¡Cine guanche!

NOTA: Este post no pretende ofrecer una lista completa de películas que por una u otra razón han intentado dar su visión –generalmente simplista y algo rocambolesca– sobre los primeros habitantes de las islas Canarias.

INTRODUCCIÓN

Contar historias de los primeros aborígenes de las islas Canarias se ha convertido en nuestro cine en un tema igual de tabú que la Guerra Civil española. Dejando de lado los ensayos recientes y las antiguas crónicas sobre la conquista de las Canarias, la representación que uno encuentra de aquellos pobladores del archipiélago no dejan de estar vestidas con el manto de la leyenda al ofrecer una visión generalmente idealizada de aquel pueblo que, siguen pensando muchos, se caracterizó por su nobleza e ingenuidad.

El cine hecho en Canarias no ha sido ajeno a este fenómeno aunque su aproximación a este universo (que a partir de este momento denominaremos como guanche, o los primeros pobladores de la isla de Tenerife) resulte cuanto menos estrafalario e ingenuamente desacralizador pese a que en la mayoría de estas producciones se insista en utilizar al indígena como una especie de buen salvaje que fue sometido por una poderosa civilización venida no del espacio exterior sino allende los mares.

EL MITO DE POCAHONTAS

 

La primera cinta de la que tengo noticia que aborda este asunto es Tirma, producción hispano-italiana de los años 50 dirigida por Paolo Moffa y Carlos Serrano de Osma. Protagonizada por Silvana Pampanini y un jovencísimo Marcello Mastronianni, el filme se rodó en Gran Canaria  y adapta la obra teatral del mismo título Juan del Río Ayala.

Por razones obvias Tirma no pasará a la historia del cine, y ni siquiera a la del entretenimiento, y ello pese a que sus directores pretendieron rodar un western sin indios ni vaqueros pero sí con aborígenes grancanarios y conquistadores castellanos. No he tenido la suerte (o la desgracia de ver una vez más esta cinta) pero recuerdo que los canarios que aparecen en la película van con crestas, como los semínolas de La Florida, y que al pobre Mastronianni le hace caminar por piedras al rojo vivo y poco más. La historia, como la de Pocahontas, incide más en el romance que surge entre el castellano que interpreta Marcelo y la princesa aborigen que asume una despampanante Pampanini. Mi conclusión –a la espera de que Filmoteca Canaria refresque mi memoria a través de un simpático ciclo sobre los guanches en el cine– es que Tirma más que cine es fotonovela en movimiento y un filme que por descacharrante hay que ver si prejuicios historicistas.

UNA DE AVENTURAS

Otra película que toma a los guanches como protagonistas es La isla del infierno (1998) de Javier Fernández Caldas. Cinta que probablemente sea una de las más delirantes del séptimo arte. Creedme si os digo que la he visto en varias ocasiones y todavía me pregunto si se trata de una parodia del cine de aventuras al viejo estilo…

El filme cuenta, no obstante, con planos muy elaborados (soldados que aparecen en el bosque en medio de la niebla y ¡un personaje al que se denomina El Hermético caminando por el fondo del mar!) pero carece de argumento. Lo que hace que lo mejor del  filme sea la amplía galería de personajes estrafalarios y sin ningún rigor histórico que aperecen en ella. Sólo por eso, esta inclasificable producción merece convertirse en título de culto.

En La isla del infierno hay un poco de todo: templarios, guanches traidores, un capitán sacado de tebeo…

No se trata de una película seria, tampoco creo que quisiera serlo. Hay momentos de comicidad involuntaria y batallas, y un sentido del espectáculo que pese a su raquítico presupuesto todavía desarma.

EXPERIMENTANDO QUE ES GERUNDIO

Iballa (1985), de Joseph Vilageliú, es otra de las aportaciones en importancia de lo que podríamos denominar como cine guanche. Como casi todos los trabajos de su director se trata de una cinta experimental que, a mi juicio, es de lo mejorcito que ha parido su autor. Iballa es cine y teatro a la vez, un curioso tour de force de un cineasta que, pese a todo, sigue siendo fiel a sí mismo. Lo que no es poco en estos tiempos de traiciones varias.

No he vuelto a visionarla desde la primera vez que la ví, pero guardo grato recuerdo de esta película. No sé si en aquellos días estaba tocado por Aguirre, la cólera de Dios, de Werner Herzog, o con la fascinante y recomendabilísima lectura de La aventura equinoccial de Lope de Aguirre, de mi venerado Ramón J. Sender.

UN DOCUMENTAL

El documental Los guanches de Teodoro y Santiago Ríos continúa siendo hasta la fecha el filme más serio que se ha rodado hasta la fecha sobre los primeros pobladores del archipiélago canario. Es verdad que un nuevo visionado queda lastrado por las recreaciones algo cursis que hacen los Ríos sobre los guanches al mostrárnoslos idealizados a través de unos actores que parecen recién salidos del gimnasio mientras hacen que  pastorean rebaños de cabras o amasan gofio, pero visto con distancia no ha perdido aún su capacidad didáctica para hacerse una idea de quiénes fueron estos señores que además de pelear entre ellos mismos fueron capaces de tirarse por los acantilados por aquello de quítame unas penas…

Buceando por ahí y por allá me he encontrado con otros títulos que, al parecer, también han centrado su atención en los aborígenes canarios pero no he podido ver ninguno de ellos. Se agradece así que me pasen copias, ya que este pequeño trabajo sólo es un rápido anticipo de algo que quiere ser más ambicioso en el futuro. Las películas a las que hago referencia son Crónica histérica de la conquista de Canarias y Creando así al pueblo guanche.

Y hasta aquí: He dicho.

Saludos, con afán compilador, desde este lado del ordenador.

4 Responses to “¡Cine guanche!”

  1. Nicolás Says:

    Inclasificable y de culto La isla del infierno, de javier F. Caldas… coincido plenamente, Eduardo.

  2. Cinefilo Says:

    Interesante post. Anoto títulos.

  3. Santiago Ríos Says:

    Eduardo, la foto que publicaste ilustrando tu comentario sobre nuestro documental de Los Guanches no pertenece al film y se nota de lejos.
    Te pido que la retires o me pidas una que yo te la mando.
    No hay fisicoculturistas en el documental y lo de cursi es el adjetivo facilón y recurrente.
    Si supieras que hicimos el documental por amor a los guanches y al arte. Con él no ganamos ni un duro. Lo poco que había lo invertimos en el rodaje y la edición.

  4. admin Says:

    Apreciado Santiago retiro la imagen y te solicito, de paso, que me envíes una para llenar el hueco. Respecto a tus juicios sobre mi comentario (que te invito a que leas con más serenidad) viene a decir que vuestro trabajo es el más serio que se ha rodado hasta la fecha sobre asunto, a mi juicio, tan atractivo. Un abrazo, amigo.

Escribe una respuesta