Y mientras tanto, en La Laguna

Y mientras tanto, en La Laguna, se sienten temblores, movimientos de tierra, como si de sus mismas entrañas retumbara un grito que sacude con la forma de una onda expansiva todo lo que está a su alrededor…

Con el follón que se montó en julio en torno a los “desprecios” que el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de La Laguna lanzó porque está boca es mía contra el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, ICOMOS, el principal órgano asesor de la Unesco en patrimonio cultural que estudiaba entonces revisar la declaración de Patrimonio de la Humanidad al casco histórico de la ciudad se suma también el nombramiento hace unos meses de Fernando Luis Jiménez Vera como Director Técnico del Organismo Autónomo de Actividades Musicales.

¿Por qué?, en principio porque voces que vienen desde dentro del mismo Ayuntamiento comentan que las bases parecían estar redactadas a la medida del ganador, aunque el expediente relativo a su nombramiento determina que “el aspirante con el perfil que mejor se concilia a las exigencias o requisitos de las bases de la convocatoria” se trataba de Fernando Luis Jiménez Vera, ya que “combina amplia experiencia en actividades musicales, con cargos de Dirección y Gerencia”.

Por otro lado, la canalla que suele ser el ciudadano encallecido ante tanta canallada comienza a estar harto de los ejercicios de cinismo que emanan de los responsables de la cosa pública. Más preocupados por defender sus poltronas e intereses que por gestionar con cabeza lo que se supone es de todos.

Que hayamos averiguado, solo hemos podido encontrar en el currículum de Jiménez Vera que fue vicepresidente del Clúster Canario de la Música y poquito más, entre ese poquito un edicto del 2013 en el que a este señor, o alguien que lleva su mismo nombre y apellido, se le condenaba a pagar a un grupo de actores “la cantidad de siete mil ochocientos setenta y cinco euros (7.875) más los intereses legales devengados” (BOC, 28 de noviembre de 2013, Administración de Justicia).

Está previsto que el nuevo Director Técnico del Organismo Autónomo de Actividades Musicales perciba 50.183,98 euros anuales, un buen pellizco si hacen los cálculos para conocer el neto que cobrará a partir de ahora todos los meses.

El caso es que la que antaño fue la capital cultural de Canarias y la primera ciudad universitaria del archipiélago no da pie con bola en los últimos años en cuanto a actividades culturales se refiere.

De hecho, la cultura ha terminado por transformarse en curtura, ya que La Laguna se ha ido desprendiendo de cualquier vestigio cultural por la que fue reconocida en el pasado.

Lo insólito del caso es que esto sucede cuando gobiernan los destinos de la ciudad una coalición de formaciones políticas presuntamente progresistas, tan progresistas que no escuchan, ni hablan ni quieren ver la lluvia de críticas que no deja de arreciar contra una gestión que ya fue acusada en el pasado de “contratar a los mismos artistas de siempre” aunque los voceros del Ayuntamiento lagunero se apresuraron en decir lo contrario, lo que por otra parte es natural. Para ladrar les pagan.

Si unimos la penosa resonancia que en cultura caracteriza a Aguere, que fue la primera capital universitaria de Canarias, todo indica que algo huele a… en La Laguna y que como en otras ciudades y pueblos de la geografía canaria se está limitando a reproducir los mismos vicios con los que habitualmente reacciona la Viceconsejería de Cultura a través de su Instituto Canario del (sub)Desarrollo Cultural cuando alguien osa criticar su gestión: marear la perdiz o comentar que no sabe nada pero sobre todo no contestar cuando se le pregunta.

¿Contestar?, ¿contestar para qué?, Y si la pregunta viene de la ciudadanía… ¿La ciudadanía? ¡¡¡La ciudadanía a callar y a pagar impuestos!!!

Saludos, es lo que hay, desde este lado del ordenador

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