¡Achamán! Un corto canario cuenta una historia
Si para quien les escribe Los pechos de Paula de Daniel León Lacave fue uno de los descubrimientos más felices del cortometraje rodado en Canarias en los últimos años precisamente por evitar facilones experimentalismos y preocuparse en contar una historia que fuera entendida por públicos de distintas edades y condiciones, me han vuelto a asaltar estas mismas sensaciones la pasada noche mientras veía Hermanos de sangre, la segunda experiencia cinematográfica del granadillero Damián Armas.
En ambas cintas –Hermanos de sangre y Los pechos de Paula– se producen una serie de casuales coincidencias que ponen de manifiesto, a mi juicio, que el corto canario puede ir más lejos de su habitual y roñosa mirada de ombligo y de lo que algunos osados insisten en denominar como cine guerrillero (¿?).
Hermanos de sangre cuenta simple y llanamente una historia. Y si bien al final se le va un poco la pinza, no deja de resultar un atractivo trabajo de entretenimiento ambientado en los años sesenta en un pueblo del sur de Tenerife que podría ser cualquier pueblo de estas islas abandonadas de la mano de los dioses.
El filme propone, a ratos con un interesante realismo poético, el relato de dos hermanos campesinos al que la fuerza de las circunstancia separa aunque vuelvan a unirse dos años después. Los hermanos son las dos caras de una misma moneda, una especie de Caín y Abel que no están sometidos a la mirada castigadora de un Dios vengativo sino de una madre ida, alcohólica y amargada.
Está bien dibujado, en este sentido, el retrato aislado y rural en el que se mueven en principio estos tres personajes. Personajes que se muestran con una tosca pero también agradecida canariedad que, en su segunda mitad, se transforma en un drama con la aparición de un cuarto personaje, una atractiva mujer que despertará los celos en sus dos protagonistas masculinos.
A Hermanos de sangre se le puede cuestionar muchas cosas. Entre otras, una realización demasiado estática, casi más pendiente de la historia que en cómo traducirla en imágenes, pero ese –quiero pensar que involuntario clasicismo– encaja bastante bien en una trama que sabe despertar emociones y cuyo peso descansa en el trabajo de unos actores que lo hacen realmente bien. En especial la notable actriz cubana Mirta Ibarra, que interpreta el papel de la madre de los dos hermanos.
El corto de Damián Armas, que se estrenó el viernes 9 de diciembre en el recuperado cine Víctor de la capital tinerfeña con una sala repleta de público, no me ha parecido así cine soso sino cine, muy al contrario, que logra atrapar la atención del espectador. Que se mete en la pantalla porque desea conocer como terminará la historia.
Historia que no es otra cosa que un interesante, y más que filial, homoerótico drama familiar con una curiosa y trágica vuelta de tuerca que se desarrolla en una agreste geografía sureña.
Y la cosa, ¡Achamán!, funciona.
Funciona porque el público la contempla con atención. Tanta, que escuchas el murmullo de algunos espectadores que se quieren adelantar a la acción (¡el mudo, el mudo la mata!, oí durante la sesión) mientras otros lamentan las vicisitudes que castigan a sus personajes.
Bastantes de esas murmuradas conversaciones me llegaron como olas que arrastra el mar hasta la orilla mientras observaba estos Hermanos de sangre rodeado de rostros desconocidos.
Con todo, no es un corto redondo. A veces se pierde y su final no termina de cuajar con una historia que hasta ese momento si por algo se distinguía era por su creíble dramatismo, pero gustará a todos aquellos que solo esperan de una película algo tan difícil como es que le cuenten una historia.
Y esta experiencia, modesta pero también ambiciosa en sus pretensiones, convence en ese aspecto.
Es decir, que tras verla sales con la sensación de que no te han tomado el pelo. Y eso cuando hablamos de cortos canarios es un feliz descubrimiento, habituado como estoy a aburrirme con tantas experiencias pseudo intelectuales con pretensiones autorales.
Afortunadamente, Hermanos de sangre no va en esa línea. Es cine bien escrito y cine bien rodado. Apto para toda clase de públicos.
Y ese, a mi juicio, es su mayor virtud.
Entretiene.
El mudo, el mudo la mata. La mata…
Saludos, es lo que hay, desde este lado del ordenador.
Diciembre 11th, 2011 at 14:33
A mí lo que me da pena es que con el paso de los años el querer ser autoral haya decaído tanto, hasta convertirse casi en un detrimento de una obra de arte en lugar de una virtud. En teoría tendría que ser al revés, ya que tanto nos quejamos de que si el cine americano esto y el cine americano lo otro, y tendemos a poner a parir la comercialidad en pro de lo artístico.
Pero también entiendo por qué ha decaído tanto este pensamiento: durante años y años nos han sacudido con tantos pestiños infumables amparándose en el cine de autor que ya el público está harto, y como bien dice Eduardo, se agradece que de vez en cuando se dejen de experimentos y se limiten a contarte una historia.
Yo creo que cualquier creador, ya sea de cine o de literatura, debería poder ser primero capaz de contar algo sencillo y bien, antes de dar el salto a cosas complejas y experimentales. Ya me gustaría a mí leer libros “normales” de muchísima gente que va por el mundo de artista. Seguro que más de la mitad de ellos no serían ni siquiera capaces de escribirlos.
Diciembre 11th, 2011 at 17:15
Señor Víctor Conde, que cada persona creativa haga lo que quiera, siempre está la libertad de ver o no lo que hacen, o de verlo y criticarlo si viene al caso, pero nunca decirles lo que tienen que hacer. Un saludo.
Diciembre 11th, 2011 at 22:14
Pienso en los cortos de muchos grandes directores y creo que es normal que al principio se experimente con el lenguaje, se intenten cosas que no acaben de funcionar pero que, finalmente, se incorporan de algún modo al lenguaje personal del director en cuestión en sus trabajos más profesionales del futuro. Pienso en Polanski, por ejemplo. No hay que tener miedo a experimentar en un corto. Además, luego llega el mercado y te obliga a no poner un pie fuera del tiesto y a contar las cosas de la manera más convencional posible.
Diciembre 11th, 2011 at 22:17
Totalmente de acuerdo, señor Mat.
Diciembre 13th, 2011 at 14:39
¿veremos Hermanos de sangre por Las Palmas? Este es el handycap de este tema. Se estan haciendo grandes cosas, trabajos interesantes en ambas orillas, pero como son realizados al margen de lo oficial, no llegan a verse en la otra provincia, ya que a nadie le importa su difusión.
Diciembre 13th, 2011 at 16:56
No lo sé, Daniel. Y es una pena…