Damsel, una película de Juan Carlos Fresnadillo

Dirección: Juan Carlos Fresnadillo / Producción: Jeff Kirschenbaum y Joe Roth / Guion: Dan Mazeau / Música: David Fleming / Fotografía: Larry Fong / Montaje: John Gilbert / Intérpretes: Millie Bobby Brown, Robin Wright, Angela Bassett, Ray Winstone

En el encuentro previo que por la mañana mantuvo con los periodistas antes del estreno en España de su último trabajo, Damsel, Juan Carlos Fresnadillo insistió en que su cine gira en torno a unas constantes que procuró mantener en su nueva película para Netflix.

Una de estas constantes es la familia, aunque no la familia tradicional que te toca en suerte o desgracia pero sí la que se construye a lo largo de una vida con la gente que te rodea. La otra seña de identidad de Fresnadillo, que no dijo pero que percibo en su filmografía, es la traición del padre más que la muerte del padre. Es decir, una desconfianza a la figura paterna y también a la cultura del patriarcado.

Me atrevería a añadir, incluso, que leo una tercera constante en su cine. Y esa constante es la mujer, aparece en Esposados y ya como madre en 28 semanas después, referencias que redondean, a mi juicio, una interesante e incluso desconcertante mirada que intenta que siga permaneciendo en sus películas, aunque el control de producción sea tan férreo como ha sido el caso de Netflix.

Damsel es la historia de una transformación. La de una inocente damisela (Millie Bobby Brown) en una guerrera capaz de derrotar a todos sus demonios y de paso superar a todos sus miedos. El miedo es un elemento que detecto en trabajos anteriores del cineasta como 28 semanas después e Intruders, donde se hereda de familia, ahí es nada.

En su primer trabajo profesional, Esposados, que a mi me sigue pareciendo uno de sus mejores películas hasta la fecha, la comedia negra roza pero no cae en el ridículo estrepitoso. Hay, en todo caso, una atractiva e irónica mirada en torno a la realidad que transforma a la aparentemente pareja feliz: el dinero.

Por todas estas cosas y alguna más no creo que a estas alturas haya alguien que ponga en duda que Juan Carlos Fresnadillo cuenta además de con talento con un universo propio. A veces muy oscuro, lástima que no pueda explorar con mayor intensidad esas sensaciones abisales y que de momento tenga que mostrar solo apuntes y señales en sus películas. Esto revela que se trata de un cineasta que intenta dejar huella y, se reitera, firma autoral en sus largometrajes por muy comerciales que resulten.

Damsel es una película muy luminosa con sus partes oscuras, que son aquellas que se desarrollan en una caverna profunda excavada en la roca donde habita el dragón. Dragón al que se ofrece en sacrificio jóvenes doncellas para aplacar su ira. Damsel es también una película de mujeres, de mujeres que se empoderan, que es lo que sucede con la protagonista cuando es arrojada al abismo, y de mujeres empoderadas que representa la reina malvada.

Me atrae el mundo subterráneo donde vive el dragón. Ese universo sin luz y poblado de tinieblas que se rasgan con la luz que emiten unas babosas de fosforecencia azul y unos pájaros que el espectador conoce porque vuelan convertidos en llamas para caer carbonizados al suelo.

El reino del dragón es un laberinto que conoceremos por el testimonio que otras sacrificadas han ido dibujado desde tiempos pretéritos en la pared de una de las cuevas. En ese reino oscuro, circulan ríos subterráneos y existen paredes de cristal. También estalactitas de hielo que, en otra de las escenas más potentes visualmente de la película, se convierten en agua cuando reciben el aliento del dragón.

En Damsel se produce una traición que es la del padre. También la de un novio, el príncipe, que resulta un pelele dominado por una reina madre que interpreta Robin Wright, la princesa prometida que deja de serlo en esta película.

Hay acción, que se desborda una vez superada la presentación de personajes, todos ellos venidos del cuento infantil como la princesa, la madrastra buena, que interpreta Angela Bassett; el rey e incluso el dragón, solo que vistos de otra manera, dándole la vuelta al calcetín para reinterpretar el relato clásico con una mirada respetuosa y sutil. El fin es narrar a todos los públicos, en especial el femenino, una historia de superación, de iniciación. A las mujeres casi parece que va dirigida esta producción de Netflix que como toda producción de Netflix tiene lo mejor pero también lo peor de este gigante de las plataformas.

La película gana al ser vista en pantalla grande y en un cine que ayudó a que me curtiera como espectador como es el Víctor, en Santa Cruz de Tenerife, ciudad que vive en una perezosa tranquilidad pero Damsel junto a Esposados me parecen los trabajos más redondos del cineasta tinerfeño, un cineasta del que espero otras historias que nos muestren su manera de ver la realidad en la que vivimos.

Mientras espero, salgo del estreno de Damsel con la sensación de haber visto una película que además de mucha acción y fantasía, invita a viajar por ella como si se estuviera sentado en la vagoneta de una montaña rusa. Quiero saber, mientras mi mirada va de arriba- abajo y viceversa, cómo se resolverá esa lucha de titanes: la de una virgen que se crece ante la adversidad y la de un dragón que no es tan diferente a la protagonista como nos quisieron hacer ver.

Damsel está en Netflix. Y es algo más que un cuento de hadas.

LO MEJOR: mantiene el ritmo, cuenta con escenas muy poderosas (los pájaros envueltos en llamas, las estalactitas de hielo que se derriten con el aliento del dragón) y te hace sentir como un niño.

LO PEOR: Poca cosa, se trata de una película para toda la familia y cumple las expectativas. Ofrece buen espectáculo y se aprecia la firma de su director, el tinerfeño Juan Carlos Fresnadillo

Saludos, funde a negro, desde este lado del ordenador

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