Las tres tes, una novela de Carlos David Gutiérrez Robayna

Uno de los atractivos de la novela policíaca es que se mezcla bien con otros géneros. El cruce con el histórico suele ser muy habitual. Aquí, en las islas, cultivan esa fusión varios escritores/as pero no recuerdo ahora títulos que se ambienten en los últimos días del Sáhara español como Tres Tes (Círculo Rojo, 2023) una novela de Carlos David Gutiérrez Robayna que me ha sorprendido gratamente.

La sorpresa en primer lugar es por el escenario que ha escogido el autor para desplegar esta historia con tintes negros y criminales: el Sáhara español, noviembre de 1975. Un mes clave para la Historia de España ya que mientras Francisco Franco agoniza en Madrid, Marruecos ha organiza la Marcha Verde.

En este escenario, donde el clima juega también un papel protagónico (el calor y la calina hacen mella en los personajes) se mueve Corso Brunet, un oficial del servicio secreto recién llegado de Madrid, para investigar un caso de asesinato que pronto se complica ya que no hay una víctima sino muchas más mujeres asesinadas en este apartado y desolado rincón del mundo.

El autor de Tres Tes es Carlos David Gutiérrez Robayna, un escritor que consigue convencerme porque encuentro a un tipo de persona que tiene muchas cosas que contar. Un autor, además, que sabe moverse en las siempre peligrosas aguas de la Historia (con H mayúscula) al servicio de un paisaje y de uno personajes desubicados (España abandona a toda prisa y casi con lo puesto lo que fue su territorio) en un entorno que, encima, resulta hostil no solo por las inclemencias climatológicas sino también por la sociedad (muy militarizada) y la política de aquellos años.

Tiempos, se recuerda, en los que el dictador mientras agoniza en la cama deja en dramática espera a todo un país que cuenta las horas del fin de quien fue llamado caudillo, quien fallecería finalmente el 20 de noviembre de 1975, el mismo día pero 39 años antes, de que el fundador de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, fuera ajusticiado en una prisión de Alicante.

La milimétrica operación militar de retirada que se diseña y la presión que el estado de las cosas hace en la tropa y en los pocos civiles españoles que aún quedan en aquel territorio, son algunas de las víctimas del mediocre papel que a nivel político jugó el Gobierno de España. Este estado de las cosas sirve al autor para dar color a una obra que respeta las reglas clásicas de la literatura negra y criminal que se despliega en un escenario que tiene ya los días contados. Es decir, que un día se acuesta siendo parte de España y al otro forma parte del reino de Marruecos.

La novela sabe reflejar muy bien ese sálvese quién pueda que caracterizó a los últimos españoles que vivían entonces en el Sáhara. En este barullo, un tipo –o dos, lo averiguarán si leen la novela– se dedican a mutilar mujeres, muchas de ellas saharauis y otras españoles que evocan otros títulos que han propuesto relatos de investigación criminal en tiempos de guerra como La noche de los generales, del escritor Hans Helmut Kirst, o películas como Saigón (Christopher Crowe, 1988).

Tres Tes tiene algo de esto pero también un personaje, Corso Brunet, que espero que reaparezca en nuevas novelas. Veo a un investigador que tiene futuro en la literatura negra y criminal que se escribe en Canarias pero también fuera. Y sí, se le disculpa al escritor una trama negra y criminal ligera pero no su buen hacer para poner en situación al lector con la descripción como telón de fondo de un capítulo tan trascendental en la Historia de España.

Acompaña a Corso Brunet en su investigación por este territorio donde el sol parece que lo quema todo un militar quemado no solo por ese mismo sol sino por la vida misma. Se llama Andrade Martínez, y en él se resume lo peor como lo mejor del militar profesional español.

Los nombres de los protagonistas recuerdan a sendos personajes creados por el escritor y periodista Arturo Pérez Reverte e Ignacio del Valle aunque no sé si fue ésta la pretensión de Gutiérrez Robayna pero se hace inevitable pensarlo. Existe el Dean Corso, el protagonista de El club Dumas, de Pérez Reverte y existe el Arturo Andrade de Ignacio del Valle. Franco firmó Raza como Jaime de Andrade claro que, fuera o no esa la intención, algo tienen de estos dos personajes los protagonistas de la novela Tres Tes, un libro que pese a liarse la manta a la cabeza para encontrar un culpable, el lector, ese al menos fue nuestro caso, es lo que menos que le interesa ya que está más entregado al ambiente en el que se desarrolla la historia que a la historia propiamente. Atención, por cierto, a un secundario con peso que aparece en la novela: El majorero.

LO MEJOR: Resulta creíble el retrato que describe los últimos días del Sáhara

LO PEOR: La trama policíaca es muy endeble y da la sensación que descubre al (los) asesinos con prisas

Saludos, nubes, desde este lado del ordenador

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