Pedro Juan interroga a Pedro Juan Gutiérrez



Pedro Juan Gutiérrez
saltó al estrellato con Trilogía sucia de La Habana, un libro en el que mostraba con toda crudeza la vida en Centro Habana, un barrio muy desfavorecido de la capital cubana y una especie de Sodoma y Gomorra caribeña en la que se cruza una variada y muy atractiva galería de personajes, todos ellos de carne y hueso. Tras el éxito arrollador de estos libros, Pedro Juan Gutiérrez comenzó a publicar otras recopilaciones de cuentos ambientados más o menos en ese populoso barrio habanero, relatos todos ellos donde el escritor juega con la jerga que se habla en esas calles y plazas para darle mayor realismo a lo que cuenta. Y lo que cuenta no es demasiado agradable, ya que refleja la pobreza extrema de esta zona de la ciudad y todo lo que implica la indigencia en un país que no es, precisamente, rico, como son los comportamientos fuera de cualquier código moral, sin razón antes que razón y un sentido del sexo que impregna cada muro, cada pared, cada edificio de este populoso barrio habanero como las páginas de los libros que protagoniza Pedro Juan, personaje que se desdobla de Pedro Juan Gutiérrez, el autor que describe lo que observa su doble y las actividades que realiza sin rubor ni pudor alguno.

Sin embargo, ¿quién es Pedro Juan Gutiérrez?

Su biografía aparece desmigajada en la mayoría de sus libros aunque el protagonista de estas historias se llama como el escritor, Pedro Juan, pero sin el apellido, Gutiérrez. El escritor asegura que este personaje de cuento es una especie de otro yo, de sujeto que podría ser algo así como su Mr. Hyde.

Pedro Juan sin el Gutiérrez termina siendo así un personaje de ficción que trasciende la ficción, lo que da juego al Pedro Juan Gutiérrez de verdad para preguntarse a sí mismo en Diálogo con mi sombra. Sobre el oficio de escribir, un libro publicado en Anagrama hace un año y en el que el escritor y periodista cubano habla sobre la escritura, libros y autores que ha leído y sigue así como da noticia de algunos capítulos de su vida. Este manual sirve también para acercarse al universo literario de un escritor al que han llamado de todo, y entre ese todo, como el Bukowsky cubano, aunque las historias de uno y otro sean radicalmente diferentes no ya solo por la geografía en la que discurre el relato sino también por el tono, la intención con la que uno y otro empapan sus cuentos. Una coincidencia podría ser la de reflejar en sus textos situaciones extremas, generalmente asociadas al alcohol y a una actividad sexual desordenada pero muy intensa también.

Diálogos con mi sombra propone así una aproximación a los dos Pedro Juan que reconozco. El que tiene apellido como el que no, y en este simpático y en ocasiones delirante juego, a que el lector pierda el norte a lo largo de lo que se dicen uno y otro. El libro incluye a modo de apéndice otra entrevista, la que sostuvo el escritor cubano con el cineasta y también escritor Guillermo Arriaga y que fue reproducida en la revista mexicana Número Cero.

Atención, pregunta ¿se trata de un libro metaliterario? Sí, obviamente, pero va mucho más allá porque consigue que uno se introduzca en el universo personal de un escritor al que parece que se le va el baifo. Sobre todo en los cuentos que incorpora en Trilogía sucia de La Habana, un libro que hace temblar las manos y que el corazón palpite a toda velocidad. Creo que si se produce este fenómeno es porque con este libro Pedro Juan Gutiérrez irrumpió en el panorama internacional de las letras como un elefante por una cacharrería. Hizo mucho ruido aunque su intención no fuera, precisamente, esa, la de polemizar, la de generar debates casi siempre odiosos sobre la verdad o mentira que muestra en estos cuentos, la mayoría de ellos tan crueles como la vida misma.

Planteado como un diálogo en el que Pedro Juan y Pedro Juan Gutiérrez hablan de lo divino y de lo humano sobre la creación literaria, el lector irá conociendo anécdotas de la vida y obra de PJG mientras éste es asaetado por preguntas, muchas incómodas, por su álter ego, un tipo éste que cuando asoma el hocico en sus cuentos resulta un canalla simpático, un golfo de barrio que tiene, como todos los golfos de barrio procedan de donde procedan, una peculiar filosofía de la vida.

El escritor cubano, como otros muchos cubanos, es medio canario y asturiano y esta mezcla, asegura en las páginas de este libro quizá explique lo explosivo que resulta a ratos y los sereno, aparentemente, que resulta en otros. Cuando encuentra el término medio, lo mejor de ambas comunidades españoles sale a relucir. Si capacidad de observación, de contar la realidad que ve no solo la de sus país sino de otros muchos que ha visitado pone a veces los pelos de punta porque entre las características de la literatura de Pedro Juan Gutiérrez está la de escribir cosas que parecen verdad. O que son verdad. Él asegura que muchos de estos relatos los recoge de las calles, de conversaciones que mantiene con vecinos de ese barrio que parece que se encuentran al borde del abismo. Un fin del mundo con nombre y apellido: Centro Habana.

Saludos, a leer, que son dos días, desde este lado del ordenador

Escribe una respuesta