Supersaurio, una novela de Meryem El Mehdati

“En Canarias las cosas funcionan de la siguiente manera: si todo falla, si no sirves para nada, si estás confusa y necesitas un tiempo para respirar, reorganizarte, decidir cuál será tu siguiente paso, siempre puedes entrar en el sector servicios y malvivir del turismo. Solo tienes que hablar inglés y alemán. Si además chapurreas noruego las recepciones de los hoteles del sur de la isla se pelearán a navajazo limpio por ti. ¿Por qué iba nadie a estudiar francés en Canarias?

Supersaurio, Meryem El Mehdati, Blackie Books, 2022

La irrupción hace unos años de la tinerfeña Andrea Abreu con Panza de burro obligó a que muchos de los que hacemos un seguimiento de las literaturas que se escriben en Canarias descubriéramos lo que estaban cocinando autores pero sobre todo autoras nacidas en los años 90.

Si la novela de Abreu sorprendió a propios y a extraños por su desparpajo a la hora de escribir sobre Canarias, y en concreto sobre la vida de un barrio de Icod el alto, mezclando ruralismo con tecnología para ilustrar el proceso lento pero progresivo de transformación de una sociedad hasta ese entonces si no cerrada sí que relegada a sus cuarteles de invierno, a estas alturas del partido no creo que haya nadie que cuestione que esta generación de narradora/es que ahora frisa los veintipocos años está sobradamente preparada para escribir cómo se vive, o mejor, como se resiste en este archipiélago abandonado de la mano de los dioses con libros que cuentan historias que se desarrollan en las islas pero que están narrados con vocación universal.

Se tratan de obras que están trufadas de voces canarias que se deslizan por el texto de manera natural, es decir, que no están impostadas, así que estos y otros elementos conforman los ingredientes de un fantástico puchero que amplia el reconocimiento de estos trabajos literarios más allá de las fronteras insulares. Tanto, que parece que en territorio peninsular y más allá se está produciendo un interés por estas narrativas que firman, sobre todo, escritoras más que escritoras.

No tenía noticia de Meryem El Mehdati probablemente porque se trata de una autora grancanaria y, aunque esté mal decirlo, como vivo en una tierra donde antes nos llega lo que nos viene de fuera que de la isla que tenemos enfrente, digamos que este despiste está asumido por mucho que uno y otros nos esforcemos por superarlo. Meryem El Mehdati irrumpe con fuerza en el terreno editorial con su novela Supersaurio (Blackie Books, 2022), en la que cuenta la historia de una jasp (joven aunque sobradamente preparada) en el miserable mercado laboral entrando primero como becaria en una gran cadena de supermercados cien por cien canario. La cadena es Supersaurio y no hace falta imaginarse en cuál está inspirada en el mundo real.

Dividida en tres partes, en cada una de ellas se va mostrando a través de cuentas de correo electrónico cómo sube en el escalafón de esta macroempresa la protagonista, una chica canaria de familia musulmán que, quién lo diría, se parece mucho a quien firma el libro. Al margen de reflexiones sobre Canarias, y en concreto Gran Canaria que es la isla donde vive la escritora y la protagonista de la novela, Supersaurio trata de otros temas además de cómo se las ingenua la heroína en un mundo laboral en el que priman las puñaladas por la espalda y el vacío de algunos compañeros. Se muestra también cómo se va endureciendo la protagonista, y cómo la mayoría de los sueños que una vez tuvo se le escapan por el desagüe de la existencia. La novela resulta conmovedora, aunque no cae en el sentimentalismo fácil. Y no cae, precisamente, por tamizar todas las alegrías y desgracias que nos cuenta con un sentido del humor que desarma.

El lector podrá conocer de primera mano y a través de la primera persona las interioridades de un gigante empresarial, el desprecio que y tiene hacia sus trabajadores y el absurdo corporativismo que se les insufla para que sigan trabajando y produciendo. Todo por un puñado de euros que no da prácticamente para nada. Apenas, nada más iniciada la primera parte, para coger las guaguas que la llevan de casa al trabajo y del trabajo a casa. Quizá le alcance para irse de copas con algunos compañeros de trabajo que la miran de arriba abajo mientras sostiene una guerra de baja intensidad con una de sus jefas, curiosamente con quien se pone a trabajar como becaria resolviéndole prácticamente las tareas más ingratas.

Paralelamente, conoceremos a los padres de la protagonista en una escena muy bien planteada en la que la madre prepara un plato en la cocina; la dificultad de encontrar un piso a buen precio en el centro de la capital grancanaria y una relación amorosa que mantiene con un hombre que le lleva unos diez años de diferencia. Hay más historias y problemas comunes a todos con los que lidia la joven ya que año tras año (de noviembre de 2016 a febrero de 2019) da para contar muchas cosas (incluido un viaje a Marruecos para ver a la abuela) e ir articulando un discurso feminista que, diantres, al final no termina sonando con el poderío que uno le presuponía en páginas anteriores.

Para ser su primera novela, Supersaurio me ha parecido un libro francamente interesante. Y muy divertido en ocasiones como amargo en otras. Apunto en mi agenda el nombre de una escritora con todas sus letras ya que dejó de el estado larvario hace mucho tiempo y la recomiendo con el entusiasmo si se me permite de un descubrimiento. Anoten bien el título, Supersaurio. Y el nombre de su autora Meryem El Mehdati, va dar que hablar.

Saludos, lecciones para jóvenes depredadores, desde este lado del ordenador

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