Con destino a la gloria, una autobiografía de Woody Guthrie

Al cantautor Woody Guthrie se le debe el renacimiento de la canción de autor en Norteamérica, canción que disfrutó de notable influencia entre las clases más desfavorecidas en los años duros de la Depresión.

Letras con contenido pacifista y muy pegadas a la realidad para los que cantaban, familias en busca de trabajo y un lugar en el que caerse muerto, vagabundos que vagaban por el país como pasajeros clandestinos en los vagones de carga de los trenes, la vida de Guthrie dio origen a una novela autobiográfica, Con destino a la gloria, en la que el compositor y guitarrista cuenta sin pelos en la lengua su historia. Una historia que es también la historia de todos los parias de la tierra con independencia de la nación de la que procedan.

Las fronteras, los que no separa y divide es una fantasía que nos han vendido como una realidad. La verdad es que no existen dice el cantautor, una voz con conciencia y aliento de protesta y que va dirigida a todos pero especialmente a los más humildes.

En su viaje por los diferentes estados de Norteamérica, Guthrie tiene ocasión de pintar un retrato bastante realista de lo que ve pero sobre todo es una lección en cuanto a describir el carácter de la gente con la que se encuentra en la carretera, los vagones de trenes y los campamentos improvisados en los que han buscado refugio hombres y mujeres sin nada en los bolsillos salvo. en muchos de los casos, una desarmante dignidad.

Estos retratos hacen recordar a los mismos hombres y mujeres que John Steinbeck dio a conocer en Las uvas de la ira, De hecho, Con destino a la gloria tiene un eco de John Steinbeck, aunque el cantautor los hace hablar en su jerga algo que, lamentablemente, no puede recoger la traducción que tengo en mis manos.

El libro, el primero y el último que escribió el cantautor, fue llevado al cine en una estimable película que dirigió con sentimiento Hal Ashby a finales de los años setenta y estuvo protagonizada por David Carradine en el papel de Guthrie. Probablemente sea uno de los mejores trabajos de Carradine, quien además de tocar la guitarra e interpretar algunas canciones, imprime de humanidad al personaje que interpreta.

Woody Guthrie, el nombre de Woodrow se lo pusieron por el vigésimo octavo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Woodrow Wilson, recorre los caminos haciendo auto stop y colándose en los vagones de carga de los trenes mientras huye de los vigilantes, tipos pagados por las compañías con la misión de pegar palizas a los vagabundos que, como Guthrie, intentan seguir su camino sin nada en los bolsillos.

Woody Guthrie vive de lo mejor que sabe hacer, cantar mientras toca la guitarra en recitales que se celebran en los campamentos en los que hace escala. También de conciertos improvisados al pie del camino.

Su mujer arma, su guitarra. Esa máquina que mata fascista, dejo escrito en ella.

La autobiografía que se reseña está editada por Star Books en 1977 por lo que temo que será difícil acceder a algunos de sus ejemplares. A estas alturas deben de quedar muy pocos, una lástima porque su espíritu ha ido adquiriendo valor moral con el paso de los años.

Entre lo más llamativo de este libro, más allá de la descripción de una época y la épica sin altavoces de sus recitales, está la dignidad que el cantautor refleja entre quienes lo rodean, una gran hermandad de sufrientes, de parias, de gente sin techo, de indigentes que buscan a la desesperada alguna oportunidad para salir adelante.

El estilo es sencillo, parco en palabras. Directo, tan directo que te hace estar allí, ser uno más de la famélica legión que grita basta a través de las canciones de un hombre que no le pidió demasiado a la vida, salvo la de cantar con su guitarra para los que necesitan canciones.

La biografía comienza en 1912 y termina em 1942, y en ella se revela una manera de ver y entender la vida, así como una mirada inocente sobre un gran país como es Norteamérica al borde entonces –y mucho me temo que ahora– del desastre que no he visto en otros escritores, seguro que más sesudos pero también más aburridos.

Escribe Guthrie en el libro que más que ganar dinero con su guitarra lo que hacía era arañarlo. Una buena definición para entender el estado casi siempre ruinoso de sus finanzas.

La influencia Woody Guthrie en el mundo de la música se expandió en los años sesenta. Fallecería a finales de esa década a los 55 años. Entre otros, sedujo por su poesía de arrabal y su estilo liquidador a Bob Dylan, Tom Paxton y Phil Ochs, entre otros.

Su biografía, más allá de sus canciones, tiene alma, el alma de los parias de la tierra, la legión de los hombres y mujeres con destino a la gloria.

Saludos, protesta, desde este lado del ordenador

2 Responses to “Con destino a la gloria, una autobiografía de Woody Guthrie”

  1. gaviero Says:

    ‘The Social Power of Music’, un voluminoso libro con cuatro CD, explora la rica tradición de canciones políticas, religiosas y festivas que crean comunidad. Realizado en Washington, no se limita a Estados Unidos. Canciones que derriban muros, en palabras del critico Diego A. Manrique.
    En un repleto Teatro Caupolicán, el candidato Salvador Allende agradece a los músicos que trabajan por la llegada de la Unidad Popular al poder. Entre ellos se encuentra Víctor Jara, Isabel y Ángel Parra, Quilapayún y Rolando Alarcón. Ese 28 de abril de 1970, Allende recuerda en su discurso la canción “Al centro de la injustica”, de Violeta Parra. “No hay revolución sin canciones”, afirma, “jamás hubo tantos folcloristas y de tanta calidad. Con nosotros están los más y los mejores”.

  2. Francisco Says:

    “Una casa de tierra” es la única novela de Woody. Está traducida al español en Anagrama

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