Mateo García Elizondo: “Los lectores dicen que mi novela es como un ‘Trainspotting’ en Comala”

«Vine a Zapotal para morirme de una buena vez. En cuanto puse un pie en el pueblo me deshice de lo que traía en los bolsillos, de las llaves de la casa que dejé abandonada en la ciudad, y de todo el plástico, todo lo que tenía mi nombre o la fotografía de mi rostro. No me quedan más que tres mil pesos, doscientos gramos de goma de opio y un cuarto de onza de heroína, y con esto me tiene que alcanzar para matarme». Así comienza Una cita cita con la Lady, la primera novela de Mateo García Elizondo (Ciudad de México, 1987), escritor que es uno de los invitados del IV Festival Hispanoamericano de Escritores, encuentro que vuelve a celebrarse en Los Llanos de Aridane tras la pesadilla del volcán.

- ¿Hasta que punto cree necesario leer y escribir en tiempos tan oscuros como son los que vivimos?

“Leer nos permite experimentar otros mundos y verlos a través de otros ojos y subjetividades. Nos permite llevar a cabo experimentos de realidad virtual, vivir situaciones nuevas y ajenas a nosotros mismos y nuestra vida cotidiana,
y aprender gracias a la experiencia ajena. Nos permite examinar el pasado, y predecir el futuro. Más que un escape, creo que leer puede ser una manera para conectarnos con la realidad, y para conectarnos con el Otro, en un mundo en el que la conexión humana, y la conexión con la realidad, son cada vez más más tenues y distantes.

– ¿Cuándo y por qué se despertó en usted el entusiasmo por la literatura?, ¿y por escribir?

“Mi gusto por la literatura despertó muy joven, leyendo libros de R.L Stine y La Isla del Tesoro de Stevenson. Mi gusto por la escritura vino después, quizás en la adolescencia. Me gustaban los cuentos de terror y las historias de detectives, y creo que esas lecturas, junto con mi gran pasión por el cine, impulsaron mucho mis ganas de escribir: los cuentos de terror de E.A. Poe y de Horacio Quiroga, los relatos de detectives de Agatha Christie o Arthur Conan Doyle, y más tarde la literatura beatnik, en particular Kerouac y Burroughs, me inspiraron mucho. La ciencia ficción también me impulsó a escribir: 1984 de Orwell, Un mundo feliz de Huxley, los cuentos de Ray Bradbury…”

- ¿Qué influencias admite que hay en Una cita con la Lady?

“Mis primeros lectores de la Lady comentaban que mi novela era como un “Trainspotting en Comala”, y concuerdo, aunque creo que Junkie de W. Burroughs fue más influyente que la novela de Irvine Welsh. Sin embargo, creo que hay muchas más influencias directas de la novela, las que cito con más frecuencia son La Leyenda del Santo Bebedor de Joseph Roth, La Lechuza Ciega de Sadeq Hedayat, Las Memorias del Subsuelo de Dostoyevsky, así como la literatura de Kafka y de Beckett, entre otros…”

- En una entrevista con el periódico La Vanguardia dijo que le interesan las drogas psicodélicas. ¿Qué creen que pueden aportar este tipo de sustancias en nuestra mirada sobre la realidad del mundo? ¿Y en su literatura?

“Los hongos, por ejemplo, son una especie de seres vivos que “toman prestados” sistemas nerviosos para experimentar el mundo a través de ellos (porque carecen de uno propio), y a cambio, nos prestan su propia visión del mundo durante unas horas. Por eso los colores se vuelven tan llamativos durante un viaje; porque a los hongos les encanta tener ojos. Consumirlos nos permite tener una conversación con una forma de vida sumamente inteligente, y como escritor de ciencia ficción, eso es algo invaluable. Ellos nos consideran simios un poco simplones, seres que buscan especies inteligentes allá afuera, en el espacio, pero son incapaces de reconocerlas cuando habitan en su propio planeta. Nadie se espera que una de las especies más inteligentes del planeta sea un hongo”.

– En esta novela aborda un asunto que sigue siendo muy delicado como es el de la heroína y las distintas subculturas que genera.

“ Cuando escribí la novela, sentía que la heroína era una manera muy adecuada de hablar del deseo, que era el tema que me interesaba en realidad. Quería hablar del deseo y de la muerte, por eso la droga protagonista resultó ser la heroína. En palabras de Jorge Herralde, si mi protagonista hubiera escogido la marihuana para matarse, “la novela habría sido mucho más larga”. Y quería hablar de la muerte porque me parecía un buen pretexto para hablar de la vida. La Lady resultó ser una buena manera de explorar ambos temas”.

- ¿Cómo fue el proceso de documentación para describir el universo que rodea a los consumidores de heroína?

“Sin duda la literatura alrededor de las drogas, como Junkie de Burroughs, la poesía de Eros Alessi, la Enciclopedia de las drogas de Antonio Escohotado, algunos documentales y textos médicos y Las confesiones de un opiómano inglés de De Quincey fueron muy informativos. Más allá de esto, previo a la escritura de la novela tuve conversaciones con varios amigos y conocidos que habían estado involucrados en el mundo de la heroína. Algunas conversaciones con ellos fueron detonantes para la escritura y terminaron casi textualmente en la novela. Mi propia experiencia con el deseo, las drogas alucinógenas y la adicción a la nicotina también fueron de gran ayuda”.

- ¿Hasta que punto le pesa la sombra de su abuelo Gabriel García Márquez?

“Las sombras no pesan, pero a veces opacan un poco. Si pesan, es porque nunca falta esta pregunta en una entrevista, y como Gabo es un imán para la atención, es difícil hablar de Gabo sin que se vuelva el tema central de la conversación”.

– ¿Y en su escritura?

“Uno intenta emular y aprende mucho de la gente que admira, y yo admiro mucho a mi abuelo Gabo, y a mi abuelo Salvador, y a mi otro abuelo Juan (Rulfo), y a mi tío Bill (Burroughs), y a mi Papa (Hemingway). También admiro al tío Vlad (Nabokov) y al tío Phil (K. Dick), y a mi prima Mariana (Enriquez), entre mucha otra gente que considero primos, hermanos, y maestros”.

- ¿Qué espera encontrar en el Festival Hispanoamericano de Escritores que se celebra a finales de septiembre en Los Llanos de Aridane?

“En ese sentido, el Festival Hispanoamericanos de Escritores es como una gran reunión familiar. Me entusiasma mucho conocer las islas Canarias, y a toda la familia mexicana. A mí me interesa la ficción, y uno aprende mucho cuando está rodeado de expertos. Espero poder sacarles algunos trucos y secretos del oficio, y aprender lo más posible”.

-¿Qué autoras/as destacaría de las nuevas escrituras mexicanas?

“En la generación inmediatamente anterior a la mía, a Antonio Ortuño, Fernanda Melchor, y Juan Pablo Villalobos, entre muchos y muchas otras. En mi propia generación, destacaría a mis hermanas: Karina Sosa, Alaide Ventura, Clyo Mendoza, Aura García Junco, Andrea Chapela, y a mis carnales, Antonio Vasquez, y Daniel Saldaña. Entre muchos y muchas otras”.

-Está trabajando en algún nuevo libro?, si fuera así, ¿podría adelantarnos algo del mismo?

“Estoy trabajando una novela sobre un funeral y una serie de cuentos. Pero como soy un poco supersticioso, prefiero no hablar demasiado de eso”.

Sasludos, eso es todo, amigos, desde este lado del ordenador

Escribe una respuesta