Odisea Z, una novela de Ricardo Hodgson

Durante un tiempo se pusieron de moda las adaptaciones de grandes clásicos de la literatura universal trasladadas al universo zombi. Aparecieron así novelas como Orgullo, prejuicio y zombies hasta versiones más o menos delirantes como la del Lazarillo de Tormes en las que sus protagonistas se enfrentaban a legiones de muertos vivientes que despiertan en una Inglaterra de aromas románticos de principios del siglo XIX como en la España del XVI, en este último caso país en el que los vivos como los muertos pasan mucha hambre.

Inspirado por esta corriente, el escritor tinerfeño Ricardo Hodgson nos presente su particular traducción al universo zombi de la Odisea en, precisamente, Odisea Z (Editorial Seleer, 2023), una novela que protagoniza un oficial del ejército británico con destino en Iraq, Ulises Paxton Dinsdale, que con un grupo de soldados y algún civil que se une al grupo, debe de atravesar todo el país y Siria para llegar a la base, que está localizada en Turquía y en la que se encuentran su mujer y su hijo.

A lo largo de todo este periplo, Paxton Dinsdale y los suyos se enfrentarán contra todo tipo de criaturas, las que están muertas y han revivido sin que nadie sepa la razón y los vivos que continúan haciendo la guerra al ejército de ocupación aliado mientras el mundo conocido ha dejado de existir.

Más de cuatrocientas páginas ha necesitado Ricardo Hodgson para contar esta historia que va a seducir a los seguidores del universo Z, el que inventó y exploró mientras pudo George C. Romero en la seminal La noche de los muertos vivientes y subgénero que luego ha continuado creciendo ya que los zombies vienen a ser una metáfora de nuestros tiempos, representado las hordas de muertos vivientes a las hordas de consumidores que abarrotan las tiendas sobre todo cuando cuelga en sus escaparates el letrero de Rebajas.

A mi Odisea Z se me ha hecho, pese al número de páginas, corta. Y se me ha hecho corta porque sabe entretener y dar coherencia al extraño mundo en el que su autor ha convertido el planeta. Ricardo Hodgson no cuenta para nada qué fue lo que motivó que los cadáveres se levantaran de sus tumbas, un elemento que le da mayor inquietud y extrañeza al relato. El autor demuestra además por la profusión de detalles y la excelente documentación que maneja que se tomó muy en serio este trabajo. Destacan así por lo creíble que resultan en la novela el contexto, la situación geopolítica, y también las descripciones del material bélico que usan los militares que, como ya se dijo, se encuentran de servicio en Iraq. Esta agradecida obsesión por los detalles es lo que da verosimilitud a un libro que si uno es iniciado en el universo zombi le atrapará inevitablemente porque no hay género, o mejor subgénero, más existencialista que el que aborda Hodgson en la que espero no sea su primera novele e incursión en el género del fantaterror, ya que sale de la prueba con sobresaliente.
La novela se lee con voracidad (nunca mejor dicho) porque atrapa a lectores con parecido apetito que los muertos que han salido de sus tumbas.

El itinerario con inevitable tintes homéricos que emprende Ulises Paxton y su tropa se hace muy atractivo. Uno puede además ir comparando con el texto original, el que se le atribuye a Homero, la fidelidad con la que el escritor tinerfeño ha llevado a cabo esta adaptación de la Odisea al universo Z mientras espera descubrir si al final el militar consigue reencontrarse con su esposa y su hijo.

Escrita para entretener pero sin descuidar su poso intelectual, merece la pena sumergirse en las páginas de esta aventura apocalíptica y esperar a que a los protagonistas no lo descubran los zombies, que son zombies clásicos. Es decir, no los que corren como Carl Lewis sino los que caminan con andar torpe y que poco a poco se hacen los dueños y señores de un planeta que ha dejado de ser lo que era. Y no porque los muertos estén reanimados sino porque los vivos, los humanos que contribuyeron tanto a la degradación del territorio, están pagando ahora la soberbia de su infame y despreciable comportamiento.

Odisea Z reinterpreta no solo bastante de La Odisea de Homero sino también la Anábasis de Jenofonte solo que trasladado a otro tiempo y en otro lugar. La novela incluye además de la historia de Ulises Paxton y los suyos las páginas de un diario que nos narra el día a día de quien lo escribe mientras asiste (asistimos como lectores) al final del mundo tal y como lo conocíamos.

Si le gusta el subgénero zombi, esta novela da lo que promete que son altas dosis de emoción y una estructura en capítulos, 91 sin contar el prólogo y el epílogo, que están escritos de manera muy cinematográfica. Ahora solo queda esperar a la segunda novela de un escritor que sale muy bien librado de su primera experiencia literaria lo que me hace sospechar que detrás de esta Odisea Z se encuentra un narrador del que espero nuevas historias que, estoy seguro, no decepcionarán.

LO MEJOR: Se trata de una novela que atrapa y que se lee con voracidad para descubrir qué va a suceder en el capítulo siguiente. Está, además, notablemente documentada.

LO PEOR: Pues prácticamente nada para los que lleguen y también para los lectores iniciados en la literatura Z y la de toda la vida.

Saludos, comienza la semana, desde este lado del ordenador

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