Ayer fue miércoles toda la mañana

En unos tiempos tan extraños como los que nos han tocado vivir, el Puerto de la Cruz, en Tenerife, es una ciudad donde me siento como en casa. No sé si será porque por mis venas corre algo de sangre de esta tierra (mi abuela Rosa nació y vivió una buena parte de su vida en La Ranilla) o porque por sus calles y plazas respiro un deseo de vive y deja vivir que no encuentro en otra parte de la isla. Y esto es solo la punta del iceberg de las emociones encontradas que me asaltan cuando estoy en la primera ciudad turística de Canarias, una ciudad que desde que tengo memoria he considerado abierta, dispuesta a recibir al visitante con una sonrisa porque el mar, y el Puerto en contra de Santa Cruz sí que vive frente al mar, hace estas cosas, que observemos nuestro entorno con la cabeza despejada y sin ideas ni fantasmas siniestros.

Viene todo esto a colación porque este miércoles, el Puerto de la Cruz amaneció con una repugnante sorpresa. Un, o unos, vándalos (no tienen otro nombre), rajaron por el cuello las fotografías que forman parte de la exposición Las Raíces, situada en la plaza de la Iglesia de la Peña de Francia) y obra de las fotógrafas y artistas Luz Sosa Contreras y Paula Fernández Hernández, en las que recogen en poderosos primeros planos imágenes de algunos de los migrantes que estuvieron en el campamento provisional de Las Raíces en el municipio de La Laguna.

La colección de fotografías propone una reflexión sobre los fenómenos migratorios y los derechos de estas personas a viajar a otros países para buscar un futuro con más y mejores oportunidades pero hay personas (hay que llamarlas de alguna manera) que esa idea no les entra en la cabeza y quisieron manifestarlo no con un debate cara a cara sino escondidos, amparados en la noche, que es la forma en la que actúan los cobardes. Y quien/es actuaron así, manteniendo celosamente su anonimato, son eso cobardes. O cobarde.

Este acto, que ensombreció el delicioso mestizaje entre cultura y ciencia que se concentra en el Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras, Perilo, en todas sus ediciones, y ya van nueve, no logró sin embargo que el rechazo ante este acto de mutilación atenuara el impacto que las distintas secciones de este encuentro ofrece a invitados y público asistente. En todo caso, reforzó el carácter progresista de quienes asisten a estas jornadas, el franco interés por conocer nuevas experiencias, la posibilidad del viaje como vehículo transformador para convertirnos en mejores personas.

Nada más conocerse la bochornosa noticia de que habían mutilado las fotografías de Las Raíces, el Ayuntamiento de Puerto de la Cruz redactó un comunicado que subimos la noche de ayer a este su blog, y reunió a vecinos de la ciudad en la plaza de la Iglesia de la Peña de Francia para condenar esta “ejecución simbólica” con el fin, entiendo, de enviar un mensaje al agresor o agresores de estas obras de arte: No podrán con nosotros. El Puerto de la Cruz seguirá siendo la ciudad culta y abierta que ha sido a lo largo de su Historia. No tenemos miedo porque los que tienen la razón somos indestructible.

Si la intención del autor/res de este hecho era la de generar terror, el tiro le/les salió por la culata porque si algo viví y respiré ayer, miércoles, en las distintas actividades a las que asistí al Festival fue la de “sigamos adelante”, “no nos moverán”. “La cultura nos hace más fuertes”.

Es decir, que una vez más la ciudad da una lección a los que cultivan el terror, a los cobardes que ensucian las paredes con consignas repugnantes o cortan el cuello simbólicamente a las imágenes de una exposición que tiende manos. Y esta capacidad de resistencia, de todos a una es, si me apuran, una de las señas de identidad más singulares del Puerto de la Cruz.

Afortunadamente, actos tan condenables como el que sucedió ayer no han podido detener el curso de un Festival que como todos los años va en sentido ascendente. El programa de hoy, además de ofrecer la oportunidad de ver las exposiciones Las Raíces, con sus imágenes repletas de notas de apoyo, permite observar también la muestra Cambiando la mirada y La tierra que suena, que pueden visitarse en la plaza de la Iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia, el Castillo de San Felipe y el Museo Arqueológico de Puerto de la Cruz, respectivamente.

En la sección Periplo Formación, destinada a los escolares de la comarca, intervendrá el explorador Diego Cortijo, quien compartirá sus experiencias en torno al viaje en dos sesiones a las 10 y a las 12 horas.

Por la tarde, a partir de las 18, se presenta el libro Sherpas. La otra historia del Himalaya, de Xiana Siccardi y Lakpa Nuru Sherpa con quien charlará la periodista Raquel Toste y a las 19.15 con Diego Cortijo, con quien hablará Leo Santisteban.

La jornada culmina a las 20,30 horas con Patricia Almarcegui, escritora y profesora, que presenta en Periplo 2021 su obra Pensar y escribir hoy el viaje. Cuadernos perdidos de Japón, a la que entrevistará Pilar Rubio Remiro.

Periplo 2021 continuará a las 21,45 horas con la puesta en escena de Arizona, a cargo de Delirium Teatro, en la Sala Teatro Timanfaya. El texto, firmado por el dramaturgo Juan Carlos Rubio, reflexiona sobre las fronteras, la inmigración y la estupidez humana. Las invitaciones para esta función están agotadas.

Y eso es todo… por hoy. Porque las actividades del Festival continúan hasta el domingo 24 de octubre contra viento y marea, contra cobardes que solo confían en el anonimato para hacer de las suyas. No saben, los incautos que con esta ciudad y con este Festival no hay agresiones que valgan. Que la cultura, por encima de todo, es un arma de pasado, presente y sobre todo futuro.

Así que gracias, Periplo, estas lecciones son las que me hace reconciliar con esa bestia, a veces tan salvaje, que es el ser humano.

Saludos, ayer fue miércoles toda la mañana, desde este lado del ordenador

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