Las estribaciones occidentales de Cydonia, un libro de cuentos de Sergio Barreto

Conocido más como poeta que como narrador, Sergio Barreto consigue hacerse con el premio Benito Pérez Armas con Vs., una novela que rompió la dinámica tradicional de galardonados de un certamen que no termina de cuajar entre los lectores pese a que se trate de uno de los más antiguos y atractivos económicamente de cuantos se celebran en Canarias.

Vs. fue otra cosa. Se trataba de una novela que rompía la dinámica de otros títulos premiados por su propuesta narrativa y su carácter feroz, una literatura inventiva que pegaba duro al estómago del lector.

La novela se llegó a comparar, salvando las naturales distancias, con La carretera, de Cormac McCarthy, por su tono apocalíptico y por plantearse como una road novel en una geografía sin localizar, mapa de un territorio que nacía de la imaginación de Sergio Barreto quien superaba el más difícil todavía porque ese universo desértico, vagamente inspirado por lecturas varias, configuraba un texto insólito, fresco, con la ira necesaria para entender y asumir tan inhóspito paisaje de la mano de unos personajes que caminaban al filo de la navaja.

Algo de todo esto se respira en los relatos que reúne en Las estribaciones occidentales de Cydonia (Franz Miniediciones, 2020), un volumen en el que el escritor y poeta continúa indagando en territorios imaginados como escenarios en el que desarrollar una literatura personal y con señas de autoría.

Con este libro de cuentos Sergio Barreto pone de manifiesto que se mueve muy bien en la narrativa. Una narrativa original y kafkiana en ocasiones, cruda también cuando así lo demanda la historia aunque la historia sea lo de menos en los relatos y sí la capacidad para recrear atmósferas e inquietud en escenarios que parecen sacados de una oscura pesadilla.

El volumen comienza con La pata superior izquierda del reptil, un cuento que descoloca porque no emite juicio moral sobre lo que expone. Narrado en primera persona, asistimos desde dentro de la cabeza de su protagonista a una acción punitiva que sucede pero no explica sus motivos. Que cada cuál saque sus conclusiones.

Los otros cuentos del libro basculan sobre cuestiones parecidas, exponen situaciones límite en un escenario que medio conoces aunque no se termine de reconocer. Es cómo si el paisaje se reflejara en la superficie de un espejo cóncavo o convexo, según las historias y en los que si algo permanece –y une con un delgado hilo invisible– es el desconcierto que producen con independencia de que algunos estén mejor y otros peor acabados.

Estamos ante un libro de cuentos que transita por una geografía extraña que a veces se reconoce. O crees reconocer. Es como si el escritor quisiera dejar alguna rendija sin cerrar y por la que se avista una capital de provincias con semejanzas a un Santa Cruz de Tenerife que no existe salvo en su imaginación y ahora en la de los lectores.

Otro, a mi juicio, de los atractivos de estas piezas aparenteme desordenadas que reúne Las estribaciones occidentales de Cydonia es que todos los relatos forman parte de una tierra que invita a recrearlos con imaginación. Un ejercicio en el cual el escritor apenas ofrece elementos que orienten al visitante en cómo son las calles y plazas y sobre todo el parque de esa ciudad que existe pero que es otra. Lo fantástico juega así un papel fundamental en esta constelación de historias que sin estar lo suficientemente ancladas no dejan de resultar una lectura agradable siempre y cuando uno se meta voluntariamente en lo que cuenta (o no cuenta) Sergio Barreto.

Los cuentos lo que hacen es recrear atmósferas en la que se mueven una serie de personajes que parecen salidos de alguna remota pesadilla del autor… Por lo que si se acepta el contrato, no decepcionarán pese a que algunos no terminen de cumplir las expectativas.

El volumen incluye además de La pata superior izquierda del reptil, el mejor a nuestro juicio de los siete que reúne el libro; Las estribaciones occidentales de Cydonia, La ruta de las montañas, El próximo personaje, Según Ilianna, Ni se te ocurra pensar en Vicky y El diván asiático. En orden de preferencia, destacaría también Ni se te ocurra pensar en Vicky y La ruta de las montañas que es uno de los más extensos aunque el conjunto no deja de resultar redondo.

Los cuentos están narrados en primera y tercera persona y presentan una galería de personajes que arrastran algo. Y ese lastre, del que cuesta desprenderse pese a que no se resuelva, marca la dinámica de cada uno de los relatos de un volumen que recupera el oficio de narrar de un escritor y poeta que, de momento, prefiere evitar la realidad que lo rodea. Las estribaciones occidentales de Cydonia revela desde varias perspectivas las tensiones de Sergio Barreto, un narrador que sueña otras realidades en estos tiempos de pesadilla colectiva que vivimos.

Saludos, aún en el agua, desde este lado del ordenador

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