misional, primero por haber sido conquistada al mismo tiempo que América y en segundo lugar porque se acusó al clero canario, como al conjunto de la sociedad isleña como contrabandistas. Al margen de la Corona fue porque emigraban sin permiso del Consejo de Indias, que era obligatorio para emigrar por parte del clero y solo con el permiso de los provinciales de su orden”.

- Sin embargo, ¿qué causas y motivos provocaron esta emigración?

“La crisis de la economía insular a partir del último tercio del siglo XVII, que influyó en los numerosos conventos que se habían erigido desde el siglo XVI y que llevó a sus miembros a emigrar al Nuevo Mundo para buscarse la vida y ayudar a la subsistencia de sus comunidades”.

- ¿Y qué papel juega el clero regular canario en América con respecto al de otras regiones de España?

“Hay que tener en cuenta que al emigrar sin permiso regio se integraron en las incipientes comunidades urbanas incluso en las Antillas extranjeras, como aconteció con varios de ellos que se trasladaron en buques foráneos. Muchos se dedicaron a las actividades mercantiles, llegando a crear redes para dar salida a los productos que comercializaban. Algunos hicieron considerables fortunas que legaban a los conventos de los que procedían, como fue el caso de fray José Fernández Monroy dominico orotavense que fue vicario provincial de Chiapas y que estuvo presente en las rebeliones indígenas de la región. Al tener intereses comunes con los criollos apoyaron a estos en sus luchas por el control de las provincias religiosas, como se puede ver en el mismo Michoacán mejicano, donde detentaron la presidencia de la provincia agustina en cinco ocasiones. Pero también en Cuba y Venezuela. En la primera se comprometieron con las rebeliones de los vegueros contra el monopolio del tabaco, donde varios de ellos fueron sus impulsores. Los peninsulares los denunciaron a la Corona, acusándoles de ser criollos en esas luchas por la alternancia en el poder en los provincialatos, pero la Corona falló que sí pertenecían al Consejo de Castilla, pero no podían vivir en América por no tener permiso del Consejo de Indias. El Papa llegó a considerarlos americanos por una bula”.

- Una puntualización ¿clero regular y clero irregular?

“Regular porque está sometido a regla frente al secular que dependía directamente del obispo. Fueron dominicos, franciscanos y agustinos las tres órdenes establecidas en Canarias, aunque se reclutaron también capuchinos para los Llanos venezolanos y jesuitas en el oriente boliviano y en Paraguay”.

- ¿Qué trabajo es el que desarrollaron en el Nuevo Mundo?

“Se dedicaban fundamentalmente a actividades mercantiles, aunque juegan también un papel importante en la vida religiosa de sus comunidades y algunos en la evangelización de las comunidades indígenas”.

- ¿Cuál es el periodo histórico en el que alcanzan más notoriedad?

“A partir del último tercio del siglo XVII y a lo largo del siglo XVIII”.

- ¿Y las zonas americanas en las que se establecen?

“Fundamentalmente en Venezuela, Cuba y México, aunque unos pocos fueron también a parar a la Península de Florida”.

- ¿Fue importante su influencia en estas comunidades?

“Por su alianza con los criollos, fueron numerosos los que ejercieron como priores y como provinciales”.

- ¿Y a qué órdenes religiosas pertenecían?

“Salvo el caso excepcional de los jesuitas, que fueron ordenados generalmente en la Península, eran miembros de las tres órdenes arraigadas en el Archipiélago: dominicos, franciscanos y agustinos”.

- ¿Sufrieron persecución?

“Se propuso en numerosas ocasiones su expulsión por haber arribado ilegalmente. Las autoridades gubernativas en numerosas ocasiones ordenaron su expulsión, pero ellos buscaron la vía para permanecer por el arraigo e influencia que alcanzaron por lo que generalmente a pesar de tales decisiones, terminaron viviendo en el Nuevo Mundo”.

- En el libro dedica capítulos a la labor desarrollada, entre otros, por el hermano Pedro, fray José Fernández Monroy, Manuel Pimienta. ¿A cuáles destacaría por la labor que desarrollaron en América?

“Ya mencioné a Fray José Fernández Monroy, quien jugó un papel fundamental en la provincia de Chiapas, donde fue vicario general, interviniendo en las misiones indígenas y en las rebeliones mayas. Fue considerable la fortuna que llegó a cosechar y que dejó a su convento dominico de La Orotava, donde había profesado y tanto en dinero como en piezas de orfebrería que pasaron al Estado después de la desamortización aunque aún se conserva una custodia guatemalteca donada por él en la parroquia de Taganana. Manuel Pimienta fue un intelectual de la orden que fue el único agustino del que conocemos que migró al Perú, trayendo de ese virreinato piezas de orfebrería”.

- Me llama la atención el relato de un franciscano en la denominada desastrosa expedición colonizadora canaria a Guinea Ecuatorial y que culmina en Uruguay…

“El lagunero Fray Manuel González Ramos emigró con una serie de familias canarias para la colonización de la isla de Fernando Poo, en la Guinea ecuatorial, pero fue un fracaso, muriendo muchas de ellas y las que sobrevivieron fueron con él al Uruguay, donde llegó a participaron en la fundación de uno de sus pueblos”.

- ¿Podría adelantarnos próximos trabajo?

“Acabo de finalizar un trabajo sobre la vida y la obra de Miguel Cabral de Noroña, un exfraile secularizado madeirense de ideología liberal y filosmasónica, que criticó en un sermón las conquistas de Canarias y América, se opuso a la Junta Suprema de Canarias, por lo que se le llevó preso a Cádiz, donde publicó un periódico liberal. Al programarse su detención, huyó a los Estados Unidos, donde colaboró primero con los independentistas, y después con la embajada española, aunque siguió escribiendo sobre masonería. Finalmente Fernando VII le encargó la redacción de un periódico contra la independencia de América en Londres”.

- Si no me equivoco, prepara también uno sobre la Luisiana española…

“Concretamente sobre el Círculo de los Gálvez, una familia malagueña que controló la política indiana entre 1776 y 1787 y que influyó en la colonización de la Luisiana, donde uno de sus miembros, Bernardo, fue su gobernador. Abordo en ese libro su proceso de formación como elite dirigente, su apogeo y su decadencia”.

Saludos, historeando, desde este lado del ordenador

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