Miguel Ángel Laredo: “La conquista de Canarias fue una revolución”

La vinculación del profesor Miguel Ángel Ladero (Valladolid, 1943) con Canarias comenzó en 1970 cuando se trasladó a vivir con su familia en Tenerife tras obtener plaza como catedrático de Historia Medieval en la Universidad de La Laguna. Fueron cuatro años “inolvidables”, explica en la siguiente entrevista, por lo que desde 1974, año en el que regresó a tierras peninsulares, no pierde la oportunidad de volver a al archipiélago, un territorio que conoce muy bien.

Miguel Ángel Ladero, que también es doctor Honoris Causa por la Universidad de La Laguna (1998), es uno de los mayores expertos del tránsito de la Baja Edad Media a la Edad Moderna en España así como del reinado de los Reyes Católicos.

El historiador regresó el pasado mes de diciembre a la isla para apoyar con su presencia la edición en cinco volúmenes de las Obras canarias de Elías Serra Ràfols, el padre, destaca, “de la historiografía canaria” y a quien pudo conocer pocos años de su muerte, en julio de 1972.

– ¿Conoció al profesor Elías Serra Ràfols?

“Llegué a Tenerife en 1970 y el profesor Elías Serra se había jubilados dos años antes aunque nos vimos en la facultad algunas veces pero una vez jubilado lo hacía poco hasta que falleció en el verano de 1972. Comencé a aprender cosas de él a través de sus colaboradores, como Juan Régulo, María Marrero y Alejandro Cioranescu pero no se puede decir que mantuviera una relación porque, como dije, lo vi muy pocas veces”.

- ¿Qué destacaría de su labor como historiador e investigador?

“Pues que tuvo una obra diría que heroica en bastante aspectos. Llegó a Tenerife en 1926, ya con su doctorado, era catedrático y se mantuvo aquí hasta su jubilación, 42 años excepto los de la Guerra Civil, así que fue prácticamente uno de los fundadores, yo diría que el principal, de la historiografia canaria actual en el ámbito de la Baja Edad Media y de la Edad Moderna (siglos XIV al XVI) y en algunos aspectos en el ámbito de la arqueología prehispánica por lo que es una figura señera para la historiografía canaria porque no hay nadie comparable. Hay historiadores magníficos pero en la siguiente generación como Antonio Rumeu de Armas, Francisco Morales Padrón, Antonio de Béthencourt pero vienen después, quince o veinte años más tarde y en circunstancias diferentes a las que Elías Serra vivió, sobre todo en sus primeros decenios ya que la facultad de Letras se funda en 1940 y la de Historia en 1967 por lo que durante algunos años Serra Ràfols fue prácticamente el único profesor de Historia de aquella Universidad y el que organizó una obra enorme que es la que se intenta poner de relieve en esta presentación de sus obras canarias porque no se trata de sus obras completas ya que escribió también sobre otros temas aunque poco en cantidad, sobre todo del tema catalán. Estos libros recogen así el 95 por ciento de su producción”.

- ¿Qué opinión tuvo Elías Serra Ràfols de lo catalán?

“Hay que tener en cuenta que él era menorquí, y que estudió el bachillerato en Gerona y la carrera en Barcelona. Él y su hermano, José de Calasanz Serra, dos años menor y que se dedicó a la arqueología y la historia del arte. Era otra época. Pienso que Elías Serra fue un catalán que sintió un gran amor por su tierra pero no sé qué grado o qué circunstancia política tuvo. En Canarias se dedicó a la Historia de Canarias fundamentalmente”.

– ¿Qué elementos destacaría de su trabajo como investigador?

“Sobre todo dos, la edición de fuentes documentales, que no había, como las Fontes Rerum Canariarum y otras que abrieron un camino que luego han seguido otros historiadores y, en segundo lugar, su visión del asunto, una visión panorámica, no localista. Hace Historia de las islas con un criterio muy muy amplio desde la arqueología y la etnología prehispánica hasta la conquista, colonización y la formación de la nueva sociedad canaria que es antecedente de la actual. Es decir, que por un lado dio a conocer una enorme cantidad de documentación inédita y desconocida con una perspectiva histórica amplia que muchas veces se pierde y que él nunca perdió”.

- ¿Cree que en Canarias se ha reconocido su figura como se merece?

“Entre los profesionales siempre hemos sabido que Elías Serra fue el padre de la criatura. Cuando vine a Tenerife en los años 70 procuré, modestamente, continuar su obra, a documentarme y comenzar un trabajo de la Historia de Canarias de fines del XV a inicios del XVI que luego continuó Eduardo Aznar, el actual catedrático que sabe de esto mucho más que yo. Para los profesionales y conocedores de la Historia Elías Serra es una figura señera. Escuché hablar muy bien de él a otros maestros en Madrid, especialmente a Antonio Rumeu. Ignoro su repercusión fuera del ámbito profesional pero creo que tuvo cierto eco en las islas porque publicó mucho en la prensa local”.

- Usted impartió clases en la Universidad de La Laguna de 1970 a 1974, ¿qué recuerda de aquellos años?

“Después de obtener la oposición de grado y convertirme en catedrático me vine a La Laguna en el momento en que la incipiente entonces facultad de Historia se trasladó del viejo edificio, que entonces no era viejo, a la facultad nueva de aquel momento. De modo que asistí y en cierto modo participé en la formación de la nueva facultad de Historia. Fui secretario y vicedecano y organizamos muchos aspectos de la vida universitaria que entonces eran nuevos. Para mi fue la primera gran experiencia profesional como catedrático de Universidad; unos años inolvidables porque vine a las islas recién casado y con hijos pequeños por lo que Tenerife, aunque parezca un poco cursi pero es que es la pura verdad, para mi siempre ha sido un lugar de recuerdo predilecto. Tanto, que no me he despegado de aquí y he procurado venir muchas veces”.

- Imagino que por aquel entonces venir a Canarias tenía que ser toda una odisea…

“La primera vez que vine a Canarias fue en un Douglas DC-6, y de isla a isla, se volaba en los DC- 3 de finales de la II Guerra Mundial, luego vinieron los reactores. Volar era entonces igual o mejor que ahora pero con menos gente. Se habrá ganado en tecnología y calidad del vuelo pero los de antes eran más cómodos y, encima, duraban menos, dos horas y 25 minutos y no dos horas y 50 minutos como ahora. No había dificultades de comunicación pero esos medios de transporte los utilizaba menos gente. Elías Serra llegó a Tenerife por mar, en barco, y la isla estaba unida en aquellos años por radiotelégrafo porque entonces no había televisión. Recuerdo que el empalme de televisión con la península lo presencié en 1972, aquello sí que eran tiempos”.

- ¿Qué investigó durante su estancia en Tenerife?

“Una de mis primeras publicaciones, de 1966, trata sobre las cuentas de la conquista de Gran Canaria que publicó el Anuario de Estudios Atlánticos que dirigía Antonio Rumeu. Aquí hice trabajitos de historia económica de Canarias de principio del siglo XVI y otros sobre el señorío de Canarias en el XV y las familias de la pequeña nobleza sevillana que fueron señores de las islas como la de Las Casas o los Peraza, así que algo hice y sobre todo me puse a preparar un proyecto grande de investigación sobre la nueva organización de Canarias a raíz de la conquista pero quien lo llevó a cabo fue Eduardo Aznar, que se vino a Sevilla conmigo para terminar allí su tesis doctoral”.

- ¿Qué visión tiene usted del proceso de colonización de Canarias?

“Hubo una comunicación continua. Canarias no era un sitio aislado ni especialmente lejano. El caso es que la sociedad canaria que yo he conocido, la tinerfeña fundamentalmente, era una forma de sociedad española con sus peculiaridades. Aquí somos todos de un denominador común, lo hispánico, y en cada parte de España se encuentra uno con singularidades muy atractivas. Yo soy de Castilla la Vieja pero me ha enriquecido mucho vivir en distintas partes de mi país y no solo en una”.

- Dice Castilla la Vieja y no Castilla León, ¿por alguna razón?

“No, simplemente porque entonces no existían las autonomías. En la cuenca del Duero, la parte leonesa y castellana no se nota ninguna diferencia en una con respecto a la otra”.

– ¿Qué le llevó a estudiar Historia y a especializarse en la Edad Media?

“El atractivo es que dentro de la historia general, o te dedicabas a historia antigua o a historia de la civilización europea, y es una civilización que arranca en la Edad Media y la Edad Media son más de mil años. Ahí están las raíces y el fundamento de la cultura y la historia europea hasta nuestros días. Tuve una formación en Valladolid mixta como medievalista y como modernista pero, todo hay que decirlo, los profesores de Medieval en aquel momento eran mejores. Al mismo tiempo trabajaba en el archivo de Simancas, a diez kilómetros de Valladolid y es el archivo histórico general de la Corona española, sobre todo de los Austria y de los Borbones, y como archivero lo que hice sobre todo es historia moderna. Mi tesis doctoral sobra la conquista y repoblación de Granada a finales del XV y XVI tiene un pie en la Edad Media y otro en la Edad Moderna. Siempre he sido más medievalista cronológicamente, siglos XII, XIII, XIV y XV pero muy volcado y una perspectiva a la Edad Moderna y a la historia americana también”.

– ¿Qué significó la conquista para Canarias?

“Fue una revolución ya que Canarias pasó de una situación cultural prehistórica a incorporarse de golpe a la Europa del Renacimiento. Aquí vinieron castellanos pero también genoveses, portugueses, flamencos, italianos… En fin, esto fue un poco un sitio que se vinculó rápidamente con los centros mercantiles europeos y recibió su influencia. Las estructuras de fondo cambian poco porque la mayoría van a durar hasta el siglo XVIII pero las formas culturales varían rápidamente, se pasa por ejemplo de la escolástica al humanismo. Se produce además grandes cambios geográficos que traen consigo un mejor conocimiento de la Tierra y el contacto con otras culturas pero pervivió en general una base que alcanza continuidad hasta el final del Antiguo Régimen”.

- Cambiando de registro, ¿fue realmente importante la presencia musulmana en la España de aquel entonces?

“Fue importante en el sentido de que se quedaron muchos aspectos de tipo técnico, de organización administrativa pero también hubo una trasmisión cultural, como por ejemplo las traducciones que se hicieron del árabe al latín pero eso benefició más a otras partes de Europa que a la misma España cristiana. Hubo, además, un cierto nivel de convivencia entre gentes de ambas culturas pero se trataban de dos culturas distintas. La nuestra no es de origen musulmán sino de raíz y cuño europeo. Hay que decirlo, no hubo una cultura mixta porque árabes y cristianos no podían mezclarse así que no hubo matrimonios mixtos. En mi opinión hay que valorar evidentemente la herencia musulmana, islámica pero en su justa medida”.

- ¿Todavía hay muchas cosas que averiguar sobre la Edad Media?

“La Historia es una actividad que aumenta sus conocimientos aplicando nuevos métodos. Incluso a veces en las mismas fuentes documentales o arqueológicas así que la renovación de conocimiento es continua. Por otro, van cambiando las perspectivas de los historiadores y si por ejemplo hace cien años lo que interesaba era la Historia política y militar que, por cierto, vuelve a interesar, más tarde se produjo una primacía de aspectos que se ignoraban como de Historia económica, social, cultural en el sentido antropológico del término, de modo que la Historia siempre será una ciencia en continua renovación porque siempre habrán fuentes nuevas que descubrir o interpretar o que cambiarán las perspectivas con las que nos hacemos las preguntas”.

- Antes comentaba que la visión de Elías Serra Ràfols fue panorámica con respecto a la Historia. ¿Cómo es su visión?

“Envidio a la generación de Elías Serra porque si bien se sabía menos entonces, la formación que recibían era mucho más generalista. Cuando comencé a estudiar la carrera estaba más enfocada a las especialidades, en mi caso la Edad Media que abarca toda Europa, el mundo islámico, Grecia, Bizancio durante más de mil años.
Lo que hay que procurar es mantener esa especialización pero seguir leyendo al mismo tiempo Historia moderna, contemporánea,

Historia de otras culturas como India, China, América. Modestamente, creo que sigo teniendo una formación generalista como historiador especializado en la Edad Media. Lo que noto ahora es que cada vez hay menos historiadores en las universidades a los que se les puede preguntar a bote pronto cualquier cosa de Historia y esperar a que sepan decirte algo, aunque sea una tontería. No me vale que me respondan que eso no es de su especialidad porque antes de ser especialista yo quiero ser historiador en la medida de mis posibilidades”.

ISABEL Y FERNANDO

Para el profesor Miguel Ángel Ladero la importancia de Fernando e Isabel, los Reyes Católicos, es fundamental en la construcción de España si bien admite que hubo “mitos” en torno a su figura aunque la realidad de fondo “sí que fue trascendental. Un umbral entre la Baja Edad Media y la Edad Moderna”.

Para el historiador, los Reyes Católicos supieron conservar toda la organización institucional que se había formado en los siglos XIV y XV y darle un dinamismo que no tenía. “Fomentaron la autoridad monárquica y las perspectivas de política exterior y común. A ello hay que sumar el descubrimiento de América”.

Según Miguel Ángel Ladero, Isabel y Fernando “tuvieron una visión bastante clara de lo que querían hacer, como repensar lo que habían heredado construyendo un edificio político conjunto –la Heredad– respetando la identidad política de cada reino que unió sobre todo Fernando ya en su viudez”. Al mismo tiempo, le dio un sentido de conjunto dentro de Europa y el mundo,, por lo que en el exterior “se le llamó siempre reinos de España”.

La conclusión del historiador es que el reinado de Fernando e Isabel fue muy trascendente por su herencia política. Dejó organizado un sistema de poder y de relaciones sociales que duró siglos y que es el fundamento de lo que vino después”.

NUEVOS LIBROS

El profesor Miguel Ángel Ladero se jubiló en 2013 pero no ha dejado de trabajar desde entonces. “Ahora me dedico a escribir y publico libros de investigación y de síntesis usando mis notas de cuando era profesor de Historia Social y Económica de la Baja Edad Media a las que sumo lo que he leído en los últimos años sobre cultura europea”.

De momento, el historiador ha publicado media docena de libros de distinto tipo y seguirá haciendo lo mismo hasta que “el cuerpo aguante”.

LAS OBRAS CANARIA DE ELÍAS SERRA RÀFOLS

El Instituto de Estudios Canarios acogió a finales del año pasado diciembre la presentación de Las Obras Canarias de Elías Serra Ràfols. La edición, elaborada con el patrocinio de la Dirección General de Patrimonio Cultural de Gobierno de Canarias, reúne en cinco volúmenes los trabajos del catedrático de Historia Medieval de la Universidad de La Laguna durante casi cinco décadas y director en varias ocasiones del Instituto de Estudios Canarios.

Reconocido como padre de la nueva y moderna historiografía canaria Elías Serra
Ràfols (Mahón, Menorca, 1898-La Laguna, 1972) es un nombre imprescindible en la historia del Instituto de Estudios Canarios ya que fue director de la institución en varias etapas. En estos volúmenes se recogen las obras centradas en Canarias en las que Elías Serra Ráfols incluyó las más modernas técnicas de documentación existentes hasta el momento.

Muy comprometido con la realidad de su tiempo, sus obras principales se centran en la época de la colonización de las Islas con la inclusión de fuentes documentales como por ejemplo las datas y las primeras publicaciones de los acuerdos del Cabildo, entre otros. Asimismo, jugó un importante papel en la creación de una escuela que apostaba por la publicación de documentos históricos que, años después, seguiría la historiadora Manuela Marrero.

Las Obras canarias de Elías Serra Ràfols recogen casi 300 contribuciones en revistas especializadas así como en prensa, organizadas en cinco volúmenes. Este proyecto supone la recopilación de la obra magna de una de las figuras fundamentales en el estudio de la Historia de Canarias por su gran contribución en la creación y conservación de un corpus documental para la historia de las islas.

En la Universidad de La Laguna desempeñó el puesto de vicerrector entre 1935 y 1936, dirigió la Revista de Historia de Canarias y con su hermano inició el estudio de la presencia normanda en Lanzarote.

FIRMA FOTOS: Aarón S. Ramos

Saludos, muy agradecido, desde este lado del ordenador

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