David Suárez: “El ser humano necesita del mito”

David Suárez Dorta (Tenerife, 1971) se ha convertido en uno de los escritores de referencia en España para aproximar “lo oculto”, “lo extraño”, a los interesados en estos temas como a lo que dudamos seriamente de su existencia. No es la intención del escritor la de convencer a posibles audiencias sino la de investigar con rigor y triturar después para la mayoría relatos que, como los que recoge en Misterios y mitos del pasado, exploran las claves que nos dan “una visión esotérica del origen del cosmos, la vida y el ser humano”.

El escritor dirige en la actualidad la revista Cultura Masónica y presenta y dirige el programa de podcast Biblioteca Oculta. Es autor de varios libros, entre otros, de Rosacruces, historia y personajes.

- El salto es grande. Tras Rosacruces, historia y personajes (Almuzara, 2019) escribe Misterios y mitos del pasado, editado por Delfos. Una historia esotérica del origen del cosmos, la vida y el ser humano… Muy ambicioso parece. Brevemente, ¿en qué consiste esa historia esotérica del origen del cosmos, la vida y el ser humano?

 “He tratado de recoger distintas tradiciones mitológicas sobre el pasado del ser humano, aquellas que pretendían explicar cómo surgió el universo, la vida y nuestra especie. En especial, algunas tradiciones que se empezaron a recopilar y publicar a finales del siglo XIX y principios del XX, en las que se intentaba combinar, por un lado, los mitos de Oriente con los de Occidente; y por otro, esos mismos mitos con el naciente conocimiento científico que en ese momento empezaba a despuntar como única alternativa”.

 - ¿Cuánto nos ha llegado de esas interpretaciones y cuáles se quedaron en el camino?

 “Es difícil saberlo, muchos cuerpos mitológicos se perdieron cuando desaparecieron las culturas y civilizaciones en las que nacieron. Además, en el devenir de la historia de los pueblos casi siempre se toman mitos y mitologías de otros anteriores, pero lo difícil es llegar hasta los más antiguos. Solo podemos acceder a aquellos que empezaron a ser redactados -hace unos pocos miles de años-, así como los de transmisión oral que han llegado hasta nosotros. Del resto, nada sabemos”. 

- ¿De dónde proceden los mitos? 

“Depende de la perspectiva desde donde queramos analizarlos. Para la mayoría de investigadores, surgen de la necesidad de entender la realidad cuando aún no teníamos el conocimiento científico, y también como una forma de transmitir una serie de valores, una moralidad, para que las masas se mantuvieran en el redil de lo que se consideraba correcto. Pero para algunos pocos, como Carl G. Jung, los mitos surgen de algún sustrato profundo de la mente humana, como una forma de conocer cuál es la mejor manera de encarar la realidad, con sus problemas y conflictos. De ahí que hoy se continúe recurriendo a muchos mitos antiguos como forma de comprender lo que nos sucede; ya sea en el ámbito del individuo, como en el de la sociedad”. 

- ¿Para qué sirven? 

“Pues en relación a eso mismo, como brújula para comprender cómo salir de los problemas personales. Por ejemplo, si observamos los mitos de la Grecia antigua muchos de sus conflictos son los mismos que tenemos hoy: como el duelo-pérdida, el amor-desamor, la búsqueda de la verdad… Según otras interpretaciones más recientes, los mitos, que no son sino creencias compartidas por un grupo de personas, sirven para unirlas en propósitos definidos y concretos. Solo así podemos comprender los grandes logros del pasado. Conforme los pueblos crecían, los mitos había que ampliarlos o cambiarlos para abarcar a grupos de personas cada vez mayores. Otra visión sobre los mitos, es que de alguna manera relatan el pasado más remoto del ser humano, aunque de una forma simbólica y alegórica. Por ello habría que descifrarlos. Eso es lo que intentamos en el libro, exponer lo que para algunos expertos en temas esotéricos vendrían a significar los mitos de la antigüedad”. 

- ¿Son un mito los continentes perdidos? ¿La Atlántida? 

“Personalmente no creo que existiera una Atlántida tal como la relata Platón. Pero sí parece plausible que existieran muchos pueblos costeros que desaparecieron por cambios climáticos, subida del nivel del mar, guerras u otras causas, y que de alguna manera quedara el recuerdo de tales catástrofes entre los supervivientes, lo cual sería la causa de que, en prácticamente todos los textos religiosos, se hable de algo parecido al hundimiento de la Atlántida, un gran diluvio o inundación. Además, en las mitologías más trabajadas y complejas, como las de la lejana India, se habla de otros continentes anteriores, como un previo a la Atlántida. Ellos lo llaman de varias maneras, hasta nosotros ha llegado como Mu o Lemuria, y en el libro le dedico muchas páginas a este y otros pueblos míticos, como la nombrada Atlántida y otros incluso anteriores a Mu”. 

- En el libro hace un distingo entre conciencia y consciencia. 

“Es solo una cuestión semántica. La palabra conciencia (capacidad moral de darse cuenta del bien y del mal) incluye -según la Real Academia Española- lo referente a consciencia, más relacionada esta última con la capacidad de darse cuenta de lo que nos sucede, de los estados de conciencia, sobre todo de la metacognición o capacidad de darnos cuenta de nosotros mismos, de nuestros propios pensamientos y emociones. En ese sentido, desde esa óptica esotérica de ver la historia desde lo más remoto hasta nosotros, esta no sería sino un escenario para que la conciencia de cada individuo pueda evolucionar, y por ende la de toda la humanidad. Esta es una visión muy platónica, en el sentido de que el ser humano tiene una suerte de destino evolutivo, una hoja de ruta en cuanto a ese viaje del desarrollo de la conciencia”. 

- ¿Cuánto tienen de mito las religiones? ¿Y las religiones de mitos? 

“Desde una perspectiva general, lo contenido en los textos sagrados de las religiones son mitos, cuerpos mitológicos. El problema es pensar o suponer que los mitos son mentiras o falsedades. Casi siempre, detrás de cada mito suele haber una verdad. Quizá muy en lo profundo, pero no por ello hay que mirarlos con superioridad o menosprecio. Otra cosa es tomar al pie de la letra tales historias, y no intentar comprender lo que querían decir, lo cual suele estar más allá de lo que dicen. Eso lleva al fanatismo y el fundamentalismo que solemos ver no solo por aferrarse a los mitos religiosos, sino también a los idearios políticos, filosóficos, etc”. 

- Mito o leyenda… ¿Son lo mismo o no lo son? 

“En general, estas palabras las usamos como sinónimos. Pero parece que no son lo mismo. La leyenda simplemente pretende mantener una tradición oral sobre algún acontecimiento del pasado -reciente o remoto-. En cambio, el mito intenta ir más allá, pues con lo que narra pretende explicar la realidad, el porqué de las cosas. Cuanto más atrás en el tiempo se ubique el mito, mayor suele ser la pretensión de lo que intenta explicar. Por ejemplo, todos los cuerpos mitólogos y textos religiosos tienen un Génesis, una narración con la que exponer cómo se creó todo, desde el universo, la vida y el ser humano. No consisten simplemente en un conjunto de leyendas que nos han llegado desde el pasado, sino que pretenden explicar lo que pasó, en base a una forma de entender la realidad, creando toda una cosmovisión”. 

- ¿Qué mitos le resultan más atractivos de cuántos recoge en el libro

“Aquellos mitos de la creación, en que al tiempo y al universo -y a la realidad misma-, se les da un sentido cíclico, no lineal. Esto es algo muy común a los textos orientales y en los esotéricos occidentales. En las religiones judeocristianas, el tiempo es lineal. Tiene un principio y tendrá un fin. En Oriente, en cambio, tras cada fin hay un nuevo comienzo. También me atraen mucho los detalles que se narran de esos antiguos continentes desaparecidos, de cómo sobrevivían unos pocos individuos, y estos luego daban origen a otros pueblos y culturas. Aunque, en general, los mitos de todos los pueblos me parecen muy interesantes”. 

- Dedica un capítulo a reflexionar sobre espíritus raciales y nacionalismos…

 “Sí, desde esa visión esotérica, cada pueblo, nación, pueblo… Tendría un espíritu asociado. Es algo parecido a lo que algunos filósofos alemanes llamaban el espíritu o el alma del pueblo. Bajo esta idea, se supone que tal entidad guía a cada pueblo en su devenir. Por ejemplo, para los cabalistas -la parte esotérica de la religión judía- cada pueblo tiene un arcángel encargado de su evolución. Tal ser se encargaría de que cada uno tenga una identidad, forma de entender la realidad, un desarrollo… Siempre enfocado en esa idea de lo que comentamos del desarrollo de la conciencia de los individuos que componen cada pueblo. Por otro lado, desde estas filosofías esotéricas, los nacionalismos serían un obstáculo para la evolución de los pueblos y los individuos, pues frenarían tal avance al afianzarse en posturas caducas, que tuvieron su sentido en el pasado, pero no en la actualidad. Expongo todo esto en el libro, ya que para los partidarios de lo esotérico, son temas fundamentales”. 

- Se habla de Historia oculta… Pero ¿existe de verdad una Historia oculta?

“La idea, por un lado, es que el pasado más remoto de la humanidad nos es desconocido, lo cual es cierto. Otra cosa es suponer por ello que existieron grandes y poderosas civilizaciones en la antigüedad más remota. Por otro lado, con Historia oculta, se pretende explicar que las causas de lo que sucede tendrían un origen profundo en pulsiones causadas desde lo espiritual, de carácter metafísico. Estas dos visiones son las que desde lo esotérico se plantea. Pero con ese término -el de Historia oculta-, se puede caer en el error, desde mi opinión, de suponer que todo lo que sucede es fruto de una conspiración y un complot tramado en las sombras, por algún gobierno oculto o por extraños y maléficos poderes en la oscuridad. Desde luego, esto último no es el objetivo de este libro”. 

- Algunos dicen que con esta obra rompe con algunas de las teorías oficiales sobre nuestro pasado. 

“En esta obra recojo lo que para los esotéricos son las pruebas de ese pasado desconocido. Hallazgos arqueológicos que no encajan muy bien en el panorama oficial de la historia. En especial, hay uno al que le dedico un capítulo entero, Gobekli Tepe, considerado el emplazamiento religioso más antiguo del mundo. Construido en torno al 9.000-10.000 antes de Cristo en lo que hoy es Turquía, cuando se supone que el ser humano era caza-recolector, y solo milenios después se estableció como agricultor y pastor, y pasados otros pocos milenios empezó a levantar complejos como este. Por mi parte, no creo que los arqueólogos mientan u oculten pruebas sobre antiguas civilizaciones, tal como a veces se afirma. El ejemplo está precisamente en emplazamientos como el de Goblekli Tepe y otros similares, que no han sido ocultados. La arqueología readapta sus conclusiones cada vez que es necesario, y en ese sentido cada cierto tiempo se atrasa el momento de paso de caza-recolectores al mundo agrícola, según los hallazgos lo indican” 

- Menciona a los arimánicos ¿Qué son los arimánicos? 

“Según el filósofo y esoterista austriaco Rudolf Steiner, serían unos seres malignos, de carácter espiritual, que empezaron a influenciar negativamente al ser humano desde el comienzo del siglo XX. Él identificó a Hitler con tales entidades, como un individuo influenciado por tales fuerzas negativas, las cuales estarían enfocadas a llevar al ser humano al conflicto, y en última instancia hacia su autodestrucción. Tal como yo lo entiendo, la idea sería vivir lo más consciente posible, para no caer bajo la influencia de tales fuerzas. No sé si existen dicho seres, pero lo que sí sé es que en la actualidad la humanidad no puede permitirse el lujo de provocar conflictos tan a la ligera. La tecnología al servicio de la guerra es capaz de producir grandes daños a un golpe de clic, y perder la conciencia de que muere mucha gente, sobre todo inocentes, solo por el capricho de unos pocos dirigentes, podría llevarnos a la autodestrucción. Eso es algo que tristemente ahora estamos viviendo”.

 - ¿Qué fuentes consultó? 

“Muchas, sobre todo los escritos de la Sociedad Teosófica, los del ya nombrado Rudolf Steiner, los del rosacruz Max Heindel, así como textos y cuerpos mitológicos de Oriente y Occidente”. 

- ¿Hubo algún capítulo especialmente difícil de escribir? Si fue así, ¿por qué? 

“A pesar del tiempo que me llevó, para mí fue muy placentero, desde la recogida de información al trabajo de investigación, y luego la redacción. Quizá lo más completo fue entender los complicados ciclos en que dividían el pasado estas filosofías esotéricas, sobre todo la idea de ciclos dentro de otros ciclos. En especial lo relacionado con las llamadas eras astrológicas, periodos de miles de años en los que se suponía que la humanidad estaba regida por un signo del zodiaco; es algo que viene del mundo mesopotámico y que, curiosamente, ha llegado hasta nosotros. También el compilar las ideas que sobre nuestro futuro tienen estas corrientes esotéricas” 

- Cita a cuatro grandes escritores en el libro: C.S. Lewis, J.R.R. Tolkien, H.P. Lovecraft y Robert E. Howard. 

“Sí, les dedico un capítulo, ya que representan algunos ejemplos de la creación de mitologías modernas. Cada uno a su manera, han creado mitos y complejas visiones del pasado y la realidad. Sus seguidores no se preocupan por si son verdad o mentira; las leen, las viven, incluso las incorporan a su forma de vida. En este sentido, como afirman mitólogos como J. Cambell, Henrry Corbin, el ya nombrado C. Jung y otros, el ser humano necesita del mito. Estos cambian sus formas, pero en esencia vienen a narrarnos lo mismo que en el pasado más remoto, y de eso trato en el libro”

PRESENTACIONES Y FIRMAS

David Suárez Dorta se encuentra en plena campaña de promoción. En abril estará firmando libros en varias librerías de Tenerife. El miércoles día 20 en Lemus, La Laguna; el jueves 21 en Unicornio, Santa Cruz; el viernes 22 en Islátika, también en Santa Cruz, y el sábado 23, día del libro, en El Águila, en la Laguna. En abril, hará una presentación del libro el viernes 29 en el Centro Ciudadano El Tranvía, en La Cuesta, a las 19:30 horas.

Saludos, día, desde este lado del ordenador

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