Carter, una novela de Ted Lewis

Soy un aficionado confeso a las películas protagonizadas por Michael Caine y entre su extensa filmografía destaco un título que bajo el nombre de Asesino Implacable (1971) inmortalizó al actor interpretando a su personaje protagonista, Jack Carter. Silvester Stallone protagonizaría muchos años después una nueva versión pero no tiene demasiado que ver con el espíritu de aquella primera producción que se basa en una novela, Carter, escrita por Ted Lewis.

Que me atreva a decir que la novela de Lewis es mucho mejor que la película dice mucho aunque sea verdad que mientras la leía con los ojos muy abiertos el protagonista, el Carter del título, tuvo siempre la presencia física de Caine. De hecho, parece que el personaje nació para que lo protagonizara el actor de películas como Zulú o Alfie, entre otras. Y es que Michael Caine da el tipo perfecto de canalla británico. De tipo que se ha curtido en las calles de Londres mientras se buscaba la vida.

Ted Lewis, que por desgracia falleció demasiado pronto, escribió otras dos novelas dedicadas a Carter. En España, que tenga noticia, solo se han publicado dos, esta Carter y La ley de Carter que no funciona como secuela sino como precuela. Si se lee Carter se entenderá la razón.

Hay otro tercer título que se ha traducido al idioma de Cervantes, No solo morir, en la que no aparece este asesino a sueldo sino un empresario que ha hecho dinero en la industria pornográfica cuando las películas pornos eran clandestinas y se rodaban en súper 8mm. Algunos dicen que este último título es de los mejor de la carrera del escritor pero para gusto nacieron los colores. A mi me parece una gran novela, construida además con vocación literaria que va del pasado al presente según se suceden los capítulos pero sigo prefiriendo Carter porque me parece un personaje que tiene los mismos mimbres que el Parker de Richard Stark (pseudónimo tras el que se escondía Donald Westlake), es decir, el de un tipo duro y frío como el acero. Capaz de arramblar con todo cuándo busca respuestas. Y en Carter la respuesta que busca es que alguien le informe de quién asesinó a su hermano y por qué. Sabrán si leen la novela si lo descubrirá y que hará con la gente que descubre que rodearon a su hermano antes de que éste falleciera.

Al inicio de la novela sus conocidos le sugieren de buenas maneras que regrese a Londres, que ya no tiene nada que hacer en la ciudad en la que nació y vivió una infancia y adolescencia complicada, pero Carter es testarudo como una mula, así que no hará caso y regará pronto de cadáveres aquellas calles en las que jugaba de pequeño, cuando su hermano muerto era quien lo defendía de los abusones del barrio.

Escrita con frases cortas, que casi parecen trallazos, a Ted Lewis deberían de recordarlos todos los seguidores de la literatura negra como un maestro. Al menos del noir británico, denso, me consta, de grandes escritores que se dedicaron a observar y narrar la cara B de su país. Es esa sociedad dentro de la sociedad la que forjó el Imperio Británico en el pasado. Fueron canallas como Carter, asesinos profesionales en los que corre por sus venas sangre helada, los tipos que lo hicieron posible.

Carter es un personaje anómalo en el género aunque cuente con ilustres primos hermanos como Parker, ya citado, dos tipos rudos que juntos serían capaces de acabar con cualquiera organización que se les pusieran de frente.

En el caso de Carter resulta además extremadamente incorrecto en estos tiempos de fascismo dulce que vivimos. Carter es un producto de aquellos años, los 60 y 70, y por lo tanto frío, amoral y calculador aunque a veces sus operaciones no resulten como esperaba.

Engrandece además una literatura como es la británica a la que gusta presentar personajes individualistas y un poco bestias. Tipos que están más allá del bien y del mal y que por eso mismo hacen las cosas que hacen. Tienen muy claro porqué actúan así y si bien fueron más que tirantes las relaciones que mantuvo con su hermano, en especial cuando ambos llegaron a la mayoría de edad, eso no resta que quiera hacer justicia cuando descubre que más que suicidio lo que pasó fue que unos decidieron quitárselo de encima. La incipiente industria del porno asoma también la cabeza en esta novela pero no voy a desvelar de qué manera para que la lean y conozcan a su protagonista. Un hombre solitario cuya familia tras la muerte de su hermano ha quedado reducida a una sobrina con la que no se lleva nada bien. La otra familia es una organización criminal para la que trabaja en Londres. Que ahora se encuentre en su tierra natal se lo ha tomado como unas pequeñas vacaciones, vacaciones que cambian al convertirse en una venganza despiadada.

Fue leer Carter y engancharme a la literatura de su autor Ted Lewis, uno de los grandes. De los más grandes de esta literatura que antes sí que sabía pegar tiros y no al aire precisamente.

Saludos, explosivos en el té, desde este lado del ordenador

Escribe una respuesta