Orgullo ancestral, una novela de Andrés Martín Peinado

“El lugar y puerto de Santa Cruz de Añazo tenía una población mayoritariamente pastoril y agrícola, aunque también luchaban por salir adelante pescadores, jornaleros y mareantes, entre otros colectivos. Sus humildes moradas eran de tierra amasada o de obra de carpintería por la escasez de materiales. Me extrañó ver muchas casas tapiadas o abandonadas. Alguien me dijo que sus dueños habían decidido probar suerte en las nuevas tierras descubiertas de allende los mares por las dificultades con que tropezaban los que quería vivir aquí”.

(Orgullo ancestral, Andrés Martín Peinado, Ague/Idea, 2021)

Que tenga noticia coinciden este años en librerías dos novelas que cuentan historias diferentes pero que se desarrollan en unos tiempos en los que nació y posteriormente comenzó a instarse la sociedad canaria que hemos heredado los habitantes de estas islas descarriadas y tan abandonadas de la mano de los dioses.

Llevadme a ver el mar y Orgullo ancestral, de Jorge Fonte y Andrés Martín Peinado, respectivamente, se desarrollan en este marco temporal, aunque la primera se ambienta en 1651 y está inspirada en hechos reales y la segunda en 1522, con los ecos de la conquista de Castilla sobre la última isla del archipiélago, Tenerife, aún reciente. Demasiado reciente.

Se tratan de dos novelas diferentes en sus ambiciones y propuestas literarias pero tienen algo en común cómo es la de intentar retratar un momento fundamental en la transformación de Canarias, cómo fue la mezcla de los primeros habitantes de las islas con los peninsulares que conquistaron Tenerife a finales del siglo XV.

Andrés Martín Peinado es autor de otra novela, Achineche, preocupada ésta por retratar un universo, el guanche, en colisión con otro más poderoso y desarrollo, el que representa Castilla. No he tenido oportunidad de leerla pero tras la experiencia de Orgullo ancestral se me ha despertado el interés por conocerla porque he descubierto en Andrés Martín Peinado un escritor que se mueve muy bien en el siempre peligroso territorio de la novela histórica, y que sabe mezclar ficción y realidad sin que se aprecien apenas las costuras.

Orgullo ancestral es una entretenida novela de aventuras que solo persigue, esa es la sensación, la evasión del lector. El escritor logra también y en dos o tres pinceladas, que el fondo histórico en el que tiene lugar la odisea resulte creíble y que sus personajes, sencillos y por eso muy eficaces, se conviertan en compañeros de un viaje que, como todo viaje que se precie, cambiará a los protagonistas de la novela.

Otro elemento atractivo de la historia es que está narrada en primera persona por la protagonista, María de la Torre y Acentejo, hija de un capitán castellano y una guanche, quien emprenderá un viaje al Nuevo Mundo tras las huellas de su progenitor aunque el navío que la lleva a América será asaltado por piratas cerca de las costas de Canarias. La acción a partir de ese momento se traslada a La Laguna, ciudad en la que también discurre la novela de Jorge Fonte, acrecentando si cabe el interés de un libro que conjuga rigor histórico con el literario.

Al margen, sin embargo, de su calidad como producto de entretenimiento, uno de los rasgos más destacables a nuestro juicio de la novela es el retrato que Andrés Martín Peinado hace de una sociedad canaria que en ese momento se encuentra en pleno estado de ebullición. Incluidas las intrigas cortesanas que se han traído de la penínsulas los conquistadores que ahora moran en La Laguna. Resulta igual de atractivo observar el otro lado, aquel en el que viven los guanches como pueblo derrotado y que comienza a fundirse con los invasores que también empiezan a dejar de serlo.

La protagonista de la novela María de la Torre y Acentejo es, de hecho, resultado de esa mezcla entre vencedores y vencidos al ser hija de un bravo y rebelde capitán castellano con una guanche. Un origen a lo Tirma, también a lo Pocahontas aunque María de la Torre y Acentejo es el resultado de esa unión, una joven que empieza a conciliar los dos mundos cuya sangre corre por sus venas.

Escrita con agilidad, apoyándose mucho en los diálogos y descripciones escritas a brochazos, alguno de ellos muy líricos, en Orgullo ancestral late simpatías nada disimuladas hacia un pueblo, como fue el guanche, que tras su fusión con el castellano terminó por olvidar la mayoría de sus costumbres adoptando modos y comportamientos europeos.

Durante la novela, la protagonistas irá conociendo a una serie de personas a cada cual más varipinto, iniciando la aventura en la ciudad de Sevilla, donde María de la Torre cogerá navío para que la lleve a las Américas. Tras frustrarse la operación y quedarse en Canarias, su tierra, la protagonista inicia una nueva aventura que la llevará a conocer el amor.

El libro mantiene el ritmo, pese a su número de páginas, un poco más de 350, y reúne tanto escenas con calado emocional como de cierta agudeza psicológica. Eso sin perder la voluntad de entretener al lector sin caer en chirriantes discursos. El escritor procura mantener en todo momento la mesura y así lo expresa al decantarse más por el tono aventurero que por el sentimental, aunque tampoco renuncie a este último solo que lo atenúa.

En conclusión, Orgullo ancestral es otra de esas novelas (en mi opinión tan necesarias) que se desarrollan en un momento transcendental de la historia de Canarias como fue la fusión lenta pero constante de sus antiguos pobladores con los que procedían de la lejana Europa ya que de ahí, como la protagonista, proceden los canarios. Una sociedad que nace de la mezcla de sangre y que asume comportamientos tan contradictorios como vivir de espaldas al mar que rodea su territorio.

Saludos, en un lugar de la isla, desde este lado del ordenador

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