Puzti, el confidente de Hitler, un libro de Thomas Snégaroff

No es correcto entender Putzi. El confidente de Hitler (Seix Barral, 2022) como una novela ya que poco tiene de ficción y sí mucho de realidad, de laborioso trabajo histórico y periodístico siguiendo las huellas de quien fue el agente de prensa extranjera del dictador alemán. Un hombre, se nos describe, que medía más de dos metros y que tocaba el piano.

Con sangre medio alemana y medio estadounidense, Ernst Hanfstaengl es uno de esos personajes que se dejaron seducir por el resplandor que emanaba de Adolf Hitler, fascinación en la que cayeron no solo los hombres y mujeres que formaron parte de su círculo íntimo sino también de todo un país que se entregó a la voluntad de un desequilibrado que, visto desde la distancia, parece tan ridículo, histrión, tan delirante en definitiva.

Pero Putzi. El confidente de Hitler no debe de leerse como una novela porque no lo es. En todo caso, sí que tendría que definirse como una biografía novelada en la que, paradójicamente, los momentos más interesantes son los que encuentro cuando el propio autor del libro, Thomas Snégaroff, asume protagonismo en la historia. Una historia que cuenta con una notable labor de documentación para narrar la vida de un hombre contradictorio. En Putzi se dieron muchas de las contradicciones de aquellos tiempos agitados.

No se revela nada ni se altera el interés de la obra si se dice que Putzi descubrió, tras pasar mucho tiempo al lado de Hitler y de toda la corte de hombres y mujeres que lo rodeó, que los destinos de Alemania se habían entregado a un loco. A un hombre que no estuvo nunca en sus cabales por mucho que hiciera posible el “milagro alemán”, la recuperación económica de un país arruinado tras la I Guerra Mundial y fascinación que mantuvo durante la II Guerra Mundial

Tras la revelación, Putzi logró cruzar el Atlántico y reencontrarse con su segunda patria, los Estados Unidos de Norteamérica, donde se convirtió en asesor del presidente Franklyn Delano Roosevelt mientras procuraba justificar su pasado como afiliado al partido nazi, el de la siniestra cruz gamada.

Thomas Snégaroff se ha basado en gran parte en las memorias que dejó escritas el protagonista para articular una obra que, entre otras curiosidades, cuenta que pudo haberse producido un encuentro entre Hitler y Churchill en los años previos a la segunda gran catástrofe europea y que Hitler declinó, así como que fue testigo directo del incendio del Reichtag, infierno que tuvo consecuencias: dar el poder absoluto a Hitler.

Pero si hay un capítulo en esta biografía novelada que se aparta de la reconstrucción de la vida de Putzi, es aquel en el que Thomas Snégaroff entrevista al cineasta Hans-Jürgen Syberberg, director de Hitler, una película sobre Alemania y éste le confiesa al escritor y periodista: “sabe, amigo mío, nunca fue Alemania más ella misma que con y bajo Hitler”.

Pero Putzi. El confidente de Hitler no es una novela. Ni siquiera una novela de no ficción que es un género que se ha puesto de moda en los últimos años. En todo caso, se trata de una biografía que desecha todo tipo de objetividad salvo la que busca analizar la contradictoria existencia de un hombre cultivado que cayó rendido ante el mal. Un mal que encarna como una sombra la presencia de Adolf Hitler, un personaje que sigue suscitando interés y sobre el que se ha escrito demasiado. Y no demasiado bueno, que digamos.

El libro de Thomas Snégaroff es, ya se dijo, una biografía que se ajusta a la realidad de los hechos de los que nos ha dejado constancia la Historia. Y propone una aproximación a unos años y a un hombre que no supo navegar en las revueltas aguas que formaban la corte que rodeaba a su líder. Una corte de cuchillos largos, de puñaladas por la espalda, de un repugnante arribismo que alimentaba el propio guía desde las alturas. Habría que estudiar algún día la obsesión que tienen la mayoría de los dictadores por lo colosal, por todo aquello que va mucho más lejos que lo gigantesco. Es como si creyeran que solo las construcciones que desafían al cielo dejaran constancia de su paso por la tierra.

Por Puzti. El confidente de Hitler desfilan muchos de los actores secundarios que forman parte también de aquel gigantesco drama. Desde Rossemberg, que mantiene una guerra particular con Putzi; como Goering, su amigo si en este régimen uno podía encontrarse con un amigo tal y como lo entendemos. Goebbels lo observa con fría atención que disfraza de indiferencia mientras la cuestión judía todavía duerme aunque provoque pesadillas entre los que estuvieron informados del siniestro plan los años previos a la guerra.

El libro de Thomas Snégaroff plantea ésta y otras cuestiones y, al mismo tiempo, se aprecia que su intención como escritor no fue la de actuar como un historiador sino como un periodista preocupado por entender el pensamiento de un hombre que se vio toda su vida tentado por arañar poder. Y como no pudo, al menos sí procuró formar parte del círculo íntimo de quién sí lo tuvo.

Se trata en todo caso Putzi. El confidente de Hitler de un retrato más que sentimental bastante gélido de una época y de unos personajes que condujeron al mundo a una guerra. Una lectura que con la que nos está cayendo apenas iniciada la tercera década del siglo XXI resulta bastante cercana. Los vientos envenenados que soplan del este europeo es solo un síntoma que podría hacer realidad la frase que afirma que la Historia está condenada a repetirse.

Saludos, una semana intensa y con carnaval añadido, desde este lado del ordenador

2 Responses to “Puzti, el confidente de Hitler, un libro de Thomas Snégaroff”

  1. HPLovecraft Says:

    Excelente crónica. Me ha convencido y la compraré.

    Vuelva a escribir algo de Sven Hassel.

    Un saludo desde Kingston, Ontario.

  2. admin Says:

    Muchas gracias, otra vez. Respecto a Putzi, sí que tiene interés por el personaje y las gentes para las que trabajó pero si algo me gusta del libro es cuando el propio escritor es protagonista del relato y narra cómo recabó información para reconstruir la vida de Putzi.

    Hace tiempo que no leo a Sven Hassel, como sabes ya le dediqué hace unos años un post en este mismo El Escobillón, así que prefiero conservarlo como un buen recuerdo de unos años en donde era más joven e inocente. No llegué a leerme todas sus novelas, me falta ahora que pienso Ejecución, creo que se titulaba y alguna otra más. Sí que me gustaron La legión de los condenados y Los Panzers de la muerte. También Montecassino pero éesta probablemente porque aquella tropa con El Viejo, Porta, Heide, El Legionario, a la cabeza ya no combaten en el teatro de operaciones ruso sino en Italia. En fin, Era otra vida.

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