Solo para soñar, el detective Philip Marlowe según Lawrence Osborne

No es extraño que un personaje de novela, un personaje que protagoniza una serie de novelas, sea versionado tras la desaparición del autor o autora que le dio vida. Salvo los casos de Agathta Christie con Poirot en uno de los mejores títulos que le dedicó a su célebre detective belga con Telón y Hergué, que prohibió en vida que se siguieran publicando álbumes de Tintín cuando hubiera fallecido, otros héroes y antihéroes de ficción sí que han continuado sus andanzas una vez desaparecido su autor original como James Bond, Pepe Carvalho o Philip Marlowe.

Los puristas suelen llevarse las manos a la cabeza cuando se produce este tipo de trasvase. Es decir, cuando se contrata a un escritor para que escriba una novela que continúe explotando las posibilidades de personajes con asiento en la cultura popular como James Bond (creado por Ian Fleming; Pepe Carvalho (Manuel Vázquez Montalbán) y Philip Marlowe (Raymond Chandler).

Estas versiones no suelen disgustarme sobre todo cuando adaptan el personaje a las especificidades de quienes escriben la nueva versión. Me suele pasar con las historias de James Bond, que cuentan con un ejército de continuadores literarios que han ensayado a jugar a ser Ian Fleming con resultados irregulares, aunque destaque alguno como William Boyd, que procuró que su 007 tuviera el frío encanto que le dio su creador original, Ian Fleming. Con el Carvalho que escribió Carlos Zanón y con las continuaciones que se han venido escribiendo y publicando de las novelas protagonizadas por Philip Marlowe me pasa más o menos lo mismo.

La serie que inició la continuación de las novelas de Marlowe sin estar escritas por Chandler la escribió un escritor argentino, Osvaldo Soriano, con Triste, solitario y final, un homenaje no solo al detective privado creado por Chandler sino también a Stan Laurel, el hombre delgado de El gordo y el flanco.

Benjamin Black con la notable La rubia de ojos negros y Solo para soñar (Navona, 2020), que firma Lawrence Osborne, son de momento las últimas experiencias publicadas en la que se recrean las aventuras del que probablemente sea el detective privado más famoso de la literatura universal.

Lawrence Osborne es un escritor británico que, como Graham Greene, con el que mantiene muchos puntos de contacto, se marchó de su país porque –uno intuye– lo detestaba. Cuenta con varias novelas, entre las que destaca –ya que deja un rastro que no camufla a lo Greene– Cazadores en la noche y es autor de un curioso libro de viajes, Beber o no beber, donde narra sus sedientas aventuras buscando bares clandestinos en países de fe musulmana.

Su registro cambia pero no tan radicalmente como algunos pudieran sospechar con Philip Marlowe, el caballero sin espada creado por Raymond Chandler y llevado numerosas veces a la pantalla, donde ha sido interpretado entre otros actores por Humphrey Bogart y Robert Mitchum. Cuentan que el Marlowe ideal de Chandler fue siempre Cary Grant aunque al final no vio con malos ojos a quien convertiría al personaje en un icono del cine: Bogart.

La versión que Lawrence Osborne propone del detective en Solo para soñar resulta muy original y parecida al planteamiento que hizo Zanón con Carvalho, la acción no se desarrolla en los años 40 sino a finales de los 80 del pasado siglo XX y muestra a un Marlowe envejecido que vive su jubilación tomando margaritas en la terraza de una casita que tiene en Baja California. Allí recibirá la visita de dos agentes de seguros (eso dicen) que le proponen que investigue a un hombre que se ha ahogado mientras navegaba con su yate, dejando atrás a una joven viuda ahora multimillonaria… A partir de aquí las preguntas se suceden con endiablada velocidad. ¿Ha desaparecido esa persona?, ¿quién es en verdad la hermosa mujer que ha heredado su fortuna?

Lo interesante de Solo para soñar no es solo la trama, una trama que en contra de las novela de Raymond Chandler, se sigue sin demasiada dificultad, sino el personaje que presenta Osborne: un Marlowe envejecido, que necesita de un bastón para caminar y que usa, en los momentos de peligro, como arma ya que lleva oculto en su interior un estilete que no duda en utilizar a quien se acerque con intenciones de amenaza. Es decir, que pese a su edad, a que su cuerpo ya no sea el de antes y vaya perdiendo reflejos y parezca que poco o nada queda del que muchos descubrimos cuando leímos novelas como El sueño eterno o El largo adiós, sí que tiene mucho de aliento chandleriano, aunque el personaje sea un anciano

Solo para soñar me ha parecido una sobresaliente reinterpretación del universo del escritor. Se trata de una novela que está escrita además por alguien que conoce las reglas del juego pero que no se doblega a ese estilo tan definido que sí caracterizó la literatura de Chandler, una primera persona aficionada a comparaciones rocambolescas y a liarse demasiado cuando las distintas capas con la que escondía el misterio se superponen unas a otras confundiendo no solo al lector sino al mismo autor. Estos defectos, afortunadamente, desaparecen en la novela de Lawrence Osborne, ya que mantiene todo el tiempo el pulso, sin hundirse en complicaciones.

Que la acción discurra en los años 80 le sigue dando, es verdad, cierto toque retro pero no tanto como si la hubiera desarrollado en los años 40 y 50. Además, el Philip Marlowe envejecido que presenta resulta muy real, y no solo por los achaques que sufre por su avanzada edad sino también por lo que piensa. En este sentido, el Marlowe de Osborne como lo fue el Marlowe de su autor original, sigue siendo un cínico, sí, pero un cínico un poco más sabio y por eso mismo cansado.

Al final de la novela…

Al final pasan muchas cosas que no vamos a revelar pero algo me dice que Chandler, allá donde se encuentre, hubiera quedado muy satisfecho con un libro que retrata a nuestro Marlowe con el respeto debido. Es decir, que se trata de una novela muy recomendable no solo para evadirse de la realidad sino también para comparar el Philip Marlowe de Osborne con el original chandleriano. Sin embargo y sobre todas las cosas que se pudieran pensar Solo para soñar se trata de un libro (ya lo anuncia el título) específicamente para soñar.

Saludos, cristiano la vida te da sorpresas, desde este lado del ordenador

2 Responses to “Solo para soñar, el detective Philip Marlowe según Lawrence Osborne”

  1. javier Says:

    Muy buena reseña. Invita a leerlo. Lo compré ayer y no tardaré en ponerme.
    Gracias.

  2. admin Says:

    Muchas gracias por tan generosas palabras. Ya me contará.

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