Matar cangrejos, una película de Omar Razzak

TÍTULO: Matar cangrejos / Director: Omar A. Razzak / Producción: Tourmalet Films en coproducción con IJswater Films (Países Bajos), cuenta con la financiación del ICAA, Gobierno de Canarias, TEA Cabildo de Tenerife, MEDIA Europa Creativa y con la participación de la Televisión Canaria / Fotografía: Sara Gallego / Duración: 106 minutos/ Intérpretes: Paula Campos, Agustín Díaz, Sigfrid Ojel, Casper Grimbère, Nino Hernández.

Si no me equivoco, y puedo equivocarme, Matar cangrejos es el primer largometraje de ficción de su director, Omar Al Abdul Razzak, de quien conocía Los espacios intermedios (codirigida con Shira Ukrainitz), un trabajo que formó parte de la iniciativa Canarias en corto cuyas últimas tres ediciones (cada catálogo reúne siete películas) no hemos podido ver vaya uno a saber por qué.

Me viene a la cabeza esta pieza y es probable que alguna más que forme parte de ese catálogo que ha terminado siendo devorado por el misterio cuando veo Matar cangrejos, su primer largometraje de ficción y trabajo que recibió la Biznaga de Plata a la mejor película española y el de mejor interpretación femenina para Paula Campos en el Festival de Málaga (en la sección Zonazine). La sensación es extraña. Al menos como espectador. Estoy en un cine y salvo esa referencia no conozco de nada al cineasta.
Y, sorpresa, descubro una película que funciona. Y que se hace preguntas. De fondo, un territorio con gente muy confusa en cuanto a su identidad con ese mismo territorio. Apelmazado en un barrio a orillas del mar o ausente en paisajes desérticos y rocosos. La frontera: el mar.

La película es un día en la vida de… Centrado en dos protagonistas que aún disfrutan de su niñez. Estamos en los años 90 del pasado siglo y Michael Jackson dará un concierto en la isla, Tenerife. Lo del concierto fue una especie de sainete en versión chicharrera y si bien le sirve a Razzak de contexto, tiene su peso en la película más allá del valor de aquella fecha.

Matar cangrejos quiere y plantea preguntas pero no da respuesta. Deja puertas abiertas para que las explore el espectador. No encuentro una mirada impostada sino preocupada y muy contenida por mostrarnos las vivencias de unos personajes que viven junto al mar. La mirada de Omar Razzak no engaña y eso consigue que me meta en ella. Que la esté viviendo y me crea a todos los personajes que aparecen en la pantalla.

Pese a su vocación por dejar las cosas a medio hacer, a que sea el espectador quien ponga palabras en los puntos suspensivos que va dejando a lo largo y ancho del metraje, Matar cangrejos convence porque late dentro de la película una sana vocación por interrogar e interrogarnos acerca de lo que lo somos capaces de construir (y destruir) como sociedad. De cómo se han desarrollado las relaciones con el paisaje que nos rodea (bellísima la fotografía, gigantesco el trabajo de los actores, comenzando por los dos niños) y la ausencia de una identidad en un archipiélago que venden y nos venden como la réplica de un paraíso que no es tal. Una Canarias tropical que no existe y sí existe es a base de pegotes y más pegotes.

Omar Razzak estudia con distancia estas contradicciones. La madre está empeñada en que sean sus dos hijos vestidos de magos los que reciban a Michael Jackson a pie de pista cuando aterrice en Los Rodeos. La visita de Jackson despertó ilusiones en la población de un archipiélago que en aquellos días atravesaba una crisis que, así lo ha demostrado el paso del tiempo, parece cíclica.

Al margen del trasfondo, la realización de Matar cangrejos es muy clásica y, al mismo tiempo, casi documental. ¿Se trata de una película de no ficción con mucha ficción? En pantalla aparecen escenarios como los de Boca Cangrejo. También la estructura de un hotel a medio construir en primera línea de costa y una oficina municipal donde la funcionaria que atiende a la abuela para informarle de los documentos que precisa para que no la desahucien habla con acento peninsular. Para complicar la situación, la madre, que mantiene una relación con un holandés que parece varado en la isla, se encuentra en estado de buena esperanza y los vecinos y amigos de los protagonistas actúan como si para ellos no existiera un futuro posible.

Pese a que la cinta marque distancia y huya como de la peste de cualquier asomo de sentimentalismo, y pese a esos signos de curtura más que cultura canaria que han ido engordando los ingredientes que unos pocos se han empeñado en que formen parte de ese otro gran misterio que es la canariedad, es significativo que la isla en la que se desarrolla la película,Tenerife, apenas se nombre. Forma parte de un archipiélago donde afortunadamente gente como Razzak demuestra que va más allá de la chácara y el tambor aunque chácaras y tambores aparezcan también en la película, que revela una isla imaginada que se parece en muchas cosas a las que conozco.

Matar cangrejos es una película notable, que se sale de la tónica a la que nos tiene acostumbrado el cine que se rueda aquí con apoyo de aquí. Y me sorprende y agradezco la voluntad que tiene Razzak para que sigamos la vida de sus personajes, las pequeñas odiseas cotidianas que viven.

Pese a sus limitaciones presupuestarias, que se aprecian pero que no ejercen presión en el resultado final, Matar cangrejos me enseña una isla que reconozco en algunos de sus fragmentos.

Me pregunto (las preguntas) por qué no aparecen en la película figuras paternas y si aparecen que adopten la forma de un pescador que cuando habla no se le entiende o un holandés que cuando intenta ejercer su autoridad como adulto retroceda ante la amenaza de unos guanajos adolescentes, amigos de la niña protagonista que resultan, curiosamente, niños y no niñas… Son los personajes pero sobre todo son los actores que interpretan a los personajes los que engrandecen esta película, los que imprimen el sello de autenticidad al relato. Comenzando por los niños, la madre y la abuela y terminando por los vecinos de Boca Cangrejo.

Me gusta Matar cangrejos porque me sorprende y hace que espere con interés nuevos trabajos de un cineasta que con esta película lo es, a mi parecer, con todas sus letras,

LO MEJOR:
Los actores, sin duda alguna. Todos están espléndidos.

LO PEOR: Poca cosa por no decir ninguna.

Saludos, funde a negro, desde este lado del ordenador

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