La afoto (2)

Las redes sociales que son algo así como el demonio, la televisión dejó de serlo hace ya unos años, acogieron esta semana que ya se nos va con estupor y escándalo el rodaje de una serie en el santacrucero barrio del Toscal. El Toscal sirve para representar algunas calles de La Habana no sé si Vieja o Centro…

La mayoría de los comentarios que he leído lamentan que se utilice a nuestras calles para representar la pobreza de otros países, en este caso la de Cuba, cuya capital La Habana se derrumba desde el triunfo de la revolución que capitaneó Fidel Castro (que en paz descanse).

Afortunadamente y en contra de lo que pasó en La Laguna hace algunas semanas, el alcalde de la capitá tinerfeña no ha aprovechado para sacarse una afoto con los actores que intervienen en el rodaje pero sospecho que si así se hizo no fue por no molestar al equipo de rodaje sino porque por ahí no hay ninguna estrella famosa salvo el protagonista, William Levy, que es un caballero al que no tengo el gusto de conocer.

Las voces que critican que se emplee a la capitá como plató para representar ciudades y pueblos del Tercer Mundo tienen sus razón de ser, ok, de acuerdo, pero no está mal que la ciudad se aproveche de su característica fealdad porque, vamos, seamos por una vez sinceros, Santa Cruz de Tenerife, lo que se dice Santa Cruz de Tenerife no es una urbe hermosa en el sentido estricto de la palabra si no más bien lo contrario. Yo, que nací en ella hará un porrón de años, sé lo que me digo aunque defienda a mi city con uñas y dientes precisamente por lo estropeada y mal cuidada que está. Así que admitiendo que como ciudad no vale demasiado sí que cuenta con rincones de una belleza singular y muy chicharrera.

Lloro, es cierto, que por ambiciones que nunca entenderé se destrozará su litoral y que las pocas playas que aún le quedan estén abandonadas a la mano de los dioses o den, directamente, a esa salida al mar donde la capitá expulsa toda su mierda…

Se queja un internauta que Hollywood solo se acuerda de Santa Cruz de Tenerife cuando quiere rodar una barriada de ciudad de México atestada de narcostraficantes, güey, como vimos en la decepcionante Rambo V ¿o fue VI? Y ahora represente unas pocas calles de La Habana en Montecristo, serie que adapta la novela El conde de Montecristo del inmortal Alejandro Dumas.

Que mi ciudad es una ruina… Es una verdad tan grande como grande es el antiguo templo masónico que se encuentra en la santacrucera calle de San Lucas… Un templo este que cuando paso frente a su señorial y misteriosa fachada me pregunto a qué espera la autoridad para ponerse manos a la obra… Al paso que van, es probable que nunca. Que la autoridad espere con paciencia de cartujo a que llegue otro Delta y arrase con ese edificio en el que uno de mis abuelos ofició de Gran Maestro, que así son de pomposos algunos de los cargos que concede esta sociedad discreta pero no secreta. Eso último, lo de discreta y no secreta es un punto que le encanta decir a los masones a los que no lo son, los profanos, cuándo se les pregunta qué demonios hacen en sus ceremonias…

Pero no íbamos a hablar de esta sociedad sino de Santa Cruz de Tenerife como plató de rodaje de pueblos, ciudades y barrios del Tercer Mundo donde no se atreve a rodar Hollywood o quien sea porque de allí no salen vivos.

Recuerdo, ahora que estamos entre amigos, que hace unos años se hizo pasar a este lugar como Atenas en una de las películas de la serie Bourne… No recuerdo entonces que nadie protestara, y razones había porque Atenas es la capital de un país europeo que tiene un constipado económico peor que el de España y otros países mediterráneos.

Voy a darme una vuelta un día de estos por el barrio de El Toscal para ver si me tropiezo con el rodaje de Montecristo. Podría servirles de asesor porque conocí La Habana cuando era joven y aprendí a no perderme por aquellas calles, sobre todo las de La Habana vieja que parecían que iban a desmoronarse. Alguien con el que viajé una vez a esa hermosa ciudad que se cae me dijo que La Habana debía de ser lo más aproximado a una ciudad por la que ha pasado una guerra. Y no le faltaba razón, porque la capital cubana y toda la isla que hace país, lleva en guerra desde que los cubanos se quitaron de encima el yugo español para abrazar el norteamericano y el soviético. Tras el derrumbe de la URSS, el país por fin parece que se gobierna solo pero no sabe qué dirección tomar desde que Fidel subió o bajó al cielo o el infierno, y su hermano Raúl, como le gusta decir a los masones, observa los movimientos en un “discreto” segundo plano.

Conclusiones, que la verdad, no me importa que aprovechen nuestra pobreza si sirve de plató cinematográfico y hay dólares que llegan a todos y no a unos pocos. Es lo que hay, pero sí que agradecería a este Ayuntamiento que se preocupara por una ciudad que sin tener una historia gloriosa salvo que por aquí entraron los que vinieron a conquistarla, fueran castellanos o británicos, reivindicara su pasado como pueblo de pescadores y de paso se le hicieran más estatuas a José Murphy que como vecino hizo todo lo posible por sacar adelante el lugar en el que nací y me crié.

Pero en fin, eso es otra historia.

Saludos, angelitos negros, desde este lado del ordenador

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