Vísperas (des)inquientas ante el Día del Libro

¿A QUÉ IMBÉCIL SE LE OCURRIÓ LEER ES COMO ESTAR EN LAS NUBES?

“Lee y conducirás, no leas y serás conducido” (Santa Teresa de Jesús)

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife celebrará este viernes, 23 de abril, el Día Internacional del Libro con una serie de actividades con la denominación Leer es como estar en las nubes. Y no, pienso como lector rabioso, Leer no es estar en las nubes. En todo caso es darse un castañazo contra el suelo. Y mucho mejor si no tienes paracaídas.

Lo escribe alguien que sabe muy bien de lo que está escribiendo. En esta etapa de mi existencia he logrado espabilarme gracias, precisamente, a los libros. A una compulsiva y voraz lectura con el objeto de no subir, precisamente, a las putas nubes.

Pese a todo, este programa de nombre tan cursi cuenta con una serie de actividades que prometen. Mañana les cuento.

Una de ellas repite la única experiencia interesante de la Feria del Libro del año pasado de Santa Cruz de Tenerife, el trueque de libros. O el intercambio de un libro por otro. Se asegura en una nota de prensa que se habilitarán espacios en la plaza del Príncipe y en la de la Candelaria para que te deshagas de títulos leídos pero que no que te convencieron o de historias que comenzaste pero que abandonaste porque te aburrieron. Espero toparme con algún volumen que valga la pena en el trueque. Mi asalto, insisto, por la caseta de trueque instalada en la penosa Feria del Libro de 2009 hizo que regresara a casa con lo único potable de aquella muestra fantasma.

El Ayuntamiento chicharrero avisa también que se regalarán libros y flores (en San Andrés, Igueste de San Andrés, Taganana, la Biblioteca Municipal Central (TEA), ramblas de Añaza, plaza del Patriotismo y avenida Príncipes de España en Ofra) y que habrá cuentacuentos, talleres de animación a la lectura, títeres, representaciones teatrales, exposiciones fotográficas, actuaciones de fanfarrias y los Rincones del lector, carpas situadas en la intersección de las calles Robayna y Castillo, así como en la plaza de la Candelaria, como espacios al aire libre para la lectura en la ciudad.

Con motivo de fecha tan señalada, las librerías aprovecharán también para descontar un miserable 10 por ciento sobre el precio del libro.

SOY UN REACCIONARIO, ¿QUÉ PASA?

“Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda”. (Jean de La Fontaine).

Leo en el Diario de Avisos un artículo impresentable firmado por Francisco Suárez Trenor con el título de Los intelectuales y el libro. Les invito a que le echen un vistazo y suelten la risa.

Su inicio no tiene desperdicio por el tono legionario, tan del gusto de  Millán-Astray: “Andan desde hace algún tiempo los intelectuales de pelo largo, cola de caballo y libro debajo del brazo –es decir, los fetichistas de sí mismos– preocupados por la hipotética desaparición del libro. Me refiero al libro soporte, con sus páginas de papel cosidas, sus cálidas hojas dobladas en las esquinas en forma de marcador y sus hojitas de laurel o de cualquier otra planta, secándose cual jareas, entre los ácaros habitadores de sus capítulos más consultados.”

Y vomito la primera carcajada mientras me pregunto si este señor sabe realmente de lo que está hablando porque esos intelectuales de pelo largo ¿dónde están? Los que conozco sufren de alarmante alopecia y su barriga cervecera les ha obligado a tirar a la basura pantalones y camisas de cuando iban por la vida, precisamente, con el pelo tan largo como el de Mortadelo antes de que se lo cocinara el profesor Bacterio

Olvidó  Trenor en su textito añadir a tan tópica definición que “los intelectuales fetichistas” (¿?) suelen llevar gafas (y si son de culo de botella mejor) y  la eterna chaqueta de pana puesta y moteada (por supuesto) de  caspa. Cosas de no lavarse el pelo, caballero.

En su descacharrante descripción de lo que antaño se conocían como progres Trenor escribe: “Andan, entre estornudo y estornudo, en lo que yo llamaría una situación de prenostalgia, es decir tristes antes de tiempo, como los que lloran por sus seres queridos antes de que éstos mueran.”

Y escribe el caballero: “Y es que hay gente para todo.”

Y escribe, insisto, el caballero: ”Lloran estos intelectuales de pacotilla y ateneo (con minúscula), entristecidos por la posible desaparición del libro objeto que durante muchos años ha servido para ensuciarles las manos y para poco más, mientas citaban de forma incansable pero agotadora y aburrida a Sartre y a Hesse o aquí, en nuestro fraccionado archipiélago del eje transinsular y la atlanticidad, a Pedro García Cabrera o a Domingo Pérez Minik, nuestras eternas referencias.”

¡Toma ya!

Continúa el individuo el artículo con una penosa reflexión en favor del libro electrónico. Formato contra el que no tengo nada en particular pero en el que para serles sincero espero no iniciarme jamás. Soy así de reaccionario cuando hablamos del libro que conozco: el tradicional. El de papel, el que huelo antes de comprar, el que estrujo entre mis manazas…

Así que leer esta ¿reflexión? me conduce a otra reflexión más seria: la de no vivir en aquellos tiempos donde un militar mutilado y sin luces gritó desaforado no ya el estremecedor ¡viva la muerte! sino el igualmente estremecedor ¡muera la inteligencia!

Y yo pienso, señor Trenor, que si bien vencerán con su puto libro electrónico continuará existiendo un puñado de melenudos y melenudas, de calvas y calvos a los que afortunadamente nunca convencerán con tan lamentables y frustrantes argumentos.

En fin, saludos deseándoles a todos (a todos, damas y caballeros), un feliz Día del Libro.

3 Responses to “Vísperas (des)inquientas ante el Día del Libro”

  1. Mario Domínguez Parra Says:

    Eduardo, el único “argumento” de este señor es deplorar el aspecto externo de portadores-as de libros, sin ni siquiera interesarse por lo que dichos portadores piensan de ellos. Se deja, por lo que leo, llevar por estereotipos, que son los refugios de l@s que abdicaron hace tiempo del pensamiento.

  2. admin Says:

    Pero siguen y siguen erre que erre… Allá ellos, la verdad.

  3. Ricardo Campo Pérez Says:

    Sobre un nuevo dispositivo de lectura. Ya no saben qué inventar:

    http://zoosofia.wordpress.com/2010/04/23/%c2%a1feliz-dia-del-libro/

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