Francisco Estupiñán: “Franco usó a la masonería para quitarse enemigos del medio”

Francisco Estupiñán recupera un trozo muy importante de ka historia de España en El águila de San Juan, una novela que protagoniza Gerardo Martel, marino y masón canario, al que el conflicto coge en el lado de los rebeldes. Ocultando su pasado como miembro de esta sociedad discreta, Gerardo Martel irá escalando puestos en el régimen franquista durante la Guerra Civil, y más tarde como estado neutral en la II Guerra Mundial, formando parte de los partidarios de la causa aliada frente a los que se declinaban del lado Alemán.

Gerardo Martel asiste en la novela a varios momentos trascendentales de la Historia de España como el británico Plan Pilgrim de invadir Gran Canaria, operación que se congeló y también cómo escapó Carmen Polo de Francoy su hija de Gran Canaria mientras su marido volaba a Marruecos en el Dragon Rapide.

- ¿El protagonista de la novela está inspirado en un personaje real?

“La obra cuenta con tres categorías de personajes. Están los que tienen valor histórico, como los hermanos palmeros González Pérez, Franco o Leslie Howard. También hay, en segundo lugar, personajes reales a los que cambié el nombre por no ocupar páginas en la historiografía. Por último, un tercer grupo de personajes de ficción, como el protagonista, Gerardo Martel; sus familiares y amigos próximos, como el inglés Steward. Por lo tanto, el protagonista es un personaje de mi imaginación”.

- ¿ Porqué el título, El águila de San Juan?

“San Juan, con su evangelio tan mistérico, es de gran importancia tanto para la masonería, que es parte fundamental de la novela, como para la reina Isabel de Castilla, que lo consideraba su protector y tenía en su heráldica el águila que lo representa. Esa águila es la misma del escudo de España durante el franquismo”.

- Gerardo Martel es masón. ¿Hasta que punto cree que fue importante la masonería en Canarias en los años 30 del siglo XX?

“La masonería, la logia Añaza en particular, fue importante en Tenerife hasta la guerra civil. Participaban en ella personajes locales principales e hizo una labor filantrópica destacada, como por ejemplo promover la alfabetización de la población”.

- El personaje tiene miedo de que alguien delate su pasado como masón, sin embargo muchos militares masones se sumaron a los rebeldes. ¿Cómo explica esta contradicción?

“Los militares masones que se sumaron a los sublevados fueron exonerados por sus servicios, pero existía en la posguerra una ley específica de persecución a la masonería y el comunismo. Muchos personajes políticos importantes del régimen se vieron expulsados del poder al aparecer en los archivos de la masonería española de la época. Puede parecer una contradicción, pero está condicionada por el pragmatismo”.

- ¿Y qué cree que sentía realmente Franco hacia la masonería, más cuándo su hermano Ramón fue masón?

“Según Pilar Franco, su hermano siempre se ocupó del bienestar de todos los suyos, aunque Ramón fuera vitalmente bastante estrafalario. Pero su aversión a la masonería era auténtica, por un lado, y un cajón de sastre para quitarse enemigos del medio, incluso en su propio bando. Hay un personaje histórico germanófilo, que aparece en el relato, que ejemplifica esto que digo”.

- Cuenta del grupo canario que rodeó a Franco. ¿Podría hablarnos de algunos de ellos, los más importantes?

“Lorenzo Martínez Fuset, granadino yerno de Benito Pérez Armas, Blas Pérez González y Rafael Díaz Llanos formaron parte del gabinete jurídico del dictador durante la guerra. Eran gente de su confianza. De hecho, hay un libro, Los válidos de Franco, que señala como tales a Martínez Fuset, Blas Pérez y Carrero Blanco, sucesivamente”.

- ¿Cuál fue el capitulo más difícil de escribir, y por qué?

“El último. El cierre de la novela es de recolección. Reaparecen personajes reales de principios de la guerra y la posguerra y se dice qué fue de ellos hasta los años 70. Tampoco fue fácil afrontar la carga simbólica masónica con que concluye la obra a través de dos personajes tinerfeños, el pintor José Aguiar y el arquitecto Marrero Regalado”.

- La novela transcurre durante la Guerra Civil y la II Guerra Mundial, en este último conflicto los militares franquistas se dividen entre aliadófilos y germanófilos…

“Así fue. Falangistas y carlistas eran germanófilos. Otros, monárquicos o no, repudiaban el fascismo. De hecho, el régimen desconfiaba de los canarios de la época por anglófilos”.

- ¿Novela histórica o novela política?

Creo que las dos cosas. La trama de ficción está contextualizada sobre hechos estrictamente históricos. Y también hay un mensaje con cierto cariz político: el bloque de los sublevados no era un grupo fascista homogéneo, sino que reunía diversas sensibilidades a las que unía dar por fallida la república española por el extremismo de cierta izquierda, esa que repudia el Estado y rechaza la democracia y el pluralismo político. Eso, en cierta medida, se vuelve a repetir en la España del presente”.

- ¿Por qué fracasó el plan Pilgrim de invasión de Gran Canaria?

“No fracasó. Lo que sucedió es que Franco no permitió que Hitler usara España para invadir Gibraltar y también que no entrara como fuerza combatiente al lado del Eje durante la II Guerra Mundial. Salvo la División Azul, claro”.

- ¿Hubo planes de invasión de las islas que barajaron los nazis?

“Los nazis expresaron más de una vez sus deseos de tener Canarias como una plataforma operativa propia. Pero les bastó que Franco permitiera que la usara como base de aprovisionamiento”.

- ¿Qué personajes destacaría de aquellos años?

“Si te refieres a los personajes históricos que aparecen en la obra, sin duda que Blas Pérez. Tuvo muchísimo poder tanto en toda España como en Canarias durante muchos años. Uno de los canarios más importantes e intelectualmente brillantes de la historia política española”.

- ¿Y realmente fue fundamental la acción de la masonería inglesa para inclinar el favor de España hacia los aliados?

“No me consta. La vinculación con la masonería inglesa en la novela forma parte de la ficción que he creado en torno a Gerardo Martel”.

- ¿Qué fue primero, la historia o el personaje?

“En realidad, nacen en simbiosis. Quería crear esta historia dejando atrás las visiones novelescas al uso sobre la contienda civil y la posguerra. Siento rechazo hacia los prejuicios ideológicos y los maniqueísmos de cualquier clase, contra lo irracional. No todos eras malos en un bando o buenos en el otro. Había de todo a cada lado, en su mayoría gente inocente que se vio arrastrada por la fuerza de las circunstancias. Sólo hay que leer Homenaje a Cataluña, de George Orwell, que luchó en España con el POUM trotskysta, para entender lo que digo. Ahí también hay otro aspecto político en El águila de San Juan.”

Saludos, tres golpes, desde este lado del ordenador

Escribe una respuesta